/ jueves 1 de febrero de 2024

Democracia y debate | ¿Por qué ser candidato?

La búsqueda de los espacios al interior de los partidos políticos o incluso de forma independiente a los mismos para poder participar en las elecciones me mueve a una reflexión ¿por qué una persona desea ser candidato?

La vida política en nuestro sistema político mexicano es compleja, es un oficio o incluso profesión que difícilmente termina bien, estar de forma permanente a la vista de todos y bajo fuego amigo y enemigo es un estilo de vida que definitivamente no es para todos.

Las razones que se escuchan son variadas, la más común es: por el deseo de servir. Ese deseo lo pueden satisfacer en cualquier otro lugar, sin embargo, no dejan de correr por obtener esos espacios que los pondrán en carrera a un proceso que los pondrá frente a otros de otros frentes o partidos que desean el mismo espacio y donde poco quedará sin conocerse de su vida pública y en muchas ocasiones de su vida privada.

El sueño máximo de todo burócrata debería quizá ser alcanzar el puesto máximo que es la presidencia de la República y así de elección en elección, de puesto a cargo y más paseos unos llegan otros no llegan, el costo es alto y aun así se está dispuesto a pagar, nuevamente pregunto ¿por qué?

Porque el que llega tiene acceso al poder, a dirigir, a decidir, a ser responsable o irresponsable de los destinos de miles, millones y eso es sumamente seductor para muchos seres humanos que están dispuestos a pagar el costo.

Unos, pero unos pocos, realmente unos cuantos, son los que entienden el verdadero sentido de las posiciones y logran grandes cosas, construyen instituciones, generan progreso, seguridad y más.

La política es un trabajo de tiempo completo, los reflectores son permanente y estos pueden cegar y hacer caer a muchos, como lo hemos visto y lo seguiremos viendo.

¿Por qué? Porque el poder es seductor, el poder para hacer, para construir o para destruir, incluso para nada, simplemente para sentirse poderoso o poderosa.

¿Frivolidad? En muchos casos si, en otros ignorancia y desconocimiento, por eso los mareos y falta de resultados, los ridículos monumentales, solo algunos, muy pocos logran destacar y sobrevivir al juego del poder, al juego de las sillas, al juego de los candidatos.


La búsqueda de los espacios al interior de los partidos políticos o incluso de forma independiente a los mismos para poder participar en las elecciones me mueve a una reflexión ¿por qué una persona desea ser candidato?

La vida política en nuestro sistema político mexicano es compleja, es un oficio o incluso profesión que difícilmente termina bien, estar de forma permanente a la vista de todos y bajo fuego amigo y enemigo es un estilo de vida que definitivamente no es para todos.

Las razones que se escuchan son variadas, la más común es: por el deseo de servir. Ese deseo lo pueden satisfacer en cualquier otro lugar, sin embargo, no dejan de correr por obtener esos espacios que los pondrán en carrera a un proceso que los pondrá frente a otros de otros frentes o partidos que desean el mismo espacio y donde poco quedará sin conocerse de su vida pública y en muchas ocasiones de su vida privada.

El sueño máximo de todo burócrata debería quizá ser alcanzar el puesto máximo que es la presidencia de la República y así de elección en elección, de puesto a cargo y más paseos unos llegan otros no llegan, el costo es alto y aun así se está dispuesto a pagar, nuevamente pregunto ¿por qué?

Porque el que llega tiene acceso al poder, a dirigir, a decidir, a ser responsable o irresponsable de los destinos de miles, millones y eso es sumamente seductor para muchos seres humanos que están dispuestos a pagar el costo.

Unos, pero unos pocos, realmente unos cuantos, son los que entienden el verdadero sentido de las posiciones y logran grandes cosas, construyen instituciones, generan progreso, seguridad y más.

La política es un trabajo de tiempo completo, los reflectores son permanente y estos pueden cegar y hacer caer a muchos, como lo hemos visto y lo seguiremos viendo.

¿Por qué? Porque el poder es seductor, el poder para hacer, para construir o para destruir, incluso para nada, simplemente para sentirse poderoso o poderosa.

¿Frivolidad? En muchos casos si, en otros ignorancia y desconocimiento, por eso los mareos y falta de resultados, los ridículos monumentales, solo algunos, muy pocos logran destacar y sobrevivir al juego del poder, al juego de las sillas, al juego de los candidatos.