/ miércoles 20 de octubre de 2021

Democracia y debate | Promoción turística

El turismo se convertirá en una vertiente fundamental del ingreso de las familias sonorenses y la meta al final del sexenio será elevar la riqueza que genera la industria, del 7% del Producto Interno Bruto estatal, a cuando menos el 20%, afirmó Alfonso Durazo Montaño.

Costa Rica desde hace años, es pionera del turismo sustentable con extraordinarios resultados, Panamá con su zona libre de impuestos y sus grandes promotores de turismo ha repuntado de forma extraordinaria, España recibía antes de la pandemia a millones de turistas anualmente, México en términos nacionales y en lugares como Cancún y más recientemente Los Cabos son muy atractivos para el turismo internacional y nacional.

Ser turista y que te traten bien es muy reconfortante, no ser turista y que te traten bien es lo menos que esperas cuando estás pagando un servicio. Sonora no es Cancún, tampoco Acapulco o Los Cabos, (ni le hace falta). Sonora tiene una oferta turística extraordinaria, diversa y muy atractiva que pasa desde el azul esmeralda del Mar de Cortés, la riqueza de los pueblos de la sierra del Estado, los productos de consumo que van desde la carne asada, al chiltepín, pasando por los jamoncillos, tortillas de harina, tortillas de agua, coyotas, carne seca, cocido, carne con chile, gallina pinta, caldo de queso, machaca, mariscos, etc,, etc., etc., Son también oferta muy atractiva al turismo local, nacional e internacional, las misiones de los jesuitas, la ruta del Padre Kino, la historia de la Costa de Hermosillo, el Pinacate, los ranchos cinegéticos y como dice el bolero “… una mirada hecha en Sonora..”, y más, mucho más.

Pero falta, me lo han dicho hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios, “capacitación”, que forme a esos meseros (por ejemplo), que se disfrazan de “macetas”, me comentaba un buen amigo, y que apenas levanta la vista ya están preguntado “¿qué necesita?”. “Consígueme a alguien del Sur que venga a capacitar al personal…”, me decía un hotelero, nuestra gente es muy buena, pero les hace falta ese algo que tienen los del sur.

Mis amigos tienen razón y pensando en ese tema y casi de casualidad lo puede experimentar en persona, fui a desayunar con dos queridas amigas a uno de los restaurantes con más demanda en Hermosillo, como era de esperarse, el lugar se encontraba lleno, afortunadamente hicimos reservación y llegamos a la hora convenida, pasamos y ocupamos nuestro lugar en la mesa, pedimos los desayunos y apenas pedirlo una de mis acompañantes cambió de idea y quiso cambiarlo, lo que no fue posible, el mesero dio una serie de argumentos negándose a la petición de mi amiga y por más que intentó convencerlo no lo consiguió, me parece que eso de que “al cliente lo que pida”, pues no aplicó en ese momento, no creo que hubiera sido muy difícil complacer al comensal, cuando no había pasado ni un minuto de haber pedido su desayuno, es más, me consta que en ocasiones con el plato servido, el cliente pide que se lo cambien y los prestadores de servicios sin preguntar motivo lo hacen y listo, dejando al cliente satisfecho y agradecido, posiblemente con ganas de volver y dejar una buena propina. Por otro lado, recuerdo un restaurante que estaba en la Reforma, donde al llegar te recibían como si fueras de la familia, en mi caso no hacía falta que me dieran el menú, yo confiaba plenamente en las recomendaciones que me hicieran, así plato tras plato, era una sorpresa gratificante de atención y buen servicio.

Sí, turismo y su capacitación para que, sumando a los atractivos propios de Sonora, sumemos buenos recuerdos tanto de turistas locales como de turistas de todo el mundo.

El turismo se convertirá en una vertiente fundamental del ingreso de las familias sonorenses y la meta al final del sexenio será elevar la riqueza que genera la industria, del 7% del Producto Interno Bruto estatal, a cuando menos el 20%, afirmó Alfonso Durazo Montaño.

Costa Rica desde hace años, es pionera del turismo sustentable con extraordinarios resultados, Panamá con su zona libre de impuestos y sus grandes promotores de turismo ha repuntado de forma extraordinaria, España recibía antes de la pandemia a millones de turistas anualmente, México en términos nacionales y en lugares como Cancún y más recientemente Los Cabos son muy atractivos para el turismo internacional y nacional.

Ser turista y que te traten bien es muy reconfortante, no ser turista y que te traten bien es lo menos que esperas cuando estás pagando un servicio. Sonora no es Cancún, tampoco Acapulco o Los Cabos, (ni le hace falta). Sonora tiene una oferta turística extraordinaria, diversa y muy atractiva que pasa desde el azul esmeralda del Mar de Cortés, la riqueza de los pueblos de la sierra del Estado, los productos de consumo que van desde la carne asada, al chiltepín, pasando por los jamoncillos, tortillas de harina, tortillas de agua, coyotas, carne seca, cocido, carne con chile, gallina pinta, caldo de queso, machaca, mariscos, etc,, etc., etc., Son también oferta muy atractiva al turismo local, nacional e internacional, las misiones de los jesuitas, la ruta del Padre Kino, la historia de la Costa de Hermosillo, el Pinacate, los ranchos cinegéticos y como dice el bolero “… una mirada hecha en Sonora..”, y más, mucho más.

Pero falta, me lo han dicho hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios, “capacitación”, que forme a esos meseros (por ejemplo), que se disfrazan de “macetas”, me comentaba un buen amigo, y que apenas levanta la vista ya están preguntado “¿qué necesita?”. “Consígueme a alguien del Sur que venga a capacitar al personal…”, me decía un hotelero, nuestra gente es muy buena, pero les hace falta ese algo que tienen los del sur.

Mis amigos tienen razón y pensando en ese tema y casi de casualidad lo puede experimentar en persona, fui a desayunar con dos queridas amigas a uno de los restaurantes con más demanda en Hermosillo, como era de esperarse, el lugar se encontraba lleno, afortunadamente hicimos reservación y llegamos a la hora convenida, pasamos y ocupamos nuestro lugar en la mesa, pedimos los desayunos y apenas pedirlo una de mis acompañantes cambió de idea y quiso cambiarlo, lo que no fue posible, el mesero dio una serie de argumentos negándose a la petición de mi amiga y por más que intentó convencerlo no lo consiguió, me parece que eso de que “al cliente lo que pida”, pues no aplicó en ese momento, no creo que hubiera sido muy difícil complacer al comensal, cuando no había pasado ni un minuto de haber pedido su desayuno, es más, me consta que en ocasiones con el plato servido, el cliente pide que se lo cambien y los prestadores de servicios sin preguntar motivo lo hacen y listo, dejando al cliente satisfecho y agradecido, posiblemente con ganas de volver y dejar una buena propina. Por otro lado, recuerdo un restaurante que estaba en la Reforma, donde al llegar te recibían como si fueras de la familia, en mi caso no hacía falta que me dieran el menú, yo confiaba plenamente en las recomendaciones que me hicieran, así plato tras plato, era una sorpresa gratificante de atención y buen servicio.

Sí, turismo y su capacitación para que, sumando a los atractivos propios de Sonora, sumemos buenos recuerdos tanto de turistas locales como de turistas de todo el mundo.