A las condiciones particulares en las que la pandemia tiene a integrantes del Sector Salud, habrá que sumar una preocupación más que ronda la cotidianidad de por lo menos 150 enfermeros y enfermeras de Sonora.
El tema se remonta a 2017 cuando un grupo de técnicos en Enfermería y paramédicos, se inscribieron en el programa para nivelarse académicamente y obtener su licenciatura en Enfermería.
Llevaron un curso de actualización los fines de semana mismo que concluyó 8 meses después con todos los protocolos: ceremonia de graduación, entrega de certificados, misa y festejo.
A decir de algunos participantes el curso fue de muy buen nivel, con reconocidas maestras de la enfermería y coordinado por el Colegio de Profesionales de la Enfermería del Estado de Sonora (Cpees).
Los problemas se presentaron posteriormente, una vez que se empezaron a requerir los documentos oficiales y la cédula profesional por parte de los estudiantes.
Y es que supuestamente el programa de actualización se apegó al Acuerdo 286 de la SEP que reconoce conocimientos que se obtienen con la práctica o de forma autodidacta y después de cursos de actualización avalados por colegios de profesionistas en la materia, los equipara con niveles educativos.
Sólo que aquí hay una excepción: desde 2016 el citado acuerdo dejó de incluir entre sus beneficiarios, a personal de salud.
En pocas palabras el curso no es válido oficialmente.
De esto poco a poco se han dado cuenta los y las afectados.
Algunos de ellos ya han recibido su título supuestamente por parte de la SEP y otras universidades del centro del país. En su momento fue habilitado un sitio en Internet donde podian ver su registro, pero semanas después ya desapareció.
Quienes han pretendido gestionar su cédula para meter los papeles a la institución en la que trabajan y buscar la nivelación en el tabulador se han topado con la cruda realidad: no hay registros en la SEP del curso que llevaron.
Peor aún se tornó la situación para 7 enfermeras de Isssteson quienes sí recibieron su título y lo metieron para complementar su expediente y fue entonces cuando se percataron que eran falsos y debieron enfrentar un proceso ante la Fiscalía Anticorrupción (FAS) por “falsificación de documentos”; los casos quedaron consignados en los expedientes SON/HER/PGE/2019/503/00080, 81,82,83,84, 00005 y 00062 la FAS logró la vinculación a proceso y la suspensión condicional toda vez que se reparó el daño patrimonial.
Lo ocurrido a las 7 enfermeras de Isssteson ha despertado la alerta y el temor entre quienes llevaron el curso porque por más que han insistido no han podido obtener su cédula y quienes han recibido ya un título temen, con justa razón, que sea apócrifo y al introducirlo para buscar su nivelación, sean acusados por falsificación de documentos.
Algunos de los y las afectados de quienes he obtenido su testimonio refieren haber pagado alrededor de 60 mil pesos durante el curso y después para el trámite de titulación.
Estamos ante un caso en el que no sólo los directamente afectados son víctimas de fraude pues invirtieron tiempo y dinero para un programa de nivelación que les hicieron de agua; el Cpees como instancia invitada para impartir el curso podría ser una víctima más a juzgar por el documento enviado a la Gobernadora del Estado en el que se solicita su intervención para resolver el problema; dicha solicitud fue remitida por la Oficina del Ejecutivo a la SEC desde donde se hizo la indagatoria correspondiente y a través de oficio CGRCySP-384-2020 de fecha 19 de junio del 2020 la Coordinación General de Registro, Certificación y Servicios a Profesionistas precisa que no existe registro del citado curso; en pocas palabras oficialmente el programa cursado por 150 enfermeros y enfermeras de Sonora, del 28 de octubre del 2017 al 9 de junio de 2018 para nivelación profesional en Enfermería, se esfumó.
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¿Se hará alguien responsable de la situación o estaremos ante un caso más de impunidad?
