Definitivamente la del domingo fue una consulta de pérdidas y ganancias.
— Ganó el Presidente que la promovió.
— Ganó la descalificación hacia los anteriores gobiernos.
La manipulación del discurso que promovió la participación para la ejecución pública de los ex presidentes a sabiendas que la consulta no se limitaba a juzgarlos únicamente a ellos.
La tranquilidad que para muchos significó manifestar por lo menos en una boleta, su enojo con el pasado
— Ganó quien participó porque ejerció un derecho.
— Ganó el romanticismo que considera que con ejercicios como este se toman decisiones.
— Ganaron los señalados porque no se alcanzó el número de votos suficientes para hacer de esta una acción vinculante y en consecuencia no van a ser juzgados.
— Ganó el árbitro electoral porque logró instalar casi el 100% de las mesas receptoras.
— Ganó el abstencionismo porque también es una forma de expresión y un ejercicio de libertad. En este caso, quienes se abstuvieron de votar fueron más que los que lo hicieron.
— Ganaron las empresas que participaron en la elaboración de los materiales.
— Ganó el pragmatismo que no movió un dedo para participar en la consulta, consciente que no cambiaría nada.
— Ganó la ciudadanía que ejerció un derecho tanto para ir como para no participar.
— Se ganó experiencia en la organización y promoción de este tipo de ejercicios.
— Ganaron los que votaron por el sí porque fueron mayoría en la consulta.
— Ganaron los que votaron por el no porque los sufragios no alcanzan para hacer de esto una acción vinculante.
— Ganó la manipulación de la verdad.
— Ganó el discurso de condena al pasado.
Morena ganó experiencia que podrá aplicar cuando de movilización se trate.
y ¿Quién perdió? también todos los que ganaron…
— Perdió el Presidente que la promovió porque no se volcaron los electores a las mesas receptoras.
— Perdieron los funcionarios del pasado porque su imagen fue aun más cuestionada.
Perdió la manipulación del discurso cuya estrategia de centrar el tema en el juicio a los ex presidentes, no alcanzó para provocar ríos de votantes.
No perdieron quienes acudieron para desfogar su ira por los que se fueron porque cruzar la boleta seguramente les dio cierta satisfacción.
— Perdíó quien participó porque aunque ejerció un derecho no se alcanzó el fin.
— Perdió el romanticismo que comprobó que ejercicios como este no le ganan a la voluntad política.
— Perdió el árbitro electoral porque ahora le culpan de no haber promovido eficientemente la Consulta.
— Perdió el discurso de condena al pasado porque no fue suficiente para movilizar a la mayoría de electores.
Perdió Morena en la demostración de su capacidad de movilización.
