Cada vez de manera más franca se asume que las emociones del ser humano deben ser atendidas, en consecuencia es menos satanizado el que una persona recurra a orientación o ayuda para atender esas emociones que le frenan o le empujan a actuar sin control, que le mantienen en un estado de ánimo desgastante y una vida complicada todo o casi todo el tiempo.
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En esta etapa de nuestra evolución como sociedad, creo que hay que darle la bienvenida a programas como el de educación emocional que se estará ofreciendo en las escuelas de Sonora a partir del próximo ciclo escolar en una acción coordinada entre las secretarías de educación y salud.
Las clases serán de carácter obligatorio. La educación emocional ha sido concebida por el Gobierno del Estado como la herramienta que nos permitirá enfrentar los problemas que se originan como parte de la descomposición social.
Es una especie de continuidad del programa Ponte frente al espejo que como lo hemos comentado en otras ocasiones, busca incrementar la promoción de la salud mental, la cobertura preventiva y la atención de los trastornos mentales precisamente para propiciar mayor bienestar a la persona y en consecuencia a la sociedad.
Me parece importante y creo que debe apoyarse la propuesta de la gobernadora Pavlovich en el sentido que estos programas deben trascender sexenios porque si no hay continuidad tampoco se alcanzarán los objetivos deseados.
Es estimulante escuchar que de acuerdo a la supervisión que realizó personal del Insabi, el nuevo hospital que se construye en Hermosillo lleva un 92% de avance en su construcción. Ahora viene el segundo reto fuerte: equiparlo.
Evidentemente las gestiones hace rato empezaron y esperemos den resultados muy pronto.
No podemos decirnos sorprendidos ante la presencia del coronavirus en nuestro país. Desde la aparición de la enfermedad el subsecretario de Salud Hugo López Gatell advirtió que el virus llegaría.
Ya está aquí y de acuerdo a la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Coparmex, el padecimiento encuentra a nuestro país en medio de una anemia financiera y a las instituciones médicas con defensas bajas por los recortes presupuestales.
Y es que cabe recordar que la Dirección General de Epidemiología tiene para este año 57 mil mdp menos que los que tenía el año pasado; a 18 instituciones de alta especialidad operan con un recorte de más de 4 mil millones de pesos en su presupuesto y el Seguro Popular ahora sustituido por el Insabi, no termina por conformar sus reglas de operación.
Por lo pronto pues, hay que lavarnos constantemente las manos con agua y jabón ya que quienes toman decisiones se las lavan siempre echándole culpa al pasado.
@SoledadDurazo
