/ sábado 25 de enero de 2020

Lo digo como es | Ley cerrazón

Porfirio Muñoz Ledo es un hombre polémico.

Lo ha sido siempre y el paso de los años no han mermado sus indiscutibles dotes de orador pero sobre todo su agudeza intelectual; si acaso el habla se ha vuelto más complicada de entender para quien le escucha pero no la coherencia en las ideas y sobre todo la congruencia en el discurso.

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Un discurso de izquierda, de confrontación, que lo llevó a ser parte de la Corriente Crítica del PRI para después abandonarlo junto con personajes como Cuauhtémoc Cárdenas y el propio Andrés Manuel López Obrador y formar el Frente Democrático Nacional, después el PRD y luego Morena. Grosso modo es el transitar político de este hombre sin duda icono de la izquierda contemporánea en México.

No me salgo de Morena, ha dicho; el movimiento se está saliendo de mi corazón.

Y es que debió ser una sacudida a su dignidad política y a su militancia izquierdista, el hecho que sus correligionarios simplemente no le permitieran tomar la palabra el miércoles en la comparecencia de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos acto que se interpretó como una medida proteccionista hacia Rosario Piedra Ibarra toda vez que se esperaba un cuestionamiento fuerte de Muñoz Ledo hacia la ombudsperson.

“Lo que hubo aquí fue miedo a la verdad. Lo que hubo aquí fue clausura del pensamiento, lo que hubo aquí fue ley cerrazón”, dijo Muñoz Ledo mientras abandonaba el recinto.

Y también acusó: “Hay censura. La bancada de Morena está adoptando los peores métodos del PRI, que no dejaba hablar. Me creo con justa razón para decirlo, me siento fundador de este movimiento, junto con Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas y finalmente Andrés Manuel” remató.

Dicen que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, pero habrá que ver qué tanto modifican su actuación los morenistas quienes han hecho uso de su condición de grupo mayoritario para aprobar lo que haya que aprobar independientemente de lo que incluso la ley diga y sin irnos muy lejos la llegada de la propia Piedra Ibarra a la CNDH es un ejemplo de ilegalidad toda vez que no cumplía con los requisitos para ser y sin embargo fue ungida.

Y aunque todavía Morena tiene un blindaje muy grueso proporcionado por el indiscutible liderazgo del presidente López Obrador, desde los municipios se ha detectado una descalificación creciente a sus alcaldías.

Así lo demuestra por ejemplo la reciente medición que hizo la encuestadora Massive Caller donde la descalificación hacia la gestión de sus alcaldías, es evidente.

Sin irnos muy lejos, aquí en Sonora Guaymas, Navojoa, Nogales y Cajeme tienen números reprobatorios; más de la mitad de los encuestados en todos los casos los reprueban. Y la mejor evaluada es la alcaldesa de Hermosillo Célida López cuya función es aprobada por 6 de cada 10 entrevistados. Pero de las y los otros, no hay buena calificación.

Emblemático el caso de Cajeme en la medición que por otra parte hizo Consulta Mitofsky. De 100 municipios calificados, aparece con 16.4% de aprobación y 14.1% de índice de confianza; ocupa el lugar 96, casi casi en el sótano.

Guaymas no se queda muy atrás. Cuando le preguntan a los encuestados si consideran que con la actual administración el municipio está mejor o peor, el 66.7% considera que está peor; 62% en Cajeme y 58% en Navojoa se manifiestan en el mismo sentido. Estaban mejor antes.

Y es lo que está midiendo la oposición. Y es donde probablemente esté centrando su estrategia... si en la anterior elección la figura del candidato presidencial arropó al resto de los candidatos muchos de ellos y ellas perfectos desconocidos, hoy desde lo municipal es cómo podrá sumarse en el caso de Sonora, hacia las diputaciones locales, federales y gubernatura.

Porfirio Muñoz Ledo es un hombre polémico.

Lo ha sido siempre y el paso de los años no han mermado sus indiscutibles dotes de orador pero sobre todo su agudeza intelectual; si acaso el habla se ha vuelto más complicada de entender para quien le escucha pero no la coherencia en las ideas y sobre todo la congruencia en el discurso.

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Un discurso de izquierda, de confrontación, que lo llevó a ser parte de la Corriente Crítica del PRI para después abandonarlo junto con personajes como Cuauhtémoc Cárdenas y el propio Andrés Manuel López Obrador y formar el Frente Democrático Nacional, después el PRD y luego Morena. Grosso modo es el transitar político de este hombre sin duda icono de la izquierda contemporánea en México.

No me salgo de Morena, ha dicho; el movimiento se está saliendo de mi corazón.

Y es que debió ser una sacudida a su dignidad política y a su militancia izquierdista, el hecho que sus correligionarios simplemente no le permitieran tomar la palabra el miércoles en la comparecencia de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos acto que se interpretó como una medida proteccionista hacia Rosario Piedra Ibarra toda vez que se esperaba un cuestionamiento fuerte de Muñoz Ledo hacia la ombudsperson.

“Lo que hubo aquí fue miedo a la verdad. Lo que hubo aquí fue clausura del pensamiento, lo que hubo aquí fue ley cerrazón”, dijo Muñoz Ledo mientras abandonaba el recinto.

Y también acusó: “Hay censura. La bancada de Morena está adoptando los peores métodos del PRI, que no dejaba hablar. Me creo con justa razón para decirlo, me siento fundador de este movimiento, junto con Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas y finalmente Andrés Manuel” remató.

Dicen que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, pero habrá que ver qué tanto modifican su actuación los morenistas quienes han hecho uso de su condición de grupo mayoritario para aprobar lo que haya que aprobar independientemente de lo que incluso la ley diga y sin irnos muy lejos la llegada de la propia Piedra Ibarra a la CNDH es un ejemplo de ilegalidad toda vez que no cumplía con los requisitos para ser y sin embargo fue ungida.

Y aunque todavía Morena tiene un blindaje muy grueso proporcionado por el indiscutible liderazgo del presidente López Obrador, desde los municipios se ha detectado una descalificación creciente a sus alcaldías.

Así lo demuestra por ejemplo la reciente medición que hizo la encuestadora Massive Caller donde la descalificación hacia la gestión de sus alcaldías, es evidente.

Sin irnos muy lejos, aquí en Sonora Guaymas, Navojoa, Nogales y Cajeme tienen números reprobatorios; más de la mitad de los encuestados en todos los casos los reprueban. Y la mejor evaluada es la alcaldesa de Hermosillo Célida López cuya función es aprobada por 6 de cada 10 entrevistados. Pero de las y los otros, no hay buena calificación.

Emblemático el caso de Cajeme en la medición que por otra parte hizo Consulta Mitofsky. De 100 municipios calificados, aparece con 16.4% de aprobación y 14.1% de índice de confianza; ocupa el lugar 96, casi casi en el sótano.

Guaymas no se queda muy atrás. Cuando le preguntan a los encuestados si consideran que con la actual administración el municipio está mejor o peor, el 66.7% considera que está peor; 62% en Cajeme y 58% en Navojoa se manifiestan en el mismo sentido. Estaban mejor antes.

Y es lo que está midiendo la oposición. Y es donde probablemente esté centrando su estrategia... si en la anterior elección la figura del candidato presidencial arropó al resto de los candidatos muchos de ellos y ellas perfectos desconocidos, hoy desde lo municipal es cómo podrá sumarse en el caso de Sonora, hacia las diputaciones locales, federales y gubernatura.