/ miércoles 18 de agosto de 2021

Un ciudadano pensó | El sentido de la vida…

Cuando escribo, pienso en mi esposa, pienso en mi hijo, pienso en mis amig@s... pienso en ti. En ti, que me le regalas lo más preciado que cualquier ser mortal de esta dimensión, pueda tener, su tiempo. El tiempo es más que oro y que dediques un poco de tu tiempo a leerme y darme la oportunidad de hacerte reflexionar positivamente, simplemente no tiene precio. Porque además me permites formar parte de mi mente y formar parte de tu construcción como persona.

Me das la oportunidad de formar parte de un selecto grupo que desgraciadamente no es hoy día apreciado como lo debería ser… El gremio de las maestras y los maestros. Hasta las mismas maestras y maestros, algun@s no se reconocen o no se dan cuenta del enorme y grandioso honor que es ser maestr@ y tener la oportunidad de ser parte del interior de otros seres humanos y ser parte de la construcción interna de la mente y alma de las personas. Es el equivalente de ser unos segundos padres o madres.

Y cuando tú, me honras con tu tiempo, por un pequeño momento me permites mostrarte un poco de lo que yo he aprendido en el camino de mi vida. No pretendo enseñarte cómo vivir. Pretendo inquietar tu mente para que busques por ti mism@ otras opciones, que seas más crític@ y busques otras respuestas fuera de lo que otros quieren que pienses y sientas, para que seas lo que a otros conviene que seas.

El mundo lo han llenado de espejismos, de falsos caminos, falsos ideales… falsos valores. Nos han hecho perder el camino para lo que en verdad hemos venido a hacer aquí a este mundo. Continuamente nos hablan de recetas para encontrar la felicidad, nos dicen cuáles son las acciones para lograr el éxito y que eso nos lleva a la felicidad… La felicidad la muestran como algo escurridizo y extremadamente complejo de lograr, pero por ahí, en algún lugar, está y debemos de pasar la vida buscándola. Porque según “ellos” ese es nuestro objetivo de haber venido a esta dimensión. También nos dicen que un día, un personaje “especial”, un ser tan grandioso que nos viene a “salvar”. A veces ese personaje viene en la forma de un candidato y en otras esferas de la vida viene como un ser superior y celestial que va a cambiar de manera “mágica” este mundo convirtiéndolo en un lugar armonioso y justo.

Desde que nací o mejor dicho desde que recuerdo, pensé “algo anda mal con este mundo… No tiene ninguna lógica”. Aún lo pienso, pero la diferencia es que ahora, lo sé.

No tenemos realmente que buscar y perseguir esa escurridiza felicidad que, aunque logre llegar a ese lugar, a esa situación del éxito profesional, financiero, social, etc. Siempre te queda la sensación de que algo falta. Lograr tener el auto, la casa, el empleo o la empresa de tus sueños… Nunca llena el vacío en el interior. ¿Por qué?

Porque la felicidad no se encuentra en algún lugar o las cosas… Al igual que el “salvarnos” de no sé qué o que este mundo sea más armonioso y justo no está en alguien que “un día vendrá”. Todo lo que buscas no se encuentra en alguna parte o en otro ser, se encuentra en ti. Todas las posibilidades están potencialmente en ti. Debemos aprender, aprender a dejar de escuchar TODO fuera de nosotros y empezar a escucharnos a nuestra esencia. ¿Cuál es nuestra esencia? ¿Cómo pensabas y cómo veías el mundo que te rodeaba cuando eras pequeñ@? Si lograras recordar esto, puedes encontrar pistas de tu esencia.

La vida no es tan compleja como nos la pintan o como nos la han hecho o como nos hacen creer. Imagina que quedas náufrago en una isla desierta, en esta isla hay árboles frutales y agua fresca para beber, hay una cueva que te brinda un lugar seguro para guarecerte… Tu trabajo es caminar hacia donde están los árboles frutales para recolectar la fruta que vas a comer, hacer recipientes con cáscaras de coco para usarlos para colectar el agua y beberla, hacer una balsa para ir a la playa a pescar o podrías pescar en la orilla del mar. ¿Es necesario que compres una mansión en un lugar de lujo? ¿Es necesario que pagues impuestos? ¿Necesitas un crédito? ¿Ropa de moda? Etc. No, no lo necesitas.

De igual manera no necesitamos vivir en grandes ciudades, en condominios o edificios de departamentos que, aunque seas dueño de tu departamento debes pagar mes con mes una cuota de “mantenimiento”. Donde la única verdad es que pagaste un dineral por la propiedad de tu departamento, pero pagarás de por vida una mensualidad que es la continuación del negocio de quien te vendió el depa. Detrás de cada situación que nos convencen en este mundo que vivimos hay una trampa, un engaño y con el tiempo, las cosas se complican más cada vez. La tecnología no ha simplificado nada, sólo nos vendieron el espejismo de ciertas ventajas y ahora se meten en nuestra intimidad para poder vendernos más cosas de forma más certera y más cosas…

La verdad es que no necesitamos todas esas cositas “fantásticas” brillantes que en realidad sólo nos distraen de nuestro objetivo de haber venido a este mundo… Aprender de nosotros mismos, de nuestra espiritualidad y de la belleza de la sencillez. La vida nos manda cada momento mensajes sobre lo que nos sucede y debemos aprender a identificar esos mensajes y entender lo que nos dice. Quienes tenemos ya muchos años de vida, a través de nuestras experiencias de vida. Ya caímos en muchas trampas, ya compramos tantas cosas que poco o nada sirvieron.

Gracias por tu tiempo y gracias por dejarme participar con lo poquito que he aprendido, en ayudarte a ver desde otro punto de vista. En los dichos hay mucha sabiduría ancestral que no tomamos en cuenta o los repetimos en ciertas situaciones sin profundizar en las enormes enseñanzas que nos transmiten, como ese que reza: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.


Cuando escribo, pienso en mi esposa, pienso en mi hijo, pienso en mis amig@s... pienso en ti. En ti, que me le regalas lo más preciado que cualquier ser mortal de esta dimensión, pueda tener, su tiempo. El tiempo es más que oro y que dediques un poco de tu tiempo a leerme y darme la oportunidad de hacerte reflexionar positivamente, simplemente no tiene precio. Porque además me permites formar parte de mi mente y formar parte de tu construcción como persona.

Me das la oportunidad de formar parte de un selecto grupo que desgraciadamente no es hoy día apreciado como lo debería ser… El gremio de las maestras y los maestros. Hasta las mismas maestras y maestros, algun@s no se reconocen o no se dan cuenta del enorme y grandioso honor que es ser maestr@ y tener la oportunidad de ser parte del interior de otros seres humanos y ser parte de la construcción interna de la mente y alma de las personas. Es el equivalente de ser unos segundos padres o madres.

Y cuando tú, me honras con tu tiempo, por un pequeño momento me permites mostrarte un poco de lo que yo he aprendido en el camino de mi vida. No pretendo enseñarte cómo vivir. Pretendo inquietar tu mente para que busques por ti mism@ otras opciones, que seas más crític@ y busques otras respuestas fuera de lo que otros quieren que pienses y sientas, para que seas lo que a otros conviene que seas.

El mundo lo han llenado de espejismos, de falsos caminos, falsos ideales… falsos valores. Nos han hecho perder el camino para lo que en verdad hemos venido a hacer aquí a este mundo. Continuamente nos hablan de recetas para encontrar la felicidad, nos dicen cuáles son las acciones para lograr el éxito y que eso nos lleva a la felicidad… La felicidad la muestran como algo escurridizo y extremadamente complejo de lograr, pero por ahí, en algún lugar, está y debemos de pasar la vida buscándola. Porque según “ellos” ese es nuestro objetivo de haber venido a esta dimensión. También nos dicen que un día, un personaje “especial”, un ser tan grandioso que nos viene a “salvar”. A veces ese personaje viene en la forma de un candidato y en otras esferas de la vida viene como un ser superior y celestial que va a cambiar de manera “mágica” este mundo convirtiéndolo en un lugar armonioso y justo.

Desde que nací o mejor dicho desde que recuerdo, pensé “algo anda mal con este mundo… No tiene ninguna lógica”. Aún lo pienso, pero la diferencia es que ahora, lo sé.

No tenemos realmente que buscar y perseguir esa escurridiza felicidad que, aunque logre llegar a ese lugar, a esa situación del éxito profesional, financiero, social, etc. Siempre te queda la sensación de que algo falta. Lograr tener el auto, la casa, el empleo o la empresa de tus sueños… Nunca llena el vacío en el interior. ¿Por qué?

Porque la felicidad no se encuentra en algún lugar o las cosas… Al igual que el “salvarnos” de no sé qué o que este mundo sea más armonioso y justo no está en alguien que “un día vendrá”. Todo lo que buscas no se encuentra en alguna parte o en otro ser, se encuentra en ti. Todas las posibilidades están potencialmente en ti. Debemos aprender, aprender a dejar de escuchar TODO fuera de nosotros y empezar a escucharnos a nuestra esencia. ¿Cuál es nuestra esencia? ¿Cómo pensabas y cómo veías el mundo que te rodeaba cuando eras pequeñ@? Si lograras recordar esto, puedes encontrar pistas de tu esencia.

La vida no es tan compleja como nos la pintan o como nos la han hecho o como nos hacen creer. Imagina que quedas náufrago en una isla desierta, en esta isla hay árboles frutales y agua fresca para beber, hay una cueva que te brinda un lugar seguro para guarecerte… Tu trabajo es caminar hacia donde están los árboles frutales para recolectar la fruta que vas a comer, hacer recipientes con cáscaras de coco para usarlos para colectar el agua y beberla, hacer una balsa para ir a la playa a pescar o podrías pescar en la orilla del mar. ¿Es necesario que compres una mansión en un lugar de lujo? ¿Es necesario que pagues impuestos? ¿Necesitas un crédito? ¿Ropa de moda? Etc. No, no lo necesitas.

De igual manera no necesitamos vivir en grandes ciudades, en condominios o edificios de departamentos que, aunque seas dueño de tu departamento debes pagar mes con mes una cuota de “mantenimiento”. Donde la única verdad es que pagaste un dineral por la propiedad de tu departamento, pero pagarás de por vida una mensualidad que es la continuación del negocio de quien te vendió el depa. Detrás de cada situación que nos convencen en este mundo que vivimos hay una trampa, un engaño y con el tiempo, las cosas se complican más cada vez. La tecnología no ha simplificado nada, sólo nos vendieron el espejismo de ciertas ventajas y ahora se meten en nuestra intimidad para poder vendernos más cosas de forma más certera y más cosas…

La verdad es que no necesitamos todas esas cositas “fantásticas” brillantes que en realidad sólo nos distraen de nuestro objetivo de haber venido a este mundo… Aprender de nosotros mismos, de nuestra espiritualidad y de la belleza de la sencillez. La vida nos manda cada momento mensajes sobre lo que nos sucede y debemos aprender a identificar esos mensajes y entender lo que nos dice. Quienes tenemos ya muchos años de vida, a través de nuestras experiencias de vida. Ya caímos en muchas trampas, ya compramos tantas cosas que poco o nada sirvieron.

Gracias por tu tiempo y gracias por dejarme participar con lo poquito que he aprendido, en ayudarte a ver desde otro punto de vista. En los dichos hay mucha sabiduría ancestral que no tomamos en cuenta o los repetimos en ciertas situaciones sin profundizar en las enormes enseñanzas que nos transmiten, como ese que reza: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.