Luz, la protagonista del mural que homenajea la tortilla sonorense

Al caer la noche, se escucha el último sonido que hace una tortilla cuando se lanza al aire, la autora del delicioso platillo ha trabajado todo el día en la preparación del producto regional más amado por los sonorenses. Luz parece cansada, pues ha dedicado su vida al calor de las brasas para hacer la tortilla sobaquera, también conocida como de agua.

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“Ese fue el momento exacto para tomar la foto y comenzar a pintar. Mi tía se llama Luz y traté de envolverla para que fuera lo que transmite, entre leños de fuego, colores tierra y el sol, aunque no está plasmado el sol la gente de Hermosillo irradia esa luz, la gente de aquí lo tiene”, manifestó el pintor.

Osman Iván Valdez Quijada tiene 19 años, es estudiante de la licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Sonora. El 7 de febrero se realizó la inauguración de su primer mural público en esa magnitud llamado El Final de la Jornada, en una de las calles más antiguas en la Ciudad del Sol.

Todo comenzó cuando el Instituto Sonorense de Cultura lanzó una convocatoria para realizar murales donde representaran escenas típicas de Sonora, la cultura, gastronomía, entre otros para pintarlos en los pueblos del Río Sonora. Osmar realizó los tres bocetos correspondientes pero no los presentó porque se pasó la fecha de la convocatoria.

El coordinador de la licenciatura, Darío Ruiz, motivó al alumno para seguir participando en otras convocatorias y le habló sobre el proyecto para pintar murales en el centro de la ciudad y en zonas históricas de Hermosillo realizado por Casa Madrid a cargo del director Jesús Madrid.

“Desde hace dos años ya quería hacer mi mural abierto al público, la idea y el boceto ya lo tenía, entonces me aventé a hacerlo, mi maestro me apoyó mucho en todo momento así como también Jesús Madrid”, dijo Osmar.

Su familia es originaria del municipio San Pedro de la Cueva, un lugar donde considera que la mayoría de las familias se dedican a vender y para consumo propio tortillas grandes de harina.

El proyecto le llevó aproximadamente un mes y medio, durante las vacaciones de invierno le dedicaba de 3 a 4 horas al día y aunque no fue constante considera ese tiempo le ayudó a conocer su progreso, la opinión de sus maestros y visualizarlo de día y noche.

“Lleva mi nombre ya es algo que va más allá de lo simbólico, es algo que está firmado por ti y ya la gente te reconoce por hacer algo que esté expuesto en la vía pública y ya tiene una idea de ti, ya hay un antecedente de algo que has creado con tu esfuerzo y dedicación y entonces es muy satisfactorio, hay mucho tiempo invertido y es muy grato verlo terminado, que tu familia y conocidos te apoyen”, expresó.

En su trabajo muestra la definición del estilo de mancha, trabaja con figuras generales y para que se puedan apreciar desde todos los ángulos, es decir que se puedan distinguir las pinceladas, pintura y textura para que la imagen se vea más trabajada.

El mural presenta a su tía Luz, hermana de su mamá, quien desde los 6 años de edad se dedica a hacer tortillas y fue nombrado como “El final de la jornada” para honrar a aquellas personas que realizan este trabajo, que preparan la tradicional tortilla grande.

“En Sonora mucha población trabaja de esta manera, en las orillas, más en esta región, lo curioso es cuando pasaba la gente por aquí me hacían comentarios que sobre que se parecía una persona, entonces qué chistoso que la gente se identifique, es parte de que está en un espacio público”, consideró.

El artista señaló que está en la total disposición para participar en próximos proyectos y rescatar el patrimonio cultural en Sonora.

“Esta zona, esta calle me transmite demasiado de la esencia de Sonora y la gente se acerca para sugerirme que pinte otros murales, hay que valorar el arte, espero que se generen más invitaciones, la calle ya la veo con varias ideas a realizar y espero presentar pronto algún proyecto para el rescate de este patrimonio”, concluyó.