Agustina Arriaga es reconocida por los vecinos de la colonia como la “Güera”, la mujer trabajadora del puesto de snacks que comparte su sazón en cada uno de los productos que elabora como los elotes preparados, cocteles y duros con verdura.
Con su mesa de fierro, una hornilla con leña y dos hoyas, Agustina abrió su puesto de elotes hace un año y medio en la calle 12 y el bulevar Libertad en la colonia Los Olivos, con el propósito de apoyar a su familia, ya que su esposo Refugio había enfermado y por tal motivo le imposibilitó seguir laborando por lo que perdió su trabajo, así que colocaron su puesto de comida para generar ingresos y mantener los gastos de su hogar.
En punto de las 8:00 horas se dirige a comprar los ingredientes que se van a utilizar cada noche desde los quesos, la crema, salsas, hasta los elotes, al llegar a casa su esposo y su nieta comienzan a limpiarlos y jimarlos, posteriormente se colocan en una hornilla de leña para su cocción y a las 17:30 horas se colocan en la esquina de su casa para dar inicio con la venta.
“Nos estaba yendo muy bien pero vino la pandemia y ya no vendíamos nada, nos íbamos con 180 pesos a la casa, yo todavía trabajo en casa entonces con eso compraba lo que necesitaba, pero después me quitaron el trabajo y nos fue mal, ahorita ya se están empezando las cosas a funcionar un poquito más pero si quisiera tener una carreta para no estar jalando con todo”, mencionó la Güera.
Hace algunos meses una persona se acercó a la pareja y les obsequió una carreta, la cual tenía que ser restaurada para poder utilizarse, sin embargo era ideal para completar el sueño de la familia de tener un vehículo para mover el producto, asimismo para que sea más atractivo para los clientes.
“Desde hace años trabajo en casa los lunes y viernes pero no me rendía, entonces pusimos el negocio después de que enfermó mi esposo, hace poco conseguimos una carreta pero necesitamos meterle dinero para ampliarla y tener más espacio para preparar los elotes y para moverlos más fácil”, señaló.
Antes de la pandemia acudían al lugar alrededor de 40 personas para adquirir alguno de los alimentos preparados por la Güera, después del Covid-19 sólo llegaban alrededor de 5 personas, lo que ocasionó que Agustina saliera en busca de otro trabajo, barriendo las banquetas de la colonia Cuauhtémoc para sacar lo del diario o acercándose a algunos establecimientos.
“La gente que nos veía batallando nos compraban, me iba con todo de regreso, la verdura, los elotes y un día me desesperé y le dije a mi esposo que ya no iba a ir porque estaba invirtiendo mucho y no sacaba nada, ese dinero nos hace falta a nosotros y él me dijo que con calma y con el tiempo íbamos a hacer punto y nos quedamos con la idea que no íbamos a vender tanto y ahora aquí seguimos en la lucha diaria”, expresó.
Sin importar la situación, la familia continúa trabajando para seguir sobreviviendo ante la llegada del virus, asimismo esperan que más personas prueben los alimentos que preparan y ayuden a aportar a sus gastos del hogar y para la reparación de la carreta.
“Le faltan algunas láminas y llantas de carretilla, un señor se enteró de la carreta y nos regaló tres litros de pintura para comenzar a meterle, la gente nos ha apoyado mucho con el simple hecho de consumir para nosotros es mucho, agradecemos que nos visiten”, dijo.
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La familia asegura que han tenido la aceptación de los clientes y cada vez va gente más nueva al lugar por la calidad, sabor, precio y por la preparación con leña, también mencionaron que los elotes que quedan al finalizar la jornada de trabajo las comparte con sus vecinos para que puedan disfrutar una sopa de elote u otro platillo preparado con maíz.
“Esperamos que los próximos meses nos vaya mejor, a finales de octubre ya vamos a incluir el champurro y los tamales, a la gente que se las ha visto difícil les puedo decir que luche, que salgan a trabajar a la calle, no te puedes sentar en una esquina a llorar, tienes que trabajar en lo que sea, pero hacerlo bien, salir adelante, gracias a Dios a nosotros nos ha ido bien y vamos por más”, concluyó.
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