Existe la idea, tanto en redes sociales como en la cultura popular, de que si vas al supermercado y te encuentras una lata abollada o hinchada, el establecimiento debería ofrecerte un descuento por el estado del producto.
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Ninguna de las cosas es verdad, pues el comercio no tiene por qué ofrecer su producto a un menor precio, así como tampoco es recomendable comprar la lata, pues que el exterior esté dañado puede representar un riesgo para tu salud.
Hay dos razones por las que una lata puede estar hinchada. El primero y más obvio son los golpes, pero a pesar de que esto a simple vista no parezca un problema, hay que entender que estos productos utilizan varias capas de materiales metálicos y recubrimientos orgánicos en su interior.
Por lo tanto, si las capas internas sufren algún daño pierden su capacidad de proteger y conservar el alimento. Según la investigadora del Laboratorio de Envases, Herlinda Soto Valdez, esto hace que las latas hinchadas no sean recomendables para el consumo.
El académico Jesús Fernando Ayala del Laboratorio de Tecnologías Emergentes, indicó que el hinchamiento causa que el hidrógeno al interior de la lata se libere. Esto ocurre porque los ácidos de algunos alimentos (como la piña, tomates o cítricos) entran en contacto con el hierro y generan gas, lo que lleva a la descomposición del producto.
Según otros académicos, el segundo motivo es que al momento del envasado, el producto no haya sido sometido al procesamiento térmico requerido para eliminar los microorganismos.
Lo anterior acelera la descomposición del alimento desde el principio. Los alimentos mal procesados contienen microorganismos capaces de producir dióxido de carbono (gas que hincha el envase).
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Al consumir estas latas dañadas, se corre el riesgo de sufrir infecciones gastrointestinales e intoxicaciones de grado moderado hasta severo. Es por ello que los investigadores mencionados, insisten en que es mejor abstenerse de adquirir estos productos en dichas condiciones.
Pero, cabe aclarar que si la lata fue golpeada por accidente al momento de preparar algún alimento, es improbable que vaya a ocasionar algún daño a la salud.
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