El inicio actual de Bahía de Kino se puede ubicar alrededor de los años veinte, con la formación de un campo pesquero muy rústico con muy pocos pescadores, la primera pesquería comercial que se desarrolló en el área fue la de totoaba, misma que era abundante en las inmediaciones de la isla Alcatraz (Bahre 2000, Doode 1999).
Según lugareños de la región, quienes actualmente son dos los pobladores de mayor tiempo en Bahía de Kino, don Pedro Camargo y Cleofas Guevara recuerdan muy bien cuando los escurrimientos de “aguas broncas” del arroyo El Bacuachito entraban por Kino Viejo y desembocaban en el mar, llegando la mancha de esta agua hasta la isla del Alcatraz.
Esta entrada de agua dulce originaba la cría de la totoaba en abundancia, pez que desgraciadamente está en peligro de extinción, al habérsele quitado su hábitat natural.
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Para la década de 1940 se puso la primera hielería que prácticamente se construyó entre el monte, pues no había otra cosa.
La inició el señor Víctor Estrella, quien siempre estuvo ligado al negocio de la pesca. Posteriormente el señor Estrella trasladó su negocio a Puerto Peñasco junto con varias personas radicadas en esos tiempos en Bahía de Kino como la familia Munro Palacio y la familia Cambustón.
En ese entonces, el agua dulce se conseguía de un pequeño rancho denominado El Carrizo, que pertenecía a un señor Carreño; la acarreaba y vendía el señor Edmundo de la Rosa que daba el tambo de 200 litros a 5 pesos.
Se conforman sociedades y negocios
La creciente población mestiza se fue arraigando al poblado por la riqueza de recursos de la zona. Así en el año de 1935 se estableció la primera Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Lázaro Cárdenas, fundada por 25 socios y más tarde reuniría a más de 100 socios. A finales de los años treinta se inicia la captura del tiburón en el área.
De este recurso se comercializa sólo el hígado para aprovechar su aceite como complemento vitamínico y aletas, dirigidas ambas al mercado de los Estados Unidos.
En estos tiempos, Bahía de Kino era una región aislada del resto del estado, no se contaba con carretera y para llegar a Hermosillo eran 107 kilómetros de brechas, caminos (leñeros principalmente) entre dunas de arena y montes muy difíciles de transitar, por una región sumamente desolada por lo que era muy difícil en que prosperara la pesca.
Un señor Alfredo "El Mocho" Echeverría hizo negocios con Mezquital del Oro, ponía a secar todo lo que desechaban los barcos pesqueros que nada más se quedaban con el camarón y tiraban el resto.
Echeverría ponía a secar todo este desecho y ya procesado lo empacaba en costales, ya molido era harina de pescado que se usaba para alimento de gallina. Las pesquerías del área, desde sus inicios dependieron siempre de la demanda del mercado externo.
Con la caída drástica en las poblaciones de totoaba a mediados de los cuarenta y la demanda cada vez menor de hígado de tiburón, las capturas disminuyen al mínimo, la única demanda provenía del mercado de Hermosillo, la cual requería de dos o tres toneladas al año durante la Cuaresma.
En 1945, Bahía de Kino ofrece un nuevo panorama, tiene solamente unos 500 habitantes dedicados principalmente a actividades pesqueras. En los años cuarenta, la inmigración de familias que provenían de diferentes zonas del país para la zafra pesquera se ve transformada por la consolidación de los campamentos pesqueros en poblados permanentes.
El Gobierno federal implementa, como parte de una nueva política agropecuaria, nuevos planes para el desarrollo de la zona.
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En 1949, La Comisión Deslindadora y Colonizadora del Gobierno mexicano estableció el distrito de colonización "Presidente Miguel Alemán" en lo que hoy es la Costa de Hermosillo.
*Fuente: 100 años de la Costa de Hermosillo, Alfredo Noriega León
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