Pronto se cumplirán dos años de la llegada de la pandemia de Covid-19 a México, y lo que hemos aprendido sobre la transmisión del virus apenas comienza a equipararse con lo que todavía nos falta por aprender. Con el inicio de la época navideña surge de nuevo la preocupación de que, en el afán de volver a celebrar como lo hacíamos antes, una nueva ola de contagios pudiera surgir. ¿Cómo podemos cuidarnos y a nuestra familia? aquí tenemos algunos consejos.
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Las medidas de seguridad que se han repetido hasta el cansancio desde hace tiempo como el uso de cubrebocas y el lavado de manos son efectivas, pero hay una realidad que tanto autoridades de salud como la comunidad científica en el mundo comienza a trabajar: No existe el riesgo cero.
La única forma de reducir en su totalidad las posibilidades de contagiarte de Covid-19 es el aislamiento total, como se llevó a cabo en muchos países al inicio de la pandemia; dos años después esta práctica se ha vuelto cada vez menos realista, todas las personas tenemos necesidad de abandonar nuestras casas, ya sea para conseguir provisiones, tomar aire o ver a las personas que queremos, las reuniones por internet solo pudieron sustituir esto por cierto tiempo.
En lugar de erradicar el riesgo de contagio en su totalidad, a costa del aislamiento de las personas, las nuevas estrategias para cuidarnos los unos a los otros se basan en minimizarlo lo más posible mientras retomamos lentamente nuestras vidas, eso incluye las reuniones para celebrar el fin de año.
La primera medida, y una de las más obvias, es la vacunación. Contar con un esquema completo minimiza de forma importante el riesgo que tienes de contagiarte de Covid-19, y por ende el de transmitir el virus a tus amigos y familiares. Esto es especialmente importante para adultos mayores o personas con alguna comorbilidad que les pone en mayor riesgo ante la enfermedad.
Un factor importante al que no se le suele dar la importancia adecuada es la ventilación. El virus causante del Covid-19 puede viajar en el aire a través de los aerosoles que las personas expulsan al hablar, toser o estornudar, y son estas partículas las que terminan siendo aspiradas por otras personas.
La forma óptima de mantener una ventilación adecuada es realizar tus posadas o reuniones al aire libre. Quizá tradicionalmente las fiestas navideñas se realizan de noche, pero cambiarlas por actividades diurnas te ayudará a salvarte del frío y aprovechar más tiempo en espacios donde el aire, el sol y la humedad del ambiente dificultan la propagación del coronavirus.
Si optas por permanecer en interiores, como es posible que suceda para las cenas de navidad y año nuevo, abrir las ventanas para ventilar la casa puede reducir el riesgo de contagio. En este caso el uso de cubrebocas todavía continúa siendo recomendado todo el tiempo que sea posible, especialmente si se reúnen más de dos familias.
Cabe mencionar que si tú o alguien de tu círculo cercano presenta síntomas es mejor realizarse una prueba antes de asistir a reuniones con otras personas. Para quienes organizan estos eventos, reducir el aforo lo más posible es otra medida que se puede seguir para asegurar que el riesgo de que una persona afectada acuda es el menor posible. Junto a esto también se recomienda hacer eventos más cortos.
Al final del día, la seguridad durante las celebraciones navideñas es una responsabilidad personal que cada persona debe tomar para sí misma y los demás, buscando que el riesgo de contagio sea lo más reducido posible. El lavado de manos, mantener la distancia lo más posible y ser conscientes de cómo y cuándo tosemos o estornudamos es algo que debemos tener en mente en todo momento.