Los más de 45ºC que se registran casi a diario en Hermosillo mantienen en alerta a los habitantes de la ciudad, sobre todo a aquellos que viven sin electricidad o agua potable y ahora temen por su vida.
Sonora es la tercera entidad con más problemas de salud causados por las altas temperaturas, incluso en lo que va del año dos hombres adultos fallecieron por complicaciones causadas por el calor, de acuerdo a la Secretaría de Salud Estatal.
Como cada año la invasión Los Guayacanes, al norte de la capital sonorense, es uno de los sectores donde sus residentes se preparan para enfrentar diferentes adversidades debido a las inclemencias del medio ambiente durante el verano, como la sequía extrema.
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En esta parte de la ciudad, que parece más una zona rural, se creó el Comedor para Niños del Guayacán para cubrir una de las necesidades más básicas, el alimento, al menos durante los fines de semana que es cuando se atiende a menores de edad y adultos con un plato de desayuno.
Sara Íñiguez Moreno, dirigente de este comedor, expuso que las condiciones de las viviendas no son las adecuadas para protegerse de los fuertes rayos del sol que azotan a Hermosillo, y a pesar de que se han hecho esfuerzos por regularizar la colonia a través de algunas conexiones de electricidad, agua potable y drenaje, muchos no cuentan con lo necesario para instalar ventiladores como abanicos y coolers, ni mucho menos aires acondicionados.
“Ahorita no hemos podido darle clases voluntarias para educación a los niños por el calor. No podemos tenerlos por cómo está el tema del calor… No tenemos ventilación para ellos, por eso hacemos los desayunos a las 8:00 de la mañana, porque siempre es una dificultad para todos en general”, expresó.
Asimismo, agregó, cuando ocurren apagones en la invasión, una situación recurrente debido a la precaria situación de la colonia que no cuenta con un sistema de alumbrado público totalmente regularizado, las personas tienen que dormir en el patio de sus casas.
“Cuando se vienen los apagones que la gente sufre de calor, vas a ver que la gente duerme afuera, que la gente tiene sus enramaditas y muchas veces hay bebés o no cuentan con un cooler, un ventilador de aire o algo, y ahorita con el calor anda mucho la rickettsia, eso es a lo que le tememos, y podemos estar bajo un techo pero el calor está muy fuerte”, detalló.
No solo es soportar el calor
Aunado a los problemas de salud causados por el calor, hay otras afecciones que complican la situación de los habitantes, como la rickettsia, pues en las últimas semanas, van al menos tres casos de este padecimiento en la invasión, lo que provoca una sensación de alarmismo entre los habitantes.
Esta situación ha incitado a la población a hacer un llamado a las autoridades para buscar erradicar este tipo de problemas por medio de la fumigación y campañas de concientización.
Mientras que de forma simultánea, las cerca de 50 familias que habitan en el Guayacán tienen dificultades con el abasto de agua, pues las pipas enviadas por el Gobierno han dejado de pasar dos veces por semana debido a la escasez del recurso hídrico, por lo que ahora suministra el líquido un día a la semana para apoyar a quienes no están conectadas a la red pública.
“Sí batallan porque hay veces que vienen una vez a la semana, hay pocas personas que cuentan con una toma de agua y drenaje, como yo, gracias al comedor, pero en todo eso le paso agua al señor de la tienda, a las vecinas y si vienen a pedirnos a los que tenemos les damos, por los que no tienen, cuando no tienen porque no viene la pipa, pero viene una vez por semana, a veces le da por venir dos veces, pero ahora más”, mencionó Íñiguez Moreno.
Además, en muchas ocasiones las familias no cuentan con infraestructura necesaria para abastecerse de agua, dado que no todos tienen un tinaco para hacerse con varios litros del vital líquido, de manera que suelen buscar cualquier tipo de recipiente que tengan a la mano.
“No tienen tinacos y muchas veces tienen un botecito, por lo que si no pasa la pipa y viene una vez a la semana, ¿para qué alcanza un bote de agua? Por eso hacen falta tinacos, que estuvimos esperando porque las autoridades dijeron que iban a regalar tinacos, pero para acá no han llegado, ya de perdida si no hay cooler o ventilación ya con un tinaco les sirviera para bañarse y refrescarse mejor”, puntualizó.
Delincuentes roban botes para almacenar agua
Unas cuantas cuadras más adelante, Ramón Vicente Lares, residente del asentamiento, trabaja como velador para vivir y diariamente se enfrenta a las dificultades de subsistir en condiciones poco favorables frente al clima.
“Ahorita me dedico a ser velador, en el día es cuando estoy en la casa y es cuando más duro pega, por eso tengo un abanico pero ya no me da abasto, por eso ando arreglando el cooler”, compartió.
Afortunadamente, resaltó, cuenta con un tinaco que le dejó su hijo antes de que se fuera de la casa, pero solamente es uno de los tres que tenía, ya que una noche los delincuentes aprovecharon su ausencia y le robaron los otros, tal vez por la falta de infraestructura pública.
Poco a poco, a sus 80 años, ha ido levantando su vivienda como ha sido posible con su sueldo de velador, pues a pesar de la pensión que recibe, no le es suficiente para solventar todos sus gastos, como ocurre con decenas de familias más en el sector.
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Por otro lado, una vecina del lugar que prefirió omitir su nombre señaló que, si bien es cierto que hay múltiples necesidades en la colonia, también se encuentran con el hecho de que algunas personas optan por vender las cosas que les llegan de apoyo, para con ello tener recursos para otro tipo de gastos.
“Sí, probablemente hay mucha gente que sí ocupa en qué almacenar agua; hay mucha gente que sí ocupa, y que sí se queda con las cosas, pero hay mucha gente que no, esa es la verdad”, compartió.
También apuntó que en ocasiones le parece injusto que las autoridades municipales y organizaciones civiles y activistas se enfoquen solo en algunas zonas de la colonia, dejando de lado a quienes aparentemente se encuentran en “mejores condiciones” pues, en muchos casos, dichas familias o personas no valoran los apoyos que se les dan.
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