Además de la minería, que ya es el motor económico de Cananea, la región tiene un alto potencial para convertirse en el mayor productor de vino en Sonora, sin embargo la naciente industria se enfrenta al fantasma de la falta de agua.
De acuerdo a Raúl Romo, director general de Uvas de Altura, la empresa que fabrica los vinos Cuatro Sierras (4S) y Minero 1906, las condiciones ideales de la región minera para producir vino es una revelación sorprendente que sin embargo se ve empañada por la poca disponibilidad del recurso hídrico.
Datos recientes del Monitor de Sequía de México, elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional del Agua, muestra que el valle de Cuatro Sierras donde se ubica el viñedo de igual nombre, se encuentra en una zona que presenta ya un periodo largo (más de seis meses) de sequía extrema.
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Esta condición afecta a más del 50% del territorio sonorense, según el reporte al 31 de enero de 2024 del mismo Monitor que detalla que el 98.6% de la geografía de la entidad presenta signos de sequía, desde anormalmente seco hasta sequía excepcional, siendo esta última el grado más severo de la falta de lluvias.
En perspectiva, de acuerdo al especialista, para el crecimiento de la industria vinícola en Sonora el tema fundamental es el agua, ya que actualmente no hay dotaciones adicionales para poder establecer nuevos viñedos.
“Sabes que en el tema del agua no hay dotaciones adicionales entonces se tienen que buscar esos volúmenes para poder establecer nuevos viñedos”, advirtió.
En extensión, la zona vinícola de Baja California, la más importante de México, es del orden de 7 mil 500 hectáreas, mientras que en su conjunto en Sonora apenas se manejan 50 hectáreas de producción de vid para vino de mesa en diferentes municipios de la entidad.
“Pero en calidad no estamos lejos, muy por el contrario consideramos que tenemos calidad excepcional, (se produce) poco pero muy bueno”, aseveró el especialista.
La mejor zona de Sonora con potencial para cultivar vid para vino de mesa es el Valle de Cuatro Sierras en Cananea, —presumió— gracias a sus condiciones de altitud, a sus temperaturas promedio que no sobrepasan los 35 grados en verano y por la noche hay temperaturas de 17 y 18 centígrados.
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“La diferencia de temperatura entre día y noche favorece una maduración lenta de la uva, lo cual se traduce en un fruto de excelente calidad”, además -añadió- la luminosidad ayuda a mejores matices de sabor, al favorecer el desarrollo de azúcares y compuestos aromáticos en la uva, lo cual define en gran parte la calidad del vino.
Aun así, el potencial de Cuatro Sierras es de cuatro mil hectáreas, pero las dotaciones de agua son limitadas.
Raúl Romo insistió en que “uno de los mejores climas para la producción de vino en México está en Cananea, cosa que nadie hubiéramos pensado, estamos dentro de la franja del vino, que empieza en la parte Norte del paralelo 30 al paralelo 50. Nosotros estamos en el paralelo 34, dentro de la franja Norte y tenemos una altura de mil 500 metros sobre el nivel del mar, nos permite tener mejores condiciones para el cultivo de la vid para el vino”.
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Argumentó que esta pudiera ser una gran alternativa para diversificar la economía de Cananea y no sólo por la producción del vino, sino también para atraer turismo desde el Sur de Estados Unidos como del interior de México y del mismo estado de Sonora.
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