/ viernes 1 de julio de 2022

Democracia y debate | AMLO lo es todo

La capacidad mediática de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, su permanente presencia en medios, su eficiente estilo de comunicar, sus dichos, sus modos, sus formas, todo lo atrae, todo gira alrededor de su figura, de sus dichos, de sus frases y de sus deseos.

Lo anterior es sin duda un fenómeno de comunicación política, una persona que durante años ha estado expuesta permanentemente a los medios de comunicación y al parecer todavía no sufre desgaste, las personas no se aburren de verlo y escucharlo, los medios no nos cansamos de escribir de él, de lo que dice, de lo que opina y así va formando agenda y así va influyendo en la opinión y así va generando percepción, en su caso positiva y sumando puntos en su popularidad.

Esta condición es una especie de manto protector para todos los que cobija, es decir, gobernadores de Morena, miembros de Morena, secretarios de Estado y un gran número de personas que tienen que rendir cuentas, están como en una especie de anonimato permanente, nadie sabe qué están haciendo, nadie los está observando y nadie les pide cuentas.

En cuanto algún tema toma relevancia y este involucra a algún gobernador, gobernadora, funcionario, etc. de inmediato este asunto es asumido por AMLO y rinde opiniones, recomendaciones al respecto, dicta sentencia y señala culpables, dejando a los responsables de dar la cara en un segundo lugar y desviando la atención a él, protegiendo de nuevo al funcionario responsable.

Esto se repite en casi todos los temas, basta que un hecho sea relevante para que el Presidente opine y así deje sin voz al verdadero responsable, también señala como atacarlo, como resolverlo.

Esto tiene varios efectos, en primer lugar, está desviando la atención y la responsabilidad de casi todos los funcionarios hacia AMLO, en segundo lugar, les da un manto protector que los exime de responsabilidades, en tercer lugar, los deja sin voz y finalmente, les ahorra el trabajo de pensar que hacer, Andrés Manuel, dice que hacer y cómo hacerlo.

Cuando no esté AMLO, lo van a extrañar, señalan algunos especialistas en medios de comunicación, señalando como ejemplo a Trump que inundaba los medios cuando era presidente y cuando dejó de serlo, éstos (los medios), se quedaron sin temas y bajaron tanto audiencias, como lectores.

Mientras esto pasa, muchos han renunciado al protagonismo, otros nadan de muertito.


La capacidad mediática de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, su permanente presencia en medios, su eficiente estilo de comunicar, sus dichos, sus modos, sus formas, todo lo atrae, todo gira alrededor de su figura, de sus dichos, de sus frases y de sus deseos.

Lo anterior es sin duda un fenómeno de comunicación política, una persona que durante años ha estado expuesta permanentemente a los medios de comunicación y al parecer todavía no sufre desgaste, las personas no se aburren de verlo y escucharlo, los medios no nos cansamos de escribir de él, de lo que dice, de lo que opina y así va formando agenda y así va influyendo en la opinión y así va generando percepción, en su caso positiva y sumando puntos en su popularidad.

Esta condición es una especie de manto protector para todos los que cobija, es decir, gobernadores de Morena, miembros de Morena, secretarios de Estado y un gran número de personas que tienen que rendir cuentas, están como en una especie de anonimato permanente, nadie sabe qué están haciendo, nadie los está observando y nadie les pide cuentas.

En cuanto algún tema toma relevancia y este involucra a algún gobernador, gobernadora, funcionario, etc. de inmediato este asunto es asumido por AMLO y rinde opiniones, recomendaciones al respecto, dicta sentencia y señala culpables, dejando a los responsables de dar la cara en un segundo lugar y desviando la atención a él, protegiendo de nuevo al funcionario responsable.

Esto se repite en casi todos los temas, basta que un hecho sea relevante para que el Presidente opine y así deje sin voz al verdadero responsable, también señala como atacarlo, como resolverlo.

Esto tiene varios efectos, en primer lugar, está desviando la atención y la responsabilidad de casi todos los funcionarios hacia AMLO, en segundo lugar, les da un manto protector que los exime de responsabilidades, en tercer lugar, los deja sin voz y finalmente, les ahorra el trabajo de pensar que hacer, Andrés Manuel, dice que hacer y cómo hacerlo.

Cuando no esté AMLO, lo van a extrañar, señalan algunos especialistas en medios de comunicación, señalando como ejemplo a Trump que inundaba los medios cuando era presidente y cuando dejó de serlo, éstos (los medios), se quedaron sin temas y bajaron tanto audiencias, como lectores.

Mientras esto pasa, muchos han renunciado al protagonismo, otros nadan de muertito.