/ viernes 19 de agosto de 2022

Democracia y debate | Persecución religiosa

Nuevamente la imagen ha dado la vuelta al mundo, es brutal, es impresionante, es un mensaje desde Nicaragua para todo el mundo, es el signo de lo que está pasando no sólo en América, en muchas partes del mundo.

“Esta es una batalla entre el bien y el mal”, señala el obispo Rolando Álvarez en Nicaragua, este sacerdote es acusado por el régimen de Daniel Ortega de organizar grupos violentos.

De rodillas, con los brazos en alto, vestido con sotana negra, la cruz en el pecho y con la Policía de su país a sus espaldas, es la imagen de la Iglesia Católica en Nicaragua, perseguida en este país centroamericano.

La persecución de la Iglesia Católica es parte de la historia de la misma Iglesia, de hecho, esta iglesia nace perseguida, nace desde la cruz, que cuelga del obispo nicaragüense, son los fundadores de la iglesia de Cristo, desde su génesis perseguidos, ocultos en catacumbas en Roma.

Así, desde la persecución la Iglesia crece y se fortalece, en México la historia poco contada de los cristeros es un episodio más de la persecución, la historia y testimonio vivo de los misioneros en África, en Asia dan fe de muerte y persecución a sacerdotes y religiosas. Sonora también tiene algunos hechos de muerte a sacerdotes que llegaron a evangelizar.

Se acusa en Nicaragua a la Iglesia Católica de crear zozobra, organizar grupos violentos para desestabilizar al país, aprovechando su condición de líderes religiosos.

Insisto la Iglesia Católica surge desde la persecución y así se fortaleció, su historia de más de 2 mil años, tiene capítulos que muchos temas, incluso el papa Francisco ha pedido perdón en varios países por los hechos violentos que desde la Iglesia lastimaron a naciones enteras.

El odio como herramienta política, el rencor como motor para la acción, es lo que parece que está usando el Gobierno en este país centroamericano para perpetuarse en el poder. Perseguir a la Iglesia no ha resultado en favor de ningún líder mundial.

Por lo pronto considero que la Iglesia sabe de persecuciones y se crece ante ellas, la historia así nos lo demuestra.


Nuevamente la imagen ha dado la vuelta al mundo, es brutal, es impresionante, es un mensaje desde Nicaragua para todo el mundo, es el signo de lo que está pasando no sólo en América, en muchas partes del mundo.

“Esta es una batalla entre el bien y el mal”, señala el obispo Rolando Álvarez en Nicaragua, este sacerdote es acusado por el régimen de Daniel Ortega de organizar grupos violentos.

De rodillas, con los brazos en alto, vestido con sotana negra, la cruz en el pecho y con la Policía de su país a sus espaldas, es la imagen de la Iglesia Católica en Nicaragua, perseguida en este país centroamericano.

La persecución de la Iglesia Católica es parte de la historia de la misma Iglesia, de hecho, esta iglesia nace perseguida, nace desde la cruz, que cuelga del obispo nicaragüense, son los fundadores de la iglesia de Cristo, desde su génesis perseguidos, ocultos en catacumbas en Roma.

Así, desde la persecución la Iglesia crece y se fortalece, en México la historia poco contada de los cristeros es un episodio más de la persecución, la historia y testimonio vivo de los misioneros en África, en Asia dan fe de muerte y persecución a sacerdotes y religiosas. Sonora también tiene algunos hechos de muerte a sacerdotes que llegaron a evangelizar.

Se acusa en Nicaragua a la Iglesia Católica de crear zozobra, organizar grupos violentos para desestabilizar al país, aprovechando su condición de líderes religiosos.

Insisto la Iglesia Católica surge desde la persecución y así se fortaleció, su historia de más de 2 mil años, tiene capítulos que muchos temas, incluso el papa Francisco ha pedido perdón en varios países por los hechos violentos que desde la Iglesia lastimaron a naciones enteras.

El odio como herramienta política, el rencor como motor para la acción, es lo que parece que está usando el Gobierno en este país centroamericano para perpetuarse en el poder. Perseguir a la Iglesia no ha resultado en favor de ningún líder mundial.

Por lo pronto considero que la Iglesia sabe de persecuciones y se crece ante ellas, la historia así nos lo demuestra.