/ viernes 6 de octubre de 2023

El columnario | “Cómo no hablar de Botero…”

Fernando Botero Angulo, Medellín, Colombia, (1932-2023), Del artista plástico de origen colombiano podemos decir bastante, sin embargo, para este pequeño, pero significativo homenaje, por lo que considero pertinente mencionar, así como destacar aspectos importantes en relación a su trabajo y su vida, considerado como uno de los maestros más importantes de la pintura moderna, contando con ello un amplio reconocimiento en el mundo del arte, así como su aporte al mundo de las artes visuales respectivamente, con el llamado estilo “Boteresco”. Así como uno de los artistas plásticos más importantes dentro del arte latinoamericano no es simple mención, ya que su fama logró gran relevancia en los años 50 y 60, mientras el pintor radicaba en Nueva York, sin embargo, fue años más tarde cuando cobró fama internacional, consiguiendo un prestigio entre las galerías más importantes alcanzando así el reconocimiento artístico que con el que años atrás no contaba.

Sin embargo, en una entrevista al maestro Cuevas, sobre Fernando Botero, el pintor mexicano relata lo siguiente: Para cuando yo visitaba Nueva York, ciertamente frecuentaba las mejores galerías y sitios culturales, para ese entonces yo contaba con una galería de amplio reconocimiento que me representaba, a diferencia de Botero que tenía una galería un tanto modesta (la llamada The Contemporary). Aunque debo reconocer que la importancia de Botero es haberse mantenido fiel a una figuración, mientras que el arte abstracto se encontraba en un gran momento y apogeo para esa época… él nunca dejó de ser figurativo, a pesar de las diferencias que existen entre ambos. (José Luis Cuevas, entrevista realizada por un periodista colombiano, 2008).

No es de extrañarse la mención que realiza el escritor mexicano Carlos Fuentes sobre Fernando Botero en su libro “El espejo enterrado” (Fondo de Cultura Económica 1992) en el apartado del Arte Latinoamericano, como uno de los artistas más importantes de las Vanguardias dentro de la pintura, apareciendo junto al pintor mexicano José Luis Cuevas ilustrando dicho apartado las obras “La Casa de Mariduque” (realizado en 1970) del mismo Fernando Botero y la obra “Noche de San Juan” de José Luis Cuevas 1976, respectivamente. De igual manera la crítica de Arte argentina Raquel Tibol, menciona a F. Botero en su libro “Nuevo realismo y posvanguardia en las Américas” (R. Tibol 2003, Ed. Grijalbo).

Por lo que en dicho trabajo (pieza artística), podemos observar un planteamiento un tanto particular, que va desde el uso de una singular paleta de colores propios del autor, así como una composición horizontal, jugando con una variación por demás interesante entre los personajes que se encuentran dentro de la totalidad de la imagen, siendo este un interior, así como ciertos recursos estilísticos, además de la temática que resulta de por si algo contrastante con la acostumbrada doble moral (de la cultura propia), sirviendo lo anterior como una “antítesis” de las llamadas “buenas costumbres” haciendo énfasis en el interior de una casa de citas o prostíbulo de la época, motivo pictórico y visual. Lo que me resulta por demás muy atrayente para recodificar un lenguaje pictórico subyacente en relación a una influencia dibujística, así como plástica en relación a las variaciones y similitudes de un mismo tema. De hecho, cabe mencionar que realice una versión de “La Casa de Mariduque” de Botero, en un grabado de dimensiones medianas bajo la técnica de Aguafuerte al acero titulado: “La Casa de la Putería”, lo anterior como un homenaje de mi parte al maestro colombiano. Así como un lenguaje visual determinante, resignificando los valores pictóricos y visuales por medio de la metáfora, la ironía y el sarcasmo, conceptos propios en la obra de Botero.

“De Igual manera se retoma la influencia del Picasso sobre Botero en relación al Picasso Neoclásico con esas figuras robustas del pintor malagueño, además de cómo esa obra temprana de Botero subyace en lo poético en relación a la composición, las figuras y las formas contenidas de un lenguaje muy particular, propio del artista colombiano”. (Benjamín Rosales 2023).

Recuerdo en anteriores ocasiones haber escrito cierto apunte sobre Botero haciendo alusión a una participación mía en un Columnario:

Martes 15 de septiembre. Soy invitado a participar en el programa de radio e Internet “Confieso que he leído” que conduce y dirige mi amigo Juan Manuel Ávila Félix, en donde ciertamente hable del enfoque aunado al “Boterismo” en relación con la obra del maestro colombiano Fernando Botero, refiriéndome concretamente al libro: “El Arte de Fernando Botero” (Editorial Planeta) en su primera edición de 2010 y escrito por Juan Carlos Botero, siendo este el tercer hijo del matrimonio conformado por el maestro Botero y Gloria Zea, gran promotora del arte y la cultura en la Colombia de aquellos tiempos. En la entrevista hablé sobre la influencia que ejerció la cultura precolombina durante su estancia en México y de cómo descubrió su estilo tan particular, al igual que la amistad que sostuvo con uno de los grandes de la plástica mexicana, como es el caso de Rufino Tamayo, además de comentar sobre las diferencias que sostuvo con el principal representante del movimiento de ruptura José Luis Cuevas, y de cómo éste recibió los embates frontales y ataques por parte del entonces “Enfant Terrible” de la nueva plástica nacional.

Dicho párrafo fue publicado anteriormente y del que por cierto ya relaté en un columnario titulado: “Apuntes y notas culturales en torno a Rosales”, (El Sol de Hermosillo) - Cultura-jueves 22 de octubre 2020 / Columnario, Benjamín Rosales (en la sección de Análisis).

ANÁLISIS

/ JUEVES 22 DE OCTUBRE DE 2020

“El columnario” | Apuntes y notas culturales en torno a Rosales

Sin embargo, el maestro se mantuvo trabajando en sus estudios de pintura entre Nueva York, Mónaco y Pietrasanta. Colección permanente del Banco de Moneda de la República de Colombia, La Plaza Botero, entre otros legados artísticos al pueblo colombiano. Obras sólo por mencionar, “Muerte de Pablo Escobar” (1999), (en sus dos versiones), y “Pablo Escobar Muerto” (2006), “Retrato oficial de la Junta Militar” (1971) “Escenas de Circo”, “Autorretratos” y “El Baile en Colombia” (1980), entre otras obras. Descanse en Paz Maestro Fernando Botero. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…


Fernando Botero Angulo, Medellín, Colombia, (1932-2023), Del artista plástico de origen colombiano podemos decir bastante, sin embargo, para este pequeño, pero significativo homenaje, por lo que considero pertinente mencionar, así como destacar aspectos importantes en relación a su trabajo y su vida, considerado como uno de los maestros más importantes de la pintura moderna, contando con ello un amplio reconocimiento en el mundo del arte, así como su aporte al mundo de las artes visuales respectivamente, con el llamado estilo “Boteresco”. Así como uno de los artistas plásticos más importantes dentro del arte latinoamericano no es simple mención, ya que su fama logró gran relevancia en los años 50 y 60, mientras el pintor radicaba en Nueva York, sin embargo, fue años más tarde cuando cobró fama internacional, consiguiendo un prestigio entre las galerías más importantes alcanzando así el reconocimiento artístico que con el que años atrás no contaba.

Sin embargo, en una entrevista al maestro Cuevas, sobre Fernando Botero, el pintor mexicano relata lo siguiente: Para cuando yo visitaba Nueva York, ciertamente frecuentaba las mejores galerías y sitios culturales, para ese entonces yo contaba con una galería de amplio reconocimiento que me representaba, a diferencia de Botero que tenía una galería un tanto modesta (la llamada The Contemporary). Aunque debo reconocer que la importancia de Botero es haberse mantenido fiel a una figuración, mientras que el arte abstracto se encontraba en un gran momento y apogeo para esa época… él nunca dejó de ser figurativo, a pesar de las diferencias que existen entre ambos. (José Luis Cuevas, entrevista realizada por un periodista colombiano, 2008).

No es de extrañarse la mención que realiza el escritor mexicano Carlos Fuentes sobre Fernando Botero en su libro “El espejo enterrado” (Fondo de Cultura Económica 1992) en el apartado del Arte Latinoamericano, como uno de los artistas más importantes de las Vanguardias dentro de la pintura, apareciendo junto al pintor mexicano José Luis Cuevas ilustrando dicho apartado las obras “La Casa de Mariduque” (realizado en 1970) del mismo Fernando Botero y la obra “Noche de San Juan” de José Luis Cuevas 1976, respectivamente. De igual manera la crítica de Arte argentina Raquel Tibol, menciona a F. Botero en su libro “Nuevo realismo y posvanguardia en las Américas” (R. Tibol 2003, Ed. Grijalbo).

Por lo que en dicho trabajo (pieza artística), podemos observar un planteamiento un tanto particular, que va desde el uso de una singular paleta de colores propios del autor, así como una composición horizontal, jugando con una variación por demás interesante entre los personajes que se encuentran dentro de la totalidad de la imagen, siendo este un interior, así como ciertos recursos estilísticos, además de la temática que resulta de por si algo contrastante con la acostumbrada doble moral (de la cultura propia), sirviendo lo anterior como una “antítesis” de las llamadas “buenas costumbres” haciendo énfasis en el interior de una casa de citas o prostíbulo de la época, motivo pictórico y visual. Lo que me resulta por demás muy atrayente para recodificar un lenguaje pictórico subyacente en relación a una influencia dibujística, así como plástica en relación a las variaciones y similitudes de un mismo tema. De hecho, cabe mencionar que realice una versión de “La Casa de Mariduque” de Botero, en un grabado de dimensiones medianas bajo la técnica de Aguafuerte al acero titulado: “La Casa de la Putería”, lo anterior como un homenaje de mi parte al maestro colombiano. Así como un lenguaje visual determinante, resignificando los valores pictóricos y visuales por medio de la metáfora, la ironía y el sarcasmo, conceptos propios en la obra de Botero.

“De Igual manera se retoma la influencia del Picasso sobre Botero en relación al Picasso Neoclásico con esas figuras robustas del pintor malagueño, además de cómo esa obra temprana de Botero subyace en lo poético en relación a la composición, las figuras y las formas contenidas de un lenguaje muy particular, propio del artista colombiano”. (Benjamín Rosales 2023).

Recuerdo en anteriores ocasiones haber escrito cierto apunte sobre Botero haciendo alusión a una participación mía en un Columnario:

Martes 15 de septiembre. Soy invitado a participar en el programa de radio e Internet “Confieso que he leído” que conduce y dirige mi amigo Juan Manuel Ávila Félix, en donde ciertamente hable del enfoque aunado al “Boterismo” en relación con la obra del maestro colombiano Fernando Botero, refiriéndome concretamente al libro: “El Arte de Fernando Botero” (Editorial Planeta) en su primera edición de 2010 y escrito por Juan Carlos Botero, siendo este el tercer hijo del matrimonio conformado por el maestro Botero y Gloria Zea, gran promotora del arte y la cultura en la Colombia de aquellos tiempos. En la entrevista hablé sobre la influencia que ejerció la cultura precolombina durante su estancia en México y de cómo descubrió su estilo tan particular, al igual que la amistad que sostuvo con uno de los grandes de la plástica mexicana, como es el caso de Rufino Tamayo, además de comentar sobre las diferencias que sostuvo con el principal representante del movimiento de ruptura José Luis Cuevas, y de cómo éste recibió los embates frontales y ataques por parte del entonces “Enfant Terrible” de la nueva plástica nacional.

Dicho párrafo fue publicado anteriormente y del que por cierto ya relaté en un columnario titulado: “Apuntes y notas culturales en torno a Rosales”, (El Sol de Hermosillo) - Cultura-jueves 22 de octubre 2020 / Columnario, Benjamín Rosales (en la sección de Análisis).

ANÁLISIS

/ JUEVES 22 DE OCTUBRE DE 2020

“El columnario” | Apuntes y notas culturales en torno a Rosales

Sin embargo, el maestro se mantuvo trabajando en sus estudios de pintura entre Nueva York, Mónaco y Pietrasanta. Colección permanente del Banco de Moneda de la República de Colombia, La Plaza Botero, entre otros legados artísticos al pueblo colombiano. Obras sólo por mencionar, “Muerte de Pablo Escobar” (1999), (en sus dos versiones), y “Pablo Escobar Muerto” (2006), “Retrato oficial de la Junta Militar” (1971) “Escenas de Circo”, “Autorretratos” y “El Baile en Colombia” (1980), entre otras obras. Descanse en Paz Maestro Fernando Botero. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…