/ lunes 18 de diciembre de 2023

ElCrítico21 | Dejar el mundo atrás: Apocalipsis, ¿ahora?

Alessandro Baricco, novelista y ensayista italiano, presenta en The Game, la cartografía de la actual insurrección digital: en sólo tres décadas dispositivos celulares y computacionales se han vuelto indispensables para la vida y han cambiado nuestra manera de relacionar y comprender la cultura para ensamblarla día a día.

La clave, para Baricco, está en el concepto “todo”. Es decir, si la plataforma no ofrece la totalidad, no será útil. Además, debe ser divertida o, en su lugar, amigable.

¿Qué ocurriría entonces si este ambiente del cual dependemos dejara de funcionar? Sin cobertura, aislados, fuera de esa gigantesca zona de confort, la humanidad experimentaría, sin duda, una catástrofe mayúscula: todo o nada.

Y de eso va Dejar el mundo atrás (Sam Esmail, 2023), el inquietante thriller que mantendrá despiertos a conspiranoicos y haters del ciberespacio al presentar el infierno de todos tan temido: la ausencia de la red digital.

La producción, de Barack y Michelle Obama, narra las vacaciones de Amanda (Julia Roberts), su marido Clay (Ethan Hawke) y sus jóvenes hijos, Archie (Charlie Evans) y la pequeña Rose (Farrah Mackenzie), quien sigue, en su tablet y con obsesiva afición, los últimos episodios de Friends.

Hasta que los servicios digitales dejan de funcionar. Y en la playa, esa misma tarde, la familia atestigua un extraño suceso para el cual no tienen explicación.

Así, el asueto en este balneario residencial pronto muestra un tropiezo. En la casa que Amanda y Clay han rentado, se presentan G.H. (Mahershala Alí) y Ruth, su hija adolescente (Myha’la); son los dueños de la propiedad y solicitan que les sea permitido, al menos, pasar ahí la noche. Esto provoca reacciones airadas por parte de Amanda, pero ante la ausencia de cobertura celular y de internet, acepta.

Dejar el mundo atrás es una película cuya tensión va en aumento durante más de dos horas de proyección. Al ser dividida en cinco episodios, deja migajas de información que son tomados por los protagonistas para intentar completar el rompecabezas y tratar de tomar las mejores decisiones para sobrevivir al desastre inminente.

Venados que aparecen en manada, aves que han cambiado sus costumbres migratorias, enormes embarcaciones fuera de control, aeroplanos que caen en picada ante los ojos de aterrorizados testigos, automóviles Tesla en marcha fatal y dos familias que no encuentran suficientes respuestas.

Dejar el mundo atrás se acerca a Los Pájaros (Alfred Hitchcock, 1963) en cuanto al tratamiento de la historia. Sin detalles suficiente, sólo le queda al espectador confiar en los protagonistas.

Este filme pega como martillo en un momento en el que la dependencia tecnológica y la polarización cultural han crecido de manera exponencial esparciendo discursivas de odio de izquierda a derecha que aumentan nuestra vulnerabilidad.

Qué leer antes o después de la función

Todo va a mejorar, de Almudena Grandes. En España, un nuevo partido político arrasa en las elecciones. Sin embargo, después de un Gran Apagón, se establecen medidas restrictivas en el uso de Internet y surgen duras tácticas de control ante pandemias que amenazan a la población. Una novela distópica y sustantiva.


Alessandro Baricco, novelista y ensayista italiano, presenta en The Game, la cartografía de la actual insurrección digital: en sólo tres décadas dispositivos celulares y computacionales se han vuelto indispensables para la vida y han cambiado nuestra manera de relacionar y comprender la cultura para ensamblarla día a día.

La clave, para Baricco, está en el concepto “todo”. Es decir, si la plataforma no ofrece la totalidad, no será útil. Además, debe ser divertida o, en su lugar, amigable.

¿Qué ocurriría entonces si este ambiente del cual dependemos dejara de funcionar? Sin cobertura, aislados, fuera de esa gigantesca zona de confort, la humanidad experimentaría, sin duda, una catástrofe mayúscula: todo o nada.

Y de eso va Dejar el mundo atrás (Sam Esmail, 2023), el inquietante thriller que mantendrá despiertos a conspiranoicos y haters del ciberespacio al presentar el infierno de todos tan temido: la ausencia de la red digital.

La producción, de Barack y Michelle Obama, narra las vacaciones de Amanda (Julia Roberts), su marido Clay (Ethan Hawke) y sus jóvenes hijos, Archie (Charlie Evans) y la pequeña Rose (Farrah Mackenzie), quien sigue, en su tablet y con obsesiva afición, los últimos episodios de Friends.

Hasta que los servicios digitales dejan de funcionar. Y en la playa, esa misma tarde, la familia atestigua un extraño suceso para el cual no tienen explicación.

Así, el asueto en este balneario residencial pronto muestra un tropiezo. En la casa que Amanda y Clay han rentado, se presentan G.H. (Mahershala Alí) y Ruth, su hija adolescente (Myha’la); son los dueños de la propiedad y solicitan que les sea permitido, al menos, pasar ahí la noche. Esto provoca reacciones airadas por parte de Amanda, pero ante la ausencia de cobertura celular y de internet, acepta.

Dejar el mundo atrás es una película cuya tensión va en aumento durante más de dos horas de proyección. Al ser dividida en cinco episodios, deja migajas de información que son tomados por los protagonistas para intentar completar el rompecabezas y tratar de tomar las mejores decisiones para sobrevivir al desastre inminente.

Venados que aparecen en manada, aves que han cambiado sus costumbres migratorias, enormes embarcaciones fuera de control, aeroplanos que caen en picada ante los ojos de aterrorizados testigos, automóviles Tesla en marcha fatal y dos familias que no encuentran suficientes respuestas.

Dejar el mundo atrás se acerca a Los Pájaros (Alfred Hitchcock, 1963) en cuanto al tratamiento de la historia. Sin detalles suficiente, sólo le queda al espectador confiar en los protagonistas.

Este filme pega como martillo en un momento en el que la dependencia tecnológica y la polarización cultural han crecido de manera exponencial esparciendo discursivas de odio de izquierda a derecha que aumentan nuestra vulnerabilidad.

Qué leer antes o después de la función

Todo va a mejorar, de Almudena Grandes. En España, un nuevo partido político arrasa en las elecciones. Sin embargo, después de un Gran Apagón, se establecen medidas restrictivas en el uso de Internet y surgen duras tácticas de control ante pandemias que amenazan a la población. Una novela distópica y sustantiva.