/ martes 13 de julio de 2021

Un ciudadano pensó | Soy planeta, soy país, soy familia, soy conciencia…

Las familias… Si existe algo que nos une a las personas, son nuestras familias. Hay familias muy unidas, otras no tanto y otras desunidas, pero aun así, aunque estemos peleados con nuestros hermanos, padres o primos, si alguien llega a dañarles, se las van a ver con nosotros. Algo así como, “Yo nada más lo puedo regañar…” Si quieren verlo de manera simpática. Luego hay quienes ven a su cuadra o su cerrada, como si fuera una especie de familia. Por ejemplo, para no irnos más lejos, en la privada donde vivo somos una gran familia y como todas las familias nos reunimos y pasamos momentos muy agradables y otras veces nos agarramos del chongo… Pero si entra una persona desconocida, inmediatamente lo abordamos y le preguntamos a qué viene o con quién, en una actitud de protección de nuestros vecinos o hermanos si quieren verlo como la gran familia que formamos en esta cerrada donde vivo.

Luego está la colonia, que, de manera similar a los casos anteriores, podremos tener problemas entre los que vivimos en esa colonia, pero si personas ajenas se meten con alguien de la colonia, entonces se meten con todos. La situación continúa creciendo a la ciudad de donde somos o vivimos y que queremos, el estado o provincia y después… Nuestro país. Pero la cosa no se detiene ahí, sigue con nuestros hermanos latinoamericanos como personas con quienes compartimos el idioma y el espíritu festivo y la cultura latina… Volviendo a ver el fenómeno de: te metes con mis hermanos salvadoreños, nicaragüenses, mexicanos, venezolanos, chilenos, argentinos… Entonces tienes problemas con nosotros también.

Esto obviamente visto desde la perspectiva de los ciudadanos en general, porque los gobiernos (la mayoría) son leales a “sus” intereses muy particulares y ficticios… Es decir, nada naturales. Al contrario, se nos quiere quitar la naturaleza humana, los gobiernos tratan de desunir a los ciudadanos. La cohesión (unión) ciudadana es “lo pior” para los malos gobiernos (la mayoría).

Es naturaleza humana hacer contacto, es naturaleza humana compartir, es naturaleza humana sentir al otro, es naturaleza humana estar en compañía. Es cierto, como le dije una vez a mi hijo: “Llegamos solos y solos nos vamos”, pero no existimos para estar solos, de lo contrario, no hubiésemos desarrollado la comunicación. Los seres humanos somos seres que nos comunicamos de miles de maneras, es una necesidad básica para nosotros comunicarnos pensamientos y sentimientos. Quien incomunica a un ser humano, matarlo quiere… O por lo menos volverlo loco.

¿Quién no ha soñado con poder hablar con los animales? A ese grado llega nuestra necesidad de comunicación, que hasta soñamos con comunicarnos con animales y hasta cosas.

Por todo esto que te comento, es por lo que digo que en estos tiempos donde se enarbola en países autonombrados del primer mundo, la libertad de expresión es tan sólo un espejismo, una sombra… Y me refiero sólo a redes sociales, porque en la mayoría de los medios de comunicación tradicionales es virtualmente inexistente.

Desde el 2020 cualquier texto, video o audio que contenga ciertas palabras, será amonestado o directamente borrado de las plataformas de redes sociales, mismas que nacieron por la libertad de expresión y fue la libertad la que las hizo crecer de forma increíble. Ahora estas, con pretextos de promover “sana convivencia y respeto”, te dicen qué ideas puedes o no comunicar. Las palabras v4cun4, p4nd3m14, v1ru5. No pueden ser mencionadas, ¿por qué? Porque no conviene. Ahora vemos a canales de YouTube que son borrados simplemente por haber tratado estos temas.

Como nunca, han enseñado los dientes afilados los gobiernos que se autonombran del primer mundo, que se autonombran democráticos mientras interfieren en otros países comprando conveniencias, vulnerando a comunidades en todos los aspectos, promoviendo golpes de Estado a gobiernos elegidos democráticamente, provocando con premeditación, alevosía (Cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente) y ventaja, la mutilación y desunión de las familias, como estrategia para el desequilibrio de las sociedades donde depredan bienes, materias primas e incluso personas.

Debemos recordar que esos gobiernos u organizaciones, antes que nada, no son de nuestros países ni de nuestros estados o provincias, no son de nuestras ciudades ni colonias ni de la cuadra o de la cerrada, tampoco son nuestra casa y no forman parte de nuestra familia… Y tan no lo son, que quieren que nos dividamos al interior de nuestras familias y que no podamos expresarnos libremente. Nuestra naturaleza misma está bajo ataque continuo las 24 horas, los siete días de la semana.

Nuestra libertad de expresar es la base misma de nuestra naturaleza como seres espirituales encarnados, espiritualidad que también ha estado y está bajo ataque implacable, tachando de supercherías o supersticiones, temas como la astrología, el yoga, la meditación. Bloqueando también la capacidad del pensamiento creativo y crítico, quitando de los programas de estudio la filosofía, el civismo, la sociología...

La forma tan tropezada y apresurada como han venido desarrollando sus agendas estos gobiernos antes poderosos, precisamente están haciendo más que evidente su tremenda debilidad ante nuestra creciente fuerza y unión, no lo digo para echarnos porras en vacío, lo digo porque lo sé, lo he visto. El ser humano ante la adversidad se crece… Está en nuestra naturaleza. En los peores momentos en la mayoría brotan heroínas y héroes. Así como la vida encuentra el camino en las peores circunstancias y de la piedra brota la flor, en nuestra raza, la raza humana, de entre las más desalmadas situaciones brota nuestro espíritu y acabamos la oscuridad con nuestra luz.

He visto cómo estos tiempos están abriendo los ojos de cada vez más y más personas. Ya mucha gente sabe que la batalla no está allá afuera sino en nosotros mismos y somos nosotros mismos los salvadores que esperábamos. Ya estamos aquí y ahora. Ya sabemos cuando alguien nos pregunta ¿quién eres? Ya no contestamos con nuestro nombre… Decimos: Soy yo… Soy conciencia y vine a ayudar.

Las familias… Si existe algo que nos une a las personas, son nuestras familias. Hay familias muy unidas, otras no tanto y otras desunidas, pero aun así, aunque estemos peleados con nuestros hermanos, padres o primos, si alguien llega a dañarles, se las van a ver con nosotros. Algo así como, “Yo nada más lo puedo regañar…” Si quieren verlo de manera simpática. Luego hay quienes ven a su cuadra o su cerrada, como si fuera una especie de familia. Por ejemplo, para no irnos más lejos, en la privada donde vivo somos una gran familia y como todas las familias nos reunimos y pasamos momentos muy agradables y otras veces nos agarramos del chongo… Pero si entra una persona desconocida, inmediatamente lo abordamos y le preguntamos a qué viene o con quién, en una actitud de protección de nuestros vecinos o hermanos si quieren verlo como la gran familia que formamos en esta cerrada donde vivo.

Luego está la colonia, que, de manera similar a los casos anteriores, podremos tener problemas entre los que vivimos en esa colonia, pero si personas ajenas se meten con alguien de la colonia, entonces se meten con todos. La situación continúa creciendo a la ciudad de donde somos o vivimos y que queremos, el estado o provincia y después… Nuestro país. Pero la cosa no se detiene ahí, sigue con nuestros hermanos latinoamericanos como personas con quienes compartimos el idioma y el espíritu festivo y la cultura latina… Volviendo a ver el fenómeno de: te metes con mis hermanos salvadoreños, nicaragüenses, mexicanos, venezolanos, chilenos, argentinos… Entonces tienes problemas con nosotros también.

Esto obviamente visto desde la perspectiva de los ciudadanos en general, porque los gobiernos (la mayoría) son leales a “sus” intereses muy particulares y ficticios… Es decir, nada naturales. Al contrario, se nos quiere quitar la naturaleza humana, los gobiernos tratan de desunir a los ciudadanos. La cohesión (unión) ciudadana es “lo pior” para los malos gobiernos (la mayoría).

Es naturaleza humana hacer contacto, es naturaleza humana compartir, es naturaleza humana sentir al otro, es naturaleza humana estar en compañía. Es cierto, como le dije una vez a mi hijo: “Llegamos solos y solos nos vamos”, pero no existimos para estar solos, de lo contrario, no hubiésemos desarrollado la comunicación. Los seres humanos somos seres que nos comunicamos de miles de maneras, es una necesidad básica para nosotros comunicarnos pensamientos y sentimientos. Quien incomunica a un ser humano, matarlo quiere… O por lo menos volverlo loco.

¿Quién no ha soñado con poder hablar con los animales? A ese grado llega nuestra necesidad de comunicación, que hasta soñamos con comunicarnos con animales y hasta cosas.

Por todo esto que te comento, es por lo que digo que en estos tiempos donde se enarbola en países autonombrados del primer mundo, la libertad de expresión es tan sólo un espejismo, una sombra… Y me refiero sólo a redes sociales, porque en la mayoría de los medios de comunicación tradicionales es virtualmente inexistente.

Desde el 2020 cualquier texto, video o audio que contenga ciertas palabras, será amonestado o directamente borrado de las plataformas de redes sociales, mismas que nacieron por la libertad de expresión y fue la libertad la que las hizo crecer de forma increíble. Ahora estas, con pretextos de promover “sana convivencia y respeto”, te dicen qué ideas puedes o no comunicar. Las palabras v4cun4, p4nd3m14, v1ru5. No pueden ser mencionadas, ¿por qué? Porque no conviene. Ahora vemos a canales de YouTube que son borrados simplemente por haber tratado estos temas.

Como nunca, han enseñado los dientes afilados los gobiernos que se autonombran del primer mundo, que se autonombran democráticos mientras interfieren en otros países comprando conveniencias, vulnerando a comunidades en todos los aspectos, promoviendo golpes de Estado a gobiernos elegidos democráticamente, provocando con premeditación, alevosía (Cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente) y ventaja, la mutilación y desunión de las familias, como estrategia para el desequilibrio de las sociedades donde depredan bienes, materias primas e incluso personas.

Debemos recordar que esos gobiernos u organizaciones, antes que nada, no son de nuestros países ni de nuestros estados o provincias, no son de nuestras ciudades ni colonias ni de la cuadra o de la cerrada, tampoco son nuestra casa y no forman parte de nuestra familia… Y tan no lo son, que quieren que nos dividamos al interior de nuestras familias y que no podamos expresarnos libremente. Nuestra naturaleza misma está bajo ataque continuo las 24 horas, los siete días de la semana.

Nuestra libertad de expresar es la base misma de nuestra naturaleza como seres espirituales encarnados, espiritualidad que también ha estado y está bajo ataque implacable, tachando de supercherías o supersticiones, temas como la astrología, el yoga, la meditación. Bloqueando también la capacidad del pensamiento creativo y crítico, quitando de los programas de estudio la filosofía, el civismo, la sociología...

La forma tan tropezada y apresurada como han venido desarrollando sus agendas estos gobiernos antes poderosos, precisamente están haciendo más que evidente su tremenda debilidad ante nuestra creciente fuerza y unión, no lo digo para echarnos porras en vacío, lo digo porque lo sé, lo he visto. El ser humano ante la adversidad se crece… Está en nuestra naturaleza. En los peores momentos en la mayoría brotan heroínas y héroes. Así como la vida encuentra el camino en las peores circunstancias y de la piedra brota la flor, en nuestra raza, la raza humana, de entre las más desalmadas situaciones brota nuestro espíritu y acabamos la oscuridad con nuestra luz.

He visto cómo estos tiempos están abriendo los ojos de cada vez más y más personas. Ya mucha gente sabe que la batalla no está allá afuera sino en nosotros mismos y somos nosotros mismos los salvadores que esperábamos. Ya estamos aquí y ahora. Ya sabemos cuando alguien nos pregunta ¿quién eres? Ya no contestamos con nuestro nombre… Decimos: Soy yo… Soy conciencia y vine a ayudar.