/ viernes 17 de septiembre de 2021

Visión económica | Otra vez el Isssteson, explotó la bomba de tiempo

Visión económica

Otra vez el Isssteson, explotó la bomba de tiempo

Luis A. Galaz*

Ahora en septiembre, por no pagar pensiones a tiempo, otra vez el Isssteson pone en graves aprietos al Gobierno. Respecto a esta problemática, desde hace 23 años hemos publicado varios artículos en diversos medios acerca de la inviabilidad total del Instituto; y, nadie, ni los gobiernos, ni los sindicatos, ni los organismos afiliados, nadie ha hecho nada efectivo para resolver el principal problema, presente y futuro de la Hacienda Pública de Sonora.

Frente al problema crónico degenerativo que tienen las finanzas del Isssteson, sería pertinente iniciar un rescate gradual, integral y de mediano plazo del sistema pensionario, por parte del Gobierno, como rescataron a los bancos, ingenios azucareros, carreteras, grandes empresas, etc.; ahora que no hay corrupción como antes. Esta vez, se trata de rescatar al pueblo.

A pesar de advertencias de la grave amenaza que se cierne sobre todos los institutos de seguridad social, el Gobierno continúa soslayando este serio problema. Mientras que los trabajadores exigen medicamentos y jubilaciones dignas, el Gobierno presenta excusas de desfalcos, malversaciones, desvíos y robos del fondo de pensiones, impunemente cometidos por administraciones anteriores.

De no corregir la insolvencia financiera del Isssteson, pronto se generará un déficit presupuestal tan grande que terminará por hundir la economía del Estado, por lo que tenemos que actuar ahora.

La mayoría de los institutos de seguridad social están en crisis y las perspectivas son muy desfavorables, por la transición demográfica que ejerce una fuerte presión financiera sobre las instituciones. Ante ello, los análisis de solución, deben involucrar a los trabajadores, sindicatos, universidades, así como a los tres órdenes de Gobierno: municipal, estatal y federal. Este grave problema es demasiado vital para todos, como para dejárselo sólo a las frías soluciones actuariales cuya función de ganancias les impide considerar en sus soluciones el aspecto humano, que es el elemento central de los sistemas pensionarios.

El problema se recrudece porque nos hacemos viejos y no tenemos servicios médicos. A diferencia de otros países ricos que primero enriquecieron y luego envejecieron, aquí nosotros envejecemos y seguimos pobres por la corrupción.

Los institutos de pensiones se crearon hace 85 años cuando el mundo era otro, bajo modelos económicos muy diferentes a los que ahora tenemos. Luego se pervirtieron y corrompieron ofreciendo servicios médicos y muchos servicios más. Por lo tanto, urge su reconstitución para su fortalecimiento que mejore la calidad y cobertura de las pensiones.

Es imperativo replantear convenios con los trabajadores sobre la mejor manera de proporcionar las pensiones; y, aparte los servicios médicos, ya no podemos continuar con los viejos e imposibles sistemas del pasado. No podemos perder más tiempo. Aunque el optimismo siempre es positivo y no nos guste la realidad de esta situación, ya no es posible vivir de ilusiones, por lo que urge aplicar medidas correctivas serias, realistas y severas; no revanchistas con ilusorio espíritu justiciero.

En Europa, el proceso de envejecimiento fue más lento y hubo tiempo para adaptarse a esta nueva realidad que en nuestro país. Ahora el problema se agrava por los recortes que el Gobierno aplica a entidades. En consecuencia, la bomba ya explotó en nuestro sistema de pensiones debido a mala administración, al alto costo que representa, al dinamismo con que se incrementa su déficit financiero y al desvío de recursos que se tienen para solucionar esta problemática.

Con el nuevo gobierno del doctor Alfonso Durazo, y antes que otros programas que están debatiendo, tienen que plantear soluciones viables, claras, factibles y precisas a este grave problema. Sin embargo, expresiones justicieras de sus colaboradores tales como la de que los empleados del Instituto defiendan a los desempleados, o que todas las partes sean generosas, o ajustarnos para recuperar la fe en el pacto social, o pelearnos para que las nuevas generaciones tengan fe en el progreso, etc., son sólo dichos revanchistas y fantasías que no aportan soluciones concretas.

En serio, debemos apagar esta bomba que es un reto muy grave y una tarea prioritaria de todos. El desfalco estriba en que los servicios médicos siempre se “comen” las pensiones. Por lo tanto; una solución, entre otras, es separar el pilar primario y original de pensiones, de los servicios médicos y de los otros de seguridad social que se le fueron agregando. Aprendamos lo que hacen en Jalisco y otras partes donde no pervirtieron ni degeneraron las pensiones con otros servicios adicionales sin sustento financiero.


Visión económica

Otra vez el Isssteson, explotó la bomba de tiempo

Luis A. Galaz*

Ahora en septiembre, por no pagar pensiones a tiempo, otra vez el Isssteson pone en graves aprietos al Gobierno. Respecto a esta problemática, desde hace 23 años hemos publicado varios artículos en diversos medios acerca de la inviabilidad total del Instituto; y, nadie, ni los gobiernos, ni los sindicatos, ni los organismos afiliados, nadie ha hecho nada efectivo para resolver el principal problema, presente y futuro de la Hacienda Pública de Sonora.

Frente al problema crónico degenerativo que tienen las finanzas del Isssteson, sería pertinente iniciar un rescate gradual, integral y de mediano plazo del sistema pensionario, por parte del Gobierno, como rescataron a los bancos, ingenios azucareros, carreteras, grandes empresas, etc.; ahora que no hay corrupción como antes. Esta vez, se trata de rescatar al pueblo.

A pesar de advertencias de la grave amenaza que se cierne sobre todos los institutos de seguridad social, el Gobierno continúa soslayando este serio problema. Mientras que los trabajadores exigen medicamentos y jubilaciones dignas, el Gobierno presenta excusas de desfalcos, malversaciones, desvíos y robos del fondo de pensiones, impunemente cometidos por administraciones anteriores.

De no corregir la insolvencia financiera del Isssteson, pronto se generará un déficit presupuestal tan grande que terminará por hundir la economía del Estado, por lo que tenemos que actuar ahora.

La mayoría de los institutos de seguridad social están en crisis y las perspectivas son muy desfavorables, por la transición demográfica que ejerce una fuerte presión financiera sobre las instituciones. Ante ello, los análisis de solución, deben involucrar a los trabajadores, sindicatos, universidades, así como a los tres órdenes de Gobierno: municipal, estatal y federal. Este grave problema es demasiado vital para todos, como para dejárselo sólo a las frías soluciones actuariales cuya función de ganancias les impide considerar en sus soluciones el aspecto humano, que es el elemento central de los sistemas pensionarios.

El problema se recrudece porque nos hacemos viejos y no tenemos servicios médicos. A diferencia de otros países ricos que primero enriquecieron y luego envejecieron, aquí nosotros envejecemos y seguimos pobres por la corrupción.

Los institutos de pensiones se crearon hace 85 años cuando el mundo era otro, bajo modelos económicos muy diferentes a los que ahora tenemos. Luego se pervirtieron y corrompieron ofreciendo servicios médicos y muchos servicios más. Por lo tanto, urge su reconstitución para su fortalecimiento que mejore la calidad y cobertura de las pensiones.

Es imperativo replantear convenios con los trabajadores sobre la mejor manera de proporcionar las pensiones; y, aparte los servicios médicos, ya no podemos continuar con los viejos e imposibles sistemas del pasado. No podemos perder más tiempo. Aunque el optimismo siempre es positivo y no nos guste la realidad de esta situación, ya no es posible vivir de ilusiones, por lo que urge aplicar medidas correctivas serias, realistas y severas; no revanchistas con ilusorio espíritu justiciero.

En Europa, el proceso de envejecimiento fue más lento y hubo tiempo para adaptarse a esta nueva realidad que en nuestro país. Ahora el problema se agrava por los recortes que el Gobierno aplica a entidades. En consecuencia, la bomba ya explotó en nuestro sistema de pensiones debido a mala administración, al alto costo que representa, al dinamismo con que se incrementa su déficit financiero y al desvío de recursos que se tienen para solucionar esta problemática.

Con el nuevo gobierno del doctor Alfonso Durazo, y antes que otros programas que están debatiendo, tienen que plantear soluciones viables, claras, factibles y precisas a este grave problema. Sin embargo, expresiones justicieras de sus colaboradores tales como la de que los empleados del Instituto defiendan a los desempleados, o que todas las partes sean generosas, o ajustarnos para recuperar la fe en el pacto social, o pelearnos para que las nuevas generaciones tengan fe en el progreso, etc., son sólo dichos revanchistas y fantasías que no aportan soluciones concretas.

En serio, debemos apagar esta bomba que es un reto muy grave y una tarea prioritaria de todos. El desfalco estriba en que los servicios médicos siempre se “comen” las pensiones. Por lo tanto; una solución, entre otras, es separar el pilar primario y original de pensiones, de los servicios médicos y de los otros de seguridad social que se le fueron agregando. Aprendamos lo que hacen en Jalisco y otras partes donde no pervirtieron ni degeneraron las pensiones con otros servicios adicionales sin sustento financiero.