/ martes 18 de octubre de 2022

Visión económica | Sociedad insensible ante las crisis humanitarias

Es lamentable comprobar el extensivo grado de insensibilidad de la sociedad contemporánea ante la creciente miseria, pobreza extrema, enfermedad y hambruna que están sufriendo los migrantes del pobre pueblo pobre de México, Centroamérica y otros países; y que, ahora se intensifica por la actual crisis económica, que se agrava aún más por la errónea política económica de los gobiernos.

Aunque todos los órganos de gobierno criminalmente intentan negar esta grave crisis humanitaria, la cantidad de personas que intentan escapar de sus poblaciones de origen hacia los Estados Unidos, aumenta todos los días; ahora en la modalidad de caravanas como la que se avecina desde Chiapas con más de mil migrantes de varios países, quienes sufrirán al caminar por los caminos y carreteras del Sureste mexicano.

Mientras el Gobierno asegura que, según sus datos todos vamos muy bien, diariamente surgen otros datos que exponen a miles de mexicanos, quienes huyen de sus pueblos aterrorizados por la violencia y en busca de oportunidades en el norte, que les permitan encontrar trabajo para sostener a sus familias.

Este éxodo de mexicanos y centroamericanos hacia los Estados Unidos ha llegado a niveles nunca antes vistos, al grado de que algunos gobernantes fronterizos americanos, exageradamente están declarando estas migraciones como una invasión terrorista; mientras que la sociedad en general y los gobernadores fronterizos mexicanos se hacen de la vista gorda, y le avientan el problema a la Federación.

Esta grave crisis humanitaria ha crecido tanto que recientemente las oficinas de migración y seguridad nacional de los Estados Unidos están reportando más de 2,500 migrantes detenidos diariamente al intentar cruzar el Río Bravo. Miles más lo intentan por la línea fronteriza del desierto de Sonora y Arizona. De seguro que el número de capturados es mayor debido a que, sin duda, muchos logran escapar y no son detectados.

Según la Agencia Noticiosa Cronkite News, tan sólo durante el presente verano la migra fronteriza ha encontrado a más de 300 mil migrantes indocumentados, y estiman un gran total de un millón 750 al final del año fiscal que concluye en octubre.

Aquí en Arizona resalta el caso de Yuma donde de 59,960 capturados en enero, la cifra se incrementó hasta los 235,230 durante el verano; aunque reiteramos, podrían ser muchos más quienes se ocultan, escapan y no se contabilizan.

Cualquiera que sea la cifra exacta, toda persona cuenta y vale mucho. Como lo analiza Ira Mehilman, vocera de la Federación para la Reforma Migratoria Americana: la tendencia es creciente e imparable, y que, aunque tratemos de contarlos… en realidad son incontables.

Ahora aumenta la desesperación de estos pobres, quienes antes se arriesgaban sólo los varones jóvenes, luego se agregaron mujeres y ahora se vienen y tratan de cruzar familias completas incluyendo niños y ancianos.

Hoy se ha llegado a tal extremo de su desesperanza, que literalmente nos avientan a niños, infantes y bebés en la línea fronteriza, para que los oficiales de migración los recojan y los lleven a los asilos, abandonados por la desesperación de sus padres, quienes prefieren perder a sus hijos en otro país, a que traten de sobrevivir en el infierno del pueblo de donde huyen.

A pesar del ordenamiento de permanecer en México, instrumentado por Donald Trump y refrendado por el presidente Joe Biden, los migrantes de muchas partes del mundo siguen arriesgando sus vidas y las de sus familias completas, ante la indiferencia criminal de la gente. Mientras miles de mexicanos mueren en las fronteras, seguimos entretenidos con las corcholatas, trenes, pozos petroleros, aeropuertos, etc., cuantas ignominias por demás patibularias.


Es lamentable comprobar el extensivo grado de insensibilidad de la sociedad contemporánea ante la creciente miseria, pobreza extrema, enfermedad y hambruna que están sufriendo los migrantes del pobre pueblo pobre de México, Centroamérica y otros países; y que, ahora se intensifica por la actual crisis económica, que se agrava aún más por la errónea política económica de los gobiernos.

Aunque todos los órganos de gobierno criminalmente intentan negar esta grave crisis humanitaria, la cantidad de personas que intentan escapar de sus poblaciones de origen hacia los Estados Unidos, aumenta todos los días; ahora en la modalidad de caravanas como la que se avecina desde Chiapas con más de mil migrantes de varios países, quienes sufrirán al caminar por los caminos y carreteras del Sureste mexicano.

Mientras el Gobierno asegura que, según sus datos todos vamos muy bien, diariamente surgen otros datos que exponen a miles de mexicanos, quienes huyen de sus pueblos aterrorizados por la violencia y en busca de oportunidades en el norte, que les permitan encontrar trabajo para sostener a sus familias.

Este éxodo de mexicanos y centroamericanos hacia los Estados Unidos ha llegado a niveles nunca antes vistos, al grado de que algunos gobernantes fronterizos americanos, exageradamente están declarando estas migraciones como una invasión terrorista; mientras que la sociedad en general y los gobernadores fronterizos mexicanos se hacen de la vista gorda, y le avientan el problema a la Federación.

Esta grave crisis humanitaria ha crecido tanto que recientemente las oficinas de migración y seguridad nacional de los Estados Unidos están reportando más de 2,500 migrantes detenidos diariamente al intentar cruzar el Río Bravo. Miles más lo intentan por la línea fronteriza del desierto de Sonora y Arizona. De seguro que el número de capturados es mayor debido a que, sin duda, muchos logran escapar y no son detectados.

Según la Agencia Noticiosa Cronkite News, tan sólo durante el presente verano la migra fronteriza ha encontrado a más de 300 mil migrantes indocumentados, y estiman un gran total de un millón 750 al final del año fiscal que concluye en octubre.

Aquí en Arizona resalta el caso de Yuma donde de 59,960 capturados en enero, la cifra se incrementó hasta los 235,230 durante el verano; aunque reiteramos, podrían ser muchos más quienes se ocultan, escapan y no se contabilizan.

Cualquiera que sea la cifra exacta, toda persona cuenta y vale mucho. Como lo analiza Ira Mehilman, vocera de la Federación para la Reforma Migratoria Americana: la tendencia es creciente e imparable, y que, aunque tratemos de contarlos… en realidad son incontables.

Ahora aumenta la desesperación de estos pobres, quienes antes se arriesgaban sólo los varones jóvenes, luego se agregaron mujeres y ahora se vienen y tratan de cruzar familias completas incluyendo niños y ancianos.

Hoy se ha llegado a tal extremo de su desesperanza, que literalmente nos avientan a niños, infantes y bebés en la línea fronteriza, para que los oficiales de migración los recojan y los lleven a los asilos, abandonados por la desesperación de sus padres, quienes prefieren perder a sus hijos en otro país, a que traten de sobrevivir en el infierno del pueblo de donde huyen.

A pesar del ordenamiento de permanecer en México, instrumentado por Donald Trump y refrendado por el presidente Joe Biden, los migrantes de muchas partes del mundo siguen arriesgando sus vidas y las de sus familias completas, ante la indiferencia criminal de la gente. Mientras miles de mexicanos mueren en las fronteras, seguimos entretenidos con las corcholatas, trenes, pozos petroleros, aeropuertos, etc., cuantas ignominias por demás patibularias.