Aceptémoslo, para muchos las fiestas navideñas son más que el cumpleaños del Niño Jesús; también es la época del año cuando nos reunimos con familia y amigos a celebrar como en ningún otra ocasión, dejándonos llevar por la comida y la bebida.
Ahora bien, el maratón Guadalupe-Reyes, casi un mes de rumba y “tamaleada” ininterrumpida no suele dejar las mejores impresiones en tu cuerpo. Por dar un ejemplo, durante este periodo los mexicanos pueden llegar a subir entre 2 y 4 kilos, sin contar los efectos del alcohol y las siempre presentes desveladas.
Iniciando bien el año
Nada de malo tiene celebrar la época navideña con comida y alcohol, siempre y cuando evites los excesos. Si ya te excediste, es hora de poner en marcha esos propósitos de año nuevo y dejar atrás la indulgencia decembrina, solo así cumplirás esa lista de objetivos que cada año sueles posponer.
El ejercicio es una de las mejores opciones para poner a tu cuerpo a punto, pero es importante no cometer el error de muchas personas iniciando con rutinas muy pesadas o estrictas; en la mayoría de los casos esto lleva al agotamiento y falta de motivación cuando los resultados no aparecen mágicamente después de dos visitas al gimnasio.
La recomendación es tomarse el inicio del año con tranquilidad y ser paciente, iniciando con ejercicios ligeros y cortos mientras tu cuerpo se recupera, pronto podrás ir agregando tiempo e intensidad. Es aconsejable iniciar con 10 minutos de ejercicio al día que incluyan flexibilidad, cardio y resistencia.
Volviendo a una dieta normal
Cuando el recalentado ya se ha acabado, es ahora de volver a la comida del día a día, afortunadamente. Durante la época decembrina la carne toma el protagonismo en muchas mesas, especialmente las sonorenses, por lo que vigilar tu consumo de productos de origen animal con cuidado es importante.
Platos ligeros y con alimentos altos en fibra como granos, frijoles, nueces y semillas pueden ayudarte con el proceso de digestión de aquellos atracones festivos, siempre y cuando también lo acompañes de beber mucha agua.
El agua es tu mejor aliado para deshacerte de esa pesadez dejada por las fiestas, cuando queda en segundo plano por el alcohol y otras bebidas. Un vaso de agua con cada comida y alrededor de 15 al día suena como una meta poco realista, pero puedes ir aumentando la cantidad poco a poco hasta hacerte de este hábito.