El cambio climático está moldeando cada vez más los entornos de vida de la Tierra, el aumento de las temperaturas y los cambios en las precipitaciones están presentando entornos distintos a los que ya conocíamos.
Sergio Müller, coordinador de estrategias de Caminantes del Desierto A. C. aseguró que en los últimos 50 años la temperatura ha aumentado medio grado, lo que ha sido suficiente para que, en el caso de la capital sonorense, los árboles comiencen a mostrar un mayor estrés y que no resistan las sequias ni las plagas.
Explicó que, anteriormente se contemplaba hacer acciones para que la temperatura no pasara de 1.5 grados para el año 2050, sin embargo, “lamentablemente este aumento va a suceder para finales de esta década”, mientras que para el año 2100 se espera un aumento de 5 grados más a la temperatura que tenemos actualmente, por lo que podemos esperar un cambio completo en el ecosistema.
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“El cambio climático es algo acumulativo, no es algo de un día para otro, por lo que ha sido gradual a lo largo de 20 años que hemos visto como la temperatura ha ido aumentando en Hermosillo” expresó.
El ambientalista detalló que, en el caso de Hermosillo el aumento en la temperatura ha favorecido a una reproducción más rápida de la pudrición texana, la cual es una plaga común, lo que está ocasionando que mueran más árboles y a su vez haya escases de estos.
Destacó que el 2020 fue el año más seco en Sonora, con una afectación muy fuerte, mientras que en 2021 fue lo opuesto, siendo el año con más precipitaciones del que se tiene registro, y estos extremos opuestos son resultados del cambio climático.
“Ahora este 2023 ha sido el año con mayor sequia del que hemos tenido registro, por lo que se empiezan a notar estos cambios extremos y repentinos de un año a otro”, dijo.
Por otro lado, recordó que hace unos años, en el Golfo de California se generó una tormenta tropical, fenómeno que no había ocurrido antes, dado que esa es una zona más fría y, para la formación de este tipo de tormentas se requiere de aguas más cálidas, esto se puede traducir como que eventualmente podría haber huracanes en lugares donde antes no se presentaban.
Müller mencionó que Bahía de Kino es una zona altamente vulnerable a inundaciones, como lo muestra el Programa de Ordenamiento Territorial del Estado de Sonora, lo que representaría un riesgo con el aumento del nivel del mar, el cual es otro de los efectos del cambio climático.
Subrayó que, en el caso de los incendios forestales, no se cuentan con las temperaturas más frescas de años anteriores, lo que permitía que los árboles se regeneraran más rápido y crecieran, por lo que esa vegetación como pinos y encinos eventualmente va a ser remplazada por vegetación desértica como mezquites, palo verde y cactus.
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“Actualmente no podemos hacer mucho para mitigar estos cambios a gran escala, sin embargo, se pueden realizar acciones pequeñas en lo local, como buscar la forma de volver las ciudades más frescas y resistentes a las sequías” apuntó.
Para finalizar agregó que plantar árboles nativos en calles que son muy anchas y cuya superficie de concreto es mayor es una de las acciones que se pueden realizar para ayudar a mejorar el clima de las ciudades; de igual forma, mejorar la infraestructura para fomentar el uso de medios de transporte que no requieran de combustible, como es la bicicleta.
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