La muerte de tres menores de edad a en manos de su padre, quien luego se quitó la vida, en la colonia Privadas del Real causó indignación en Hermosillo, que a pesar de ser una ciudad donde los reportes de violencia se presentan cada día, rara vez se atrae la atención necesaria para que se hable de enfrentar las situaciones que los desencadenan.
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Este lunes, tras la noticia del asesinato de Carlos , Inan y Esteban, de 17, 11 y 4 años de edad, la comunidad se ha unido en condolencias a la madre que sobrevive a sus hijos, y con la muerte del homicida junto a sus víctimas los gritos de justicia esta vez se han vuelto palabras de aliento para Blanca Esmeralda, y reclamos para tragedias como esta no vuelvan a suceder.
A través de redes sociales, familiares y amigos buscan brindar consuelo a la madre de los hermanos, quien fue también la persona en percatarse de la tragedia y dar aviso a las autoridades.
“Te acompañamos en tu dolor, es horrible lo que pasó. No hay palabras de consuelo para este gran dolor, estamos contigo” reza uno de los comentarios en la publicación que sirve como obituario para los menores, fotografías que los mostraban en vida, juntos y sonrientes.
“No habrá palabras de consuelo en estos momentos, pero sabes que estamos contigo para lo que necesites, de verdad”, inicia otro de los mensajes. Todos buscan brindar consuelo y desear resignación tras la pérdida, después de todo esto es lo que suele quedar para las víctimas del clima de violencia que ha perdurado en el estado.
Mientras que una parte de la comunidad hermosillense se ha unido para llorar la muerte de los hermanos, otra fracción importante, incluyendo a las autoridades, han señalado este caso como uno de los exponentes más extremos del fenómeno de la violencia vicaria en la entidad, el uso de los hijos como instrumento de venganza hacia la pareja.
A través de su cuenta de Twitter la titular de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) en Sonora, la doctora Blanca Camacho Sosa, señaló el aumento en este fenómeno que, señala, ocurre en el estado.
“La violencia vicaria va en aumento en México, no se debe permitir ningún tipo de violencia hacia la niñez y adolescencia, ni física, ni psicológica. Pongamos un alto a la violencia”.
Aunque es difícil encontrar cifras exactas relacionadas con la violencia vicaria para Sonora, los reportes por violencia intrafamiliar sí han ido en aumento desde el inicio de la pandemia.
Por su parte, la gobernadora Claudia Pavlovich, también madre de tres hijas, dio un mensaje público para condenar los actos de violencia que continúan surgiendo.
“Como sociedad no podemos sino condenar estos hechos y trabajar todos juntos para detectar cualquier indicio de violencia en cualquiera de sus manifestaciones y actuar en consecuencia”, concluye el mensaje en el que también entrega su pésame a quienes conocieron en vida a los hermanos.
Convertir la indignación en acciones
Al igual que otros estados, Sonora no tipifica los casos de violencia vicaria como su propio delito, o como un agravante en la comisión de otros. Así mismo, este tipo de violencia en el que se atenta contra los hijos con el fin de dañar a otra persona es uno que, por lo regular, es más difícil de denunciar por temor a represalias por parte del agresor.
¿Qué puede hacerse para que un caso como este no vuelva a suceder? Otros países, como España, han aprobado legislaciones orientadas específicamente a prevenir este tipo de maltrato con medidas como la suspensión de visitas a padres separados cuando exista una orden de protección por violencia de género, además de cuando los menores hayan presenciado o sufrido maltrato ellos mismos.
Aunque todavía se debate la efectividad de la llamada Ley de Infancia de España para prevenir futuros casos de violencia contra niños y adolescentes, sí se trata de un reconocimiento a la existencia de este problema como un fenómeno relacionado, pero también con sus propias diferencias, de lo que suele entenderse por violencia intrafamiliar: se reconoce que esta puede ir más allá de un miembro de la pareja a otra, o de un padre a los hijos, sino que ambas pueden ser parte de la misma cadena, y como tal debe ser abordada.