Los motivos que llevan a un menor de edad a cometer un delito pueden ser muchos, pero toda la comunidad lamenta igualmente cada vez que un niño se convierte en un infractor. Aunque esta situación es poco común, los casos dejan una impresión de la situación económica y de seguridad en dónde ocurren.
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Tal es el caso de Ciudad Obregón, donde esta semana dos menores de edad, de tan solo 12 y 13 años respectivamente, fueron presuntamente atrapados en flagrancia delictiva mientras asaltaban una tienda de conveniencia durante la madrugada del lunes.
Al lugar acudieron elementos de la Policía luego de recibir un llamado por un cristal roto y personas al interior del negocio, topándose con que se trataba de Luis Manuel y Juan Carlos, dos preadolescentes que a pesar de su edad ya cuentan con una carrera criminal, pues no es la primera vez que se les detiene.
Luis Manuel y Juan Carlos han cometido ya varios atracos, por lo que las consecuencias legales de su último golpe podrían ser mayores; de momento les fue asegurada la mercancía robada y fueron puestos a disposición de las autoridades especializadas en menores delincuentes.
A principios de este año Ciudad Obregón también resaltó en los titulares luego de que un presunto grupo de menores, entre los que se estima había un joven de 17 años acompañado por dos niños de 12 y 8, asaltaron juntos una farmacia ubicada en la zona norte.
Mientras uno de ellos, el mayor, amenazaba al cajero con una navaja, los otros dos hacían guardia a la espera de la aparición de la Policía, que no llegó sino tiempo después a la escena.
El cajero entregó a los asaltantes dinero, un celular y cajetillas de cigarros antes de que se dieran a la fuga. Cuando la policía arribó solamente tomaron nota de los hechos antes de retirarse. No hubo detenidos por este atraco.
Según Mario Alberto Esparza Zamora, maestro y subdirector del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica de la Universidad de Guadalajara, la delincuencia infantil ocurre en un contexto de falta de oportunidades, donde “favorece la individualidad, la competencia y el egocentrismo. El adolescente no está aprendiendo a cooperar, el único referente que tiene es el de él”.
Entre los factores que contribuyen al surgimiento de esta problemática están los individuales, como trastornos de la conducta o el consumo de drogas; también las relaciones cercanas como la que se tiene con los padres, que pueden ser ausentes o con un vínculo afectivo deficiente.
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En la comunidad muchos niños se ven expuestos a pandillas, tráfico de drogas y acceso a las armas de fuego, que aunados a la pobreza y las deficiencias del gobierno se convierten en un caldo de cultivo donde la edad para empezar a delinquir se va haciendo cada vez menor.
