/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Conversatorios mineros | ¿Convencidos o por contrato?

En el México de hoy la posibilidad de avanzar en trámites para el sector minero es muy complicada, y cuando la vía institucional está cerrada, lo que nos ha enseñado la historia reciente, es que no debemos rendirnos y debemos emprender la lucha por salir adelante, fortalecidos en nuestra gente, con una firme postura, paciencia, en el marco de la ley y con buenas prácticas.

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Ahora que el Gobierno federal limita el avance del sector minero, al dejar de emitir concesiones, al negar Manifestaciones de Impacto Ambiental, frenar proyectos de exploración vía gobiernos locales, usar el rechazo a la minería como bandera electoral y una larga lista de etcéteras, lo que le resta a las compañías mineras es volver a sus comunidades, voltear a su capital humano y trabajar en construir el respaldo social que les dará legitimidad ante cualquier abuso de la autoridad.

La licencia social es todo un tema, si bien muchas empresas mineras la obtienen de forma legítima y con las mejores prácticas, en un arrebato de honestidad debemos aceptar para muchas otras la licencia social se refiere a los acuerdos de ocupación de superficies que representan un pago anual a los ejidos; becas, donaciones, despensas y algunas obras de infraestructura en educación y salud, definitivamente no está mal, sin embargo esto no dejar de ser una negociación en la que el apoyo a las mineras es condicionado, es producto de un pacto comercial entre miembros de una comunidad, líderes o activistas, que aceptan en nombre de la colectividad cederte derechos, abrirte su entorno y participar de tu proyecto, sin embargo, esto no deja de estar sujeto a un contrato en dos vías, se cumple o no hay licencia, lo cual repito, es válido y legal.

Sin embargo las compañías mineras todas deben aspirar a más, a que la comunidad pueda hacer cohesión en torno a ellas y sentirse parte de una familia, una familia que defiendes, sus principios, ideales, colores, logotipo, justamente lo que pasa con los equipos deportivos que generan pertenencia y orgullo. Entiendo que trasladar esto a los centros laborales es realmente retador, pero se logra y en el sector minero en México hay empresas distinguidas por ser excelente espacios de trabajo; En lo personal cuando platicaba con jóvenes universitarios, cuando el mundo era normal, les compartía que en minería se tienen muchas plazas para gente con una formación profesional ajena a las ciencias de la tierra, y que es rarísimo que estas personas decidan salirse del mundo laboral minero, de entrada los sueldos son muy competitivos, pero sobre todo porque hay oportunidades de formarte, especializarte y crecer, es cosa de estar en el lugar indicado, donde desarrollan talento y lo mantienen en su capital humano, pues para esas empresas que son ejemplo al ocuparse de ser fuertes al interior y en su entorno inmediato, no habrá gobierno, ni partido político que las desprestigie, porque así es como tenemos que trabajar hoy por la minería en México, convencidos, no por contrato.

En el México de hoy la posibilidad de avanzar en trámites para el sector minero es muy complicada, y cuando la vía institucional está cerrada, lo que nos ha enseñado la historia reciente, es que no debemos rendirnos y debemos emprender la lucha por salir adelante, fortalecidos en nuestra gente, con una firme postura, paciencia, en el marco de la ley y con buenas prácticas.

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Ahora que el Gobierno federal limita el avance del sector minero, al dejar de emitir concesiones, al negar Manifestaciones de Impacto Ambiental, frenar proyectos de exploración vía gobiernos locales, usar el rechazo a la minería como bandera electoral y una larga lista de etcéteras, lo que le resta a las compañías mineras es volver a sus comunidades, voltear a su capital humano y trabajar en construir el respaldo social que les dará legitimidad ante cualquier abuso de la autoridad.

La licencia social es todo un tema, si bien muchas empresas mineras la obtienen de forma legítima y con las mejores prácticas, en un arrebato de honestidad debemos aceptar para muchas otras la licencia social se refiere a los acuerdos de ocupación de superficies que representan un pago anual a los ejidos; becas, donaciones, despensas y algunas obras de infraestructura en educación y salud, definitivamente no está mal, sin embargo esto no dejar de ser una negociación en la que el apoyo a las mineras es condicionado, es producto de un pacto comercial entre miembros de una comunidad, líderes o activistas, que aceptan en nombre de la colectividad cederte derechos, abrirte su entorno y participar de tu proyecto, sin embargo, esto no deja de estar sujeto a un contrato en dos vías, se cumple o no hay licencia, lo cual repito, es válido y legal.

Sin embargo las compañías mineras todas deben aspirar a más, a que la comunidad pueda hacer cohesión en torno a ellas y sentirse parte de una familia, una familia que defiendes, sus principios, ideales, colores, logotipo, justamente lo que pasa con los equipos deportivos que generan pertenencia y orgullo. Entiendo que trasladar esto a los centros laborales es realmente retador, pero se logra y en el sector minero en México hay empresas distinguidas por ser excelente espacios de trabajo; En lo personal cuando platicaba con jóvenes universitarios, cuando el mundo era normal, les compartía que en minería se tienen muchas plazas para gente con una formación profesional ajena a las ciencias de la tierra, y que es rarísimo que estas personas decidan salirse del mundo laboral minero, de entrada los sueldos son muy competitivos, pero sobre todo porque hay oportunidades de formarte, especializarte y crecer, es cosa de estar en el lugar indicado, donde desarrollan talento y lo mantienen en su capital humano, pues para esas empresas que son ejemplo al ocuparse de ser fuertes al interior y en su entorno inmediato, no habrá gobierno, ni partido político que las desprestigie, porque así es como tenemos que trabajar hoy por la minería en México, convencidos, no por contrato.