Un estudio de la Universidad de Arizona y El Colegio de Sonora documentó la problemática de la mujer y la falta de equidad en zonas mineras. La publicación visibiliza un fenómeno estructural e institucional que afecta a miles de familias en el país, donde la mujer tiene condiciones igualitarias dentro de la empresa, pero un entorno inequitativo fuera de ella.
Las investigadoras América Lutz, de El Colegio de Sonora y Stephanie Buechler, de la Universidad de Arizona, son responsables del estudio cuyo título traduzco cómo Mujer y Minería en el Noroeste de México: Un enfoque de ecología política feminista, que contextualiza con estudios de Oaxaca, Hidalgo y Guerrero, pero se centra en una serie de entrevistas a mujeres de los municipios de Magdalena y Cucurpe, Sonora.
El estudio podría mostrar simplemente un compendio de historias y lugares comunes para quienes hemos trabajado en minería, o para quienes viven en localidades mineras, sin embargo su importancia reside en las observaciones a una serie de situaciones que hemos normalizado y que evidencian cómo la igualdad dentro de las minas, genera inequidad en la vida de sus empleadas, empleados y de los pobladores de comunidades vecinas.
Con una serie de ejemplos y extractos de entrevistas Lutz/Buechler explican cómo empresas mineras persiguen buenas prácticas y políticas de responsabilidad social, tratando a sus trabajadores como un grupo homogéneo, sin entender que las necesidades de hombres y mujeres, y su rol de vida son distintos.
A mi entender, los hombres empleados de mina, tienen en casa el rol de proveedores únicamente, mientras que las mujeres que adoptan este rol no abandonan sus obligaciones como educadoras, cocineras, afanadoras y esposas. Tienen el mismo sueldo y horario que un varón, pero claramente fuera del cerco de la mina tiene un cúmulo de obligaciones adicionales y viven en un entorno social que castiga a la mujer que evade esos quehaceres.
Otra parte interesante de este estudio es que también señala el fenómeno del padre soltero, para el cual la mayoría de las empresas no tiene contemplados permisos especiales para que acudan a juntas escolares o visitas al médico con sus hijos, lo cual “institucionaliza el rol del padre y abona a perpetuar el rol machista del proveedor”. Otros puntos interesantes en la investigación coordinada por la doctora Lutz, es que las mujeres mineras encuentran la principal crítica y obstáculos a su carrera por parte de otras mujeres, dentro y fuera de la mina, así como la falta de reconocimiento social para las madres trabajadoras en sus comunidades, mención aparte la total carencia de ayuda de gobierno para ellas en zonas rurales.
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Más estudios como éste y más extensos por favor, porque los puntos y la explicación están en la mesa y ahora tendríamos que analizar las opciones de solución y la forma de reestructurar políticas institucionales más equitativas y menos igualitarias. Gracias finalmente a #Reporte100 de Uniradio, donde conocí sobre este documento en una entrevista a América Lutz de parte de Juan Carlos Zúñiga. La publicación completa está en <www.researchgate.net>.
