Nuestro todavía presidente Andrés Manuel López Obrador, cubre con su manto protector a los suyos y es tan poderoso este manto que los suyos pueden hacer y dejar de hacer casi cualquier cosa a su nombre, ya que quienes quieren a AMLO justifican los hechos incluso cuando violan la ley.
El amor del pueblo bueno, más no sabio en su amor entrega la carta de impunidad para que incluso dañen y lastimen al mismo pueblo bueno.
Casos son muchos, varios se han presentado, desde Manuel Bartlett, Nahle, Delgado, entre muchos otros, incluyendo hermanos, hijos y un gran número de personas que a nombre de AMLO hace lo que les viene en gana.
Este manto es tan impermeable que la ciudadanía no castiga y parece que no lo va a hacer, basta una justificación sin base, sin evidencia desde la mañanera para que todo se olvide o se le reste importancia.
Pruebas pide Andrés a quienes señalan a los suyos, a los que cubre, a los que protege, pruebas se presentan, denuncias se ingresan, juicios inician y el mando es capaz de cubrir todo.
Es tan grande el manto que alcanza para cubrir fortunas, casas, corrupción, crímenes y un gran rosario de actos que rayan en la ilegalidad o son delitos.
Incluso el manto protector cubre el proceso electoral, el amor del pueblo por el poderoso le da impunidad, le pone indebidamente por encima de la ley, esto el poderoso lo sabe y ejerce el poder como lo recomendaría Maquiavelo.
Se ha violado la ley desde palacio en entre proceso, se ha violado la ley por parte de muchos cercanos al poder, se ha violado la ley por muchos candidatos que están cubiertos de morena, se ha violado la ley por los amigos y cercanos a la silla presidencial y, sin embargo, no hay castigo social, no hay reproche, no hay señalamiento y tampoco hay condena.
De este tamaño es el manto protector de AMLO con el cual cubre a los suyos, ahora falta ver si este manto cubre el día “D”.
