/ martes 21 de junio de 2022

Democracia y debate | El sexenio ha terminado

Poco o nada importa ya lo que ocurra en lo que queda del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, nuestro todavía presidente en México, los temas fundamentales como seguridad, salud, economía y educación, están ya totalmente opacados por la sucesión presidencial.

Esto como resultado de la extraordinaria estrategia de comunicación de AMLO, que puede mantener distraído a todo un país en los temas que él quiere, para que así nadie preste atención a los temas que no desea se discutan.

Competirán con AMLO pero sólo en la medida que él lo desee, Marcelo, Claudia y Adán, serán las corcholatas tema de las mañaneras, así como su agenda (de los presidenciables) será ya motivo de comentarios y análisis rumbo al 2024.

Como pocos nuestro Presidente soporta el desgaste mediático, pero no sólo eso, parece que se alimenta de la comunicación, todos los días, como Presidente, pero también desde que se convirtió en figura pública, ya suma años en el foco de los medios, incluso cuando el señalaba un “cerco informativo” en su contra, era blanco de atención.

Es difícil recordar a otro político mexicano que sea tan atractivo para los medios y tan resistente a los mismos. Desde Palacio se ponen los temas de la agenda pública, se genera la opinión y se destroza al enemigo.

Para bien o para mal, el tema de Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, la nueva refinería, la estrategia de abrazos y no balazos, la inflación, el desempleo, la crisis del sistema de salud y un gran número de etcéteras, quedan sepultados bajo la figura del gran elector que con su dedo poderoso señalara al ganador o ganadora de este perverso juego de corcholatas.

Así quedarán sepultados los temas que le puedan ser incómodos al Presidente y a su partido, así serán destrozados en la plaza pública los que difieran con su política, así la carrera presidencial se llevará todos los reflectores, así el juego del poder nos mantendrá entretenidos por lo que resta del sexenio, mientras tanto pasarán masacres, se sumarán crisis de salud, se complicará la realidad de los educandos y educadores en el País, así se derrumbará la economía, así se seguirá colapsando el espacio aéreo mexicano y muchas cosas más. Pero todos los ojos, todas las miradas y todo el interés serán dirigidos hacia quien sea el bendecido por el señor como su sucesor o sucesora.

Todo lo demás puede esperar, porque esto ya se terminó.

Poco o nada importa ya lo que ocurra en lo que queda del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, nuestro todavía presidente en México, los temas fundamentales como seguridad, salud, economía y educación, están ya totalmente opacados por la sucesión presidencial.

Esto como resultado de la extraordinaria estrategia de comunicación de AMLO, que puede mantener distraído a todo un país en los temas que él quiere, para que así nadie preste atención a los temas que no desea se discutan.

Competirán con AMLO pero sólo en la medida que él lo desee, Marcelo, Claudia y Adán, serán las corcholatas tema de las mañaneras, así como su agenda (de los presidenciables) será ya motivo de comentarios y análisis rumbo al 2024.

Como pocos nuestro Presidente soporta el desgaste mediático, pero no sólo eso, parece que se alimenta de la comunicación, todos los días, como Presidente, pero también desde que se convirtió en figura pública, ya suma años en el foco de los medios, incluso cuando el señalaba un “cerco informativo” en su contra, era blanco de atención.

Es difícil recordar a otro político mexicano que sea tan atractivo para los medios y tan resistente a los mismos. Desde Palacio se ponen los temas de la agenda pública, se genera la opinión y se destroza al enemigo.

Para bien o para mal, el tema de Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, la nueva refinería, la estrategia de abrazos y no balazos, la inflación, el desempleo, la crisis del sistema de salud y un gran número de etcéteras, quedan sepultados bajo la figura del gran elector que con su dedo poderoso señalara al ganador o ganadora de este perverso juego de corcholatas.

Así quedarán sepultados los temas que le puedan ser incómodos al Presidente y a su partido, así serán destrozados en la plaza pública los que difieran con su política, así la carrera presidencial se llevará todos los reflectores, así el juego del poder nos mantendrá entretenidos por lo que resta del sexenio, mientras tanto pasarán masacres, se sumarán crisis de salud, se complicará la realidad de los educandos y educadores en el País, así se derrumbará la economía, así se seguirá colapsando el espacio aéreo mexicano y muchas cosas más. Pero todos los ojos, todas las miradas y todo el interés serán dirigidos hacia quien sea el bendecido por el señor como su sucesor o sucesora.

Todo lo demás puede esperar, porque esto ya se terminó.