/ lunes 6 de mayo de 2024

Democracia y debate | Elecciones en la recta final, todo ha terminado

Entramos en la recta final de este proceso electoral, que tantos muertos ha dejado en su camino y en particular este ejercicio democrático ha costado la vida de muchos aspirantes a cargos de elección popular, así como a ciudadanos que tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar y momento del crimen.

Las campañas iniciaron tramposamente desde hace mucho pero mucho tiempo, con escapes legales y en momentos con trampas abiertas, en particular con esa tomada de pelo que fue el desfile de las corcholatas.

Ya quedaron atrás episodios como el berrinche de Marcelo, de Adán, el desconsuelo de Monreal y las puntadas de Noroña, así como también el tema de la puerta de palacio de Xóchitl y el abandono del barco naranja de Samuel.

Ahora, es claro que lo que no pase en 15 días, ya no pasó, si no pasa algo realmente extraordinario en el proceso electoral, las cosas ya están prácticamente resueltas, se hizo lo que se tenía que hacer y se dejó de hacer lo que también se debió hacer.

Los resultados salvo que pase insisto algo muy extraño o que en el tercer debate ocurran realmente sorpresas muy fuertes, el tema está solventado.

La verdad es que desde el poder se operó el proceso electoral desde el día uno de su llegada, fueron realmente buenos en este sentido, en términos de propaganda destacaron y consolidaron en la mente de los mexicanos un estilo de pensar y de ver el mundo que es posible les redunde en votos.

Así es, el proceso está en su recta final y está por iniciar el siguiente y el siguiente, la campaña electoral arranca el día uno de tomar el cargo que se acaba de conseguir.

Cada ejercicio electoral es más complejo que el anterior, este lamentablemente se ha distinguido por la violencia contra las y los candidatos, así como por los ataques a los medios de comunicación, la operación de gobernadores y la abierta campaña desde Palacio Nacional.

Los que mandan están haciendo lo que tienen que hacer para conservar el poder y el tiempo prácticamente ha terminado.

Lo que no se hizo antes, ya no se puede hacer ahora. Salvo algo extraordinario, todo ha terminado.

Entramos en la recta final de este proceso electoral, que tantos muertos ha dejado en su camino y en particular este ejercicio democrático ha costado la vida de muchos aspirantes a cargos de elección popular, así como a ciudadanos que tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar y momento del crimen.

Las campañas iniciaron tramposamente desde hace mucho pero mucho tiempo, con escapes legales y en momentos con trampas abiertas, en particular con esa tomada de pelo que fue el desfile de las corcholatas.

Ya quedaron atrás episodios como el berrinche de Marcelo, de Adán, el desconsuelo de Monreal y las puntadas de Noroña, así como también el tema de la puerta de palacio de Xóchitl y el abandono del barco naranja de Samuel.

Ahora, es claro que lo que no pase en 15 días, ya no pasó, si no pasa algo realmente extraordinario en el proceso electoral, las cosas ya están prácticamente resueltas, se hizo lo que se tenía que hacer y se dejó de hacer lo que también se debió hacer.

Los resultados salvo que pase insisto algo muy extraño o que en el tercer debate ocurran realmente sorpresas muy fuertes, el tema está solventado.

La verdad es que desde el poder se operó el proceso electoral desde el día uno de su llegada, fueron realmente buenos en este sentido, en términos de propaganda destacaron y consolidaron en la mente de los mexicanos un estilo de pensar y de ver el mundo que es posible les redunde en votos.

Así es, el proceso está en su recta final y está por iniciar el siguiente y el siguiente, la campaña electoral arranca el día uno de tomar el cargo que se acaba de conseguir.

Cada ejercicio electoral es más complejo que el anterior, este lamentablemente se ha distinguido por la violencia contra las y los candidatos, así como por los ataques a los medios de comunicación, la operación de gobernadores y la abierta campaña desde Palacio Nacional.

Los que mandan están haciendo lo que tienen que hacer para conservar el poder y el tiempo prácticamente ha terminado.

Lo que no se hizo antes, ya no se puede hacer ahora. Salvo algo extraordinario, todo ha terminado.