/ jueves 2 de mayo de 2024

Democracia y debate | 30 de abril

Dos pequeños (uno ya no tanto) inundan de alegría, desorden, energía, enojo, cansancio, angustia, desesperación y satisfacción, entre muchos otros sentimientos y emociones mi vida.

Son Max y Patricio un motor que con fuerza empuja a lugares donde nunca pensé que llegaría, ellos me han hecho padre y ellos me han provocado las mayores satisfacciones y alegrías, pero también me han provocado las más profundas dudas, ante la incertidumbre de lo que estoy haciendo como responsable de su formación integral.

Todos los días en casa son días de ellos, de estos dos pequeños que desde muy temprano y hasta entrada la noche buscan atención, cariño, juegos y consuelo.

Estar al frente de uno o varios niños o niñas es la más extraordinaria realidad a la que nos enfrentamos, también cargada de responsabilidad e incertidumbre, todo lo que hagamos en los maravillosos años de infancia tendrá consecuencias positivas o negativas en el futuro de estos maravillosos bajitos.

No imagino la vida sin ellos, no imagino si quiera la posibilidad de perderlos, sé que el tiempo los alejará de mí, cuando dejen de ser niños, cuando mi labor termine, cuando estén listos para iniciar su camino en solitario y quizá tener la fortuna que me han dado de también ellos contar con sus pequeños o pequeñas.

La vida fue generosa conmigo, he tenido en mi vida sobrinos que ya no son niños, sin embargo, llegaron más, en forma de hermosas princesas, tres pequeñas que alimentan cada que las pienso y las veo mi espirito para que junto con mis propios bajitos la vida brille con intensidad.

Felicidades Max, Patricio, queridos y amados hijos míos y a mis bellas sobrinas, princesas que alegran ese lado ausente hasta su llegada, Ivana, Luciana y Viviana.

Feliz Día del Niño a todas y a todos y también felicidades a todas y todos aquellos que tienen la dicha de tan gran responsabilidad de acompañarlos en sus primeros pasos.

Dos pequeños (uno ya no tanto) inundan de alegría, desorden, energía, enojo, cansancio, angustia, desesperación y satisfacción, entre muchos otros sentimientos y emociones mi vida.

Son Max y Patricio un motor que con fuerza empuja a lugares donde nunca pensé que llegaría, ellos me han hecho padre y ellos me han provocado las mayores satisfacciones y alegrías, pero también me han provocado las más profundas dudas, ante la incertidumbre de lo que estoy haciendo como responsable de su formación integral.

Todos los días en casa son días de ellos, de estos dos pequeños que desde muy temprano y hasta entrada la noche buscan atención, cariño, juegos y consuelo.

Estar al frente de uno o varios niños o niñas es la más extraordinaria realidad a la que nos enfrentamos, también cargada de responsabilidad e incertidumbre, todo lo que hagamos en los maravillosos años de infancia tendrá consecuencias positivas o negativas en el futuro de estos maravillosos bajitos.

No imagino la vida sin ellos, no imagino si quiera la posibilidad de perderlos, sé que el tiempo los alejará de mí, cuando dejen de ser niños, cuando mi labor termine, cuando estén listos para iniciar su camino en solitario y quizá tener la fortuna que me han dado de también ellos contar con sus pequeños o pequeñas.

La vida fue generosa conmigo, he tenido en mi vida sobrinos que ya no son niños, sin embargo, llegaron más, en forma de hermosas princesas, tres pequeñas que alimentan cada que las pienso y las veo mi espirito para que junto con mis propios bajitos la vida brille con intensidad.

Felicidades Max, Patricio, queridos y amados hijos míos y a mis bellas sobrinas, princesas que alegran ese lado ausente hasta su llegada, Ivana, Luciana y Viviana.

Feliz Día del Niño a todas y a todos y también felicidades a todas y todos aquellos que tienen la dicha de tan gran responsabilidad de acompañarlos en sus primeros pasos.