/ miércoles 2 de octubre de 2019

Visión económica | 2 de octubre, pueblo desunido y la 4T

Después del Mes Patrio, llegamos al inmemorial aniversario del 2 de octubre, cuando mucha gente, sobre todo en la CDMX sale a las calles a manifestarse para que no olvidemos la trágica tarde-noche del 2 de octubre de 1968. Desde esas fechas un alarido muy popular de los manifestantes era y aún sigue siendo la exclamación de que: “el pueblo unido jamás será vencido”. Este antiguo clamor que ya se había popularizado desde antes de 1968 con las insurrecciones de los médicos, maestros, ferrocarrileros, electricistas y opositores al régimen autoritario y patibulario, de las décadas de los sesenta y setenta con la dictadura del PRI, se sigue utilizando hasta la fecha con los mismos propósitos de protesta.

Así cada año seguimos escuchando la misma arenga hacia un pueblo unido; empero, este no fue el caso del desunido pueblo mexicano de finales de los sesenta, ni nunca lo ha sido a lo largo de nuestra historia, ni tampoco lo es en el México actual. Ahora que el presidente López Obrador plantea una Cuarta Transformación Nacional, la 4T, tampoco contamos con la unión del pobre pueblo sabio; unión que nunca hemos logrado ni en la primera, segunda ni tercera transformación del país como les llama el actual gobernante.

Respecto a la Independencia o Primera Transformación que hoy alude el Gobierno, tenemos que considerar que al lograr la Independencia de España durante los años desde 1821 hasta el año de 1824, lo primero que sufrimos fue la desunión de los auténticos libertadores como Agustín de Iturbide, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, entre otros, quienes terminaron desunidos matándose unos a otros.

Durante la Segunda Transformación, que como el presidente López Obrador denomina a la Época de Benito Juárez y la Guerra de Reforma, lo que México sufrió por la desunión de sus habitantes, fueron las invasiones extranjeras y las matanzas derivadas de la desunión del pueblo y guerras entre los conservadores y liberales.

La Revolución de inicios del siglo pasado, llamada ahora la Tercera Transformación, que padecimos desde 1910 hasta la década de los veinte por las luchas cristeras, también se caracteriza por la desunión del pueblo que generaron las luchas intestinas y los asesinatos entre los máximos líderes revolucionarios como Madero, Pino Suárez, Zapata, Carranza, Villa, Obregón, y muchos más.

Hoy, en la 4T, el pobre pueblo mexicano sigue muy desunido, y a diario el propio Presidente desintegra aún más a la nación, afirmando constante y reiteradamente que siempre hay que luchar entre nosotros mismos contra los fifís, tecnócratas, capitalistas, neoliberales, empresarios rapaces, conservadores y contra todos los disidentes de su Gobierno. Así, el pueblo mexicano nunca, nunca se ha unido y, por eso, siempre ha sido vencido y se hunde cada vez más en la pobreza.

Después del Mes Patrio, llegamos al inmemorial aniversario del 2 de octubre, cuando mucha gente, sobre todo en la CDMX sale a las calles a manifestarse para que no olvidemos la trágica tarde-noche del 2 de octubre de 1968. Desde esas fechas un alarido muy popular de los manifestantes era y aún sigue siendo la exclamación de que: “el pueblo unido jamás será vencido”. Este antiguo clamor que ya se había popularizado desde antes de 1968 con las insurrecciones de los médicos, maestros, ferrocarrileros, electricistas y opositores al régimen autoritario y patibulario, de las décadas de los sesenta y setenta con la dictadura del PRI, se sigue utilizando hasta la fecha con los mismos propósitos de protesta.

Así cada año seguimos escuchando la misma arenga hacia un pueblo unido; empero, este no fue el caso del desunido pueblo mexicano de finales de los sesenta, ni nunca lo ha sido a lo largo de nuestra historia, ni tampoco lo es en el México actual. Ahora que el presidente López Obrador plantea una Cuarta Transformación Nacional, la 4T, tampoco contamos con la unión del pobre pueblo sabio; unión que nunca hemos logrado ni en la primera, segunda ni tercera transformación del país como les llama el actual gobernante.

Respecto a la Independencia o Primera Transformación que hoy alude el Gobierno, tenemos que considerar que al lograr la Independencia de España durante los años desde 1821 hasta el año de 1824, lo primero que sufrimos fue la desunión de los auténticos libertadores como Agustín de Iturbide, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, entre otros, quienes terminaron desunidos matándose unos a otros.

Durante la Segunda Transformación, que como el presidente López Obrador denomina a la Época de Benito Juárez y la Guerra de Reforma, lo que México sufrió por la desunión de sus habitantes, fueron las invasiones extranjeras y las matanzas derivadas de la desunión del pueblo y guerras entre los conservadores y liberales.

La Revolución de inicios del siglo pasado, llamada ahora la Tercera Transformación, que padecimos desde 1910 hasta la década de los veinte por las luchas cristeras, también se caracteriza por la desunión del pueblo que generaron las luchas intestinas y los asesinatos entre los máximos líderes revolucionarios como Madero, Pino Suárez, Zapata, Carranza, Villa, Obregón, y muchos más.

Hoy, en la 4T, el pobre pueblo mexicano sigue muy desunido, y a diario el propio Presidente desintegra aún más a la nación, afirmando constante y reiteradamente que siempre hay que luchar entre nosotros mismos contra los fifís, tecnócratas, capitalistas, neoliberales, empresarios rapaces, conservadores y contra todos los disidentes de su Gobierno. Así, el pueblo mexicano nunca, nunca se ha unido y, por eso, siempre ha sido vencido y se hunde cada vez más en la pobreza.