/ lunes 1 de junio de 2020

Visión económica | Crecimiento y desarrollo sin dogmas

En previsión al crecimiento negativo o decrecimiento estimado en un -10% % que sufrirá la economía mexicana durante este año, y que será el peor resultado de los últimos 80 años, medido por el parámetro mundialmente avalado y reconocido como Producto Interno Bruto, o PIB; hoy, de nuevo se presenta una vana discusión originada esta semana por el presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, en torno a estos conceptos de la Ciencia Económica.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

Ahora la querella generada por las contradicciones e incongruencias de AMLO con respecto a los términos macroeconómicos más significativos tales como crecimiento, riqueza, PIB, desarrollo, ingreso, bienestar, progreso, desarrollo humano, pobreza, subdesarrollo y calidad de vida, está en la mesa de discusión de economistas, quienes seguido polarizan esta temática por sus dogmas y sesgos ideológicos.

De manera clara, ecuánime y objetiva, el Foro Económico Mundial, el Banco Mundial, el FMI, la OCDE y la ONU periódicamente evalúan el desempeño de todas las naciones del mundo y publican, en base al Crecimiento Económico, el Índice de Desarrollo Humano, la Competitividad, Libertad Económica, la Felicidad y el Índice de Calidad de Vida, entre otros parámetros que son las mejores medidas del Bienestar y Desarrollo para todos los países, mismos que son indicadores reconocidos y aceptados objetivamente en todo el mundo. Aquí también los estiman las universidades, los bancos, las calificadoras de inversión, los centros de Investigación Socioeconómica, Banxico y el Inegi, entre otras instituciones públicas y privadas.

Pero hace días, cuando AMLO, con una cínica sonrisa burlona titubea al ignorar e interpretar erróneamente la significancia de estos importantes conocimientos, parámetros y procesos socioeconómicos del crecimiento económico, pues preocupa a los agentes económicos y a los sectores productivos de la economía nacional, cuando el Presidente desconoce y menosprecia la extrema importancia y trascendencia del crecimiento. Fuera de foco, afirma que para crecer, lo espiritual es más importante que lo material.

Equivocadamente asegura que en México se está generando bienestar aún sin crecimiento, lo cual es una falacia porque no es posible generar bienestar socioeconómico, si antes no se producen, o no crece la producción de más bienes, productos y servicios que necesita toda la población.

Aquí es necesario puntualizar que aparte de las complejas definiciones de los economistas, el crecimiento económico que en todo el mundo y desde hace muchos años se mide a través de la variación porcentual del PIB, durante un año o un trimestre, es producir más. Se utiliza en todas las naciones desde 1934, y cada día se perfecciona.

En previsión al crecimiento negativo o decrecimiento estimado en un -10% % que sufrirá la economía mexicana durante este año, y que será el peor resultado de los últimos 80 años, medido por el parámetro mundialmente avalado y reconocido como Producto Interno Bruto, o PIB; hoy, de nuevo se presenta una vana discusión originada esta semana por el presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, en torno a estos conceptos de la Ciencia Económica.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

Ahora la querella generada por las contradicciones e incongruencias de AMLO con respecto a los términos macroeconómicos más significativos tales como crecimiento, riqueza, PIB, desarrollo, ingreso, bienestar, progreso, desarrollo humano, pobreza, subdesarrollo y calidad de vida, está en la mesa de discusión de economistas, quienes seguido polarizan esta temática por sus dogmas y sesgos ideológicos.

De manera clara, ecuánime y objetiva, el Foro Económico Mundial, el Banco Mundial, el FMI, la OCDE y la ONU periódicamente evalúan el desempeño de todas las naciones del mundo y publican, en base al Crecimiento Económico, el Índice de Desarrollo Humano, la Competitividad, Libertad Económica, la Felicidad y el Índice de Calidad de Vida, entre otros parámetros que son las mejores medidas del Bienestar y Desarrollo para todos los países, mismos que son indicadores reconocidos y aceptados objetivamente en todo el mundo. Aquí también los estiman las universidades, los bancos, las calificadoras de inversión, los centros de Investigación Socioeconómica, Banxico y el Inegi, entre otras instituciones públicas y privadas.

Pero hace días, cuando AMLO, con una cínica sonrisa burlona titubea al ignorar e interpretar erróneamente la significancia de estos importantes conocimientos, parámetros y procesos socioeconómicos del crecimiento económico, pues preocupa a los agentes económicos y a los sectores productivos de la economía nacional, cuando el Presidente desconoce y menosprecia la extrema importancia y trascendencia del crecimiento. Fuera de foco, afirma que para crecer, lo espiritual es más importante que lo material.

Equivocadamente asegura que en México se está generando bienestar aún sin crecimiento, lo cual es una falacia porque no es posible generar bienestar socioeconómico, si antes no se producen, o no crece la producción de más bienes, productos y servicios que necesita toda la población.

Aquí es necesario puntualizar que aparte de las complejas definiciones de los economistas, el crecimiento económico que en todo el mundo y desde hace muchos años se mide a través de la variación porcentual del PIB, durante un año o un trimestre, es producir más. Se utiliza en todas las naciones desde 1934, y cada día se perfecciona.