/ viernes 13 de diciembre de 2019

Visión económica | La moral y la economía

Aludiendo a la gran corrupción existente en México desde hace 100 años, Gonzalo N. Santos, un nefasto político revolucionario cacique de la Huasteca potosina, siempre decía que: “la moral es un árbol que da moras”. En el colmo de su criminal cinismo, así se refería al hecho de que los valores y principios como la moral, la ética, la honestidad y la honradez, según él nunca han prevalecido en el país.

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Esto lo comentamos en relación al libro del presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, titulado “Hacia una economía moral”, quien indica que, de hoy en adelante y en virtud de su transformadora gobernación, la economía mexicana será una economía “moral”; significando con ello que, en México, a partir de ahora vamos a erradicar y dejar atrás la impunidad, la corrupción y la “inmoral economía” que nos ha caracterizado desde los tiempos de la conquista hace 500 años.

Este epíteto o adjetivo que se le impone a la economía, proviene de un historiador inglés de hace medio siglo, Edward Palmer Thompson, quien estudiando las luchas de la clase obrera en la Inglaterra del siglo XVII, publicaba hace casi 50 años, en 1971, un libro sobre “La Economía Moral de las multitudes”, que narra desde el punto de vista histórico, los disturbios de las clases explotadas y oprimidas por el antiguo imperio inglés en aquellas remotas épocas. De la Ciencia de la Economía, tal vez el historiador Thompson sabía muy poco, sobre todo de la actual economía moderna interdependiente y globalizada; y, quizás se refería mayormente a los hechos históricos.

Aunque muy lejos de aquel país y muy distantes aquellas épocas del primitivo e incipiente capitalismo, que equivocadamente muchos por aquí ahora mal llaman neoliberalismo, el colega economista Julio Bolvitnik, revive el concepto de Economía Moral, y lo populariza desde hace 20 años en su columna periodística en La Jornada; y, ahora AMLO así titula su libro.

Ahora bien, el calificativo de “moral” o el apodo a nuestra ciencia económica como “economía moral”, es similar al otro título de “economía con rostro humano”, que hace años impulsaban algunos analistas, como si la economía tuviese rostro, o algún otro tipo de fútiles discusiones triviales o frívolas clasificaciones filosóficas.

Así que imponerle un título a una ciencia como la economía, es como si dijéramos que la física puede ser moral o inmoral, o que la química puede ser honrada o deshonesta, o llamarle a la medicina ética o corrupta. No, eso es una falacia; estos enredosos calificativos serían incorrectos.

Similarmente la economía no puede ser denominada moral o inmoral. Lo que no es moral y por lo tanto es inmoral, es la deshonesta sociedad y la corrupta clase política dominante quienes manejan la economía para beneficiar a una minoría rapaz y explotadora. Los corruptos e inmorales son los gobernantes no la economía.

Sin embargo, y aquí lo hemos argumentado desde hace muchos años, no es la economía lo que falla, no es la economía la que es inmoral, sino los gobiernos y la no prevalencia del Estado de Derecho que genera la violencia, inseguridad, impunidad y corrupción. Por lo tanto, hacia donde debemos dirigirnos es: “Hacia la Renovación Moral de la sociedad” como lo proponíamos desde la década de los ochenta, hace 40 años. Ojalá que el próximo libro del Presidente sea acerca de uno que dirija al país “hacia la plena vigencia del Estado de Derecho, de la ley y del orden”.

Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales en la Unison.

lugallaz51@gmail.com

Aludiendo a la gran corrupción existente en México desde hace 100 años, Gonzalo N. Santos, un nefasto político revolucionario cacique de la Huasteca potosina, siempre decía que: “la moral es un árbol que da moras”. En el colmo de su criminal cinismo, así se refería al hecho de que los valores y principios como la moral, la ética, la honestidad y la honradez, según él nunca han prevalecido en el país.

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Esto lo comentamos en relación al libro del presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, titulado “Hacia una economía moral”, quien indica que, de hoy en adelante y en virtud de su transformadora gobernación, la economía mexicana será una economía “moral”; significando con ello que, en México, a partir de ahora vamos a erradicar y dejar atrás la impunidad, la corrupción y la “inmoral economía” que nos ha caracterizado desde los tiempos de la conquista hace 500 años.

Este epíteto o adjetivo que se le impone a la economía, proviene de un historiador inglés de hace medio siglo, Edward Palmer Thompson, quien estudiando las luchas de la clase obrera en la Inglaterra del siglo XVII, publicaba hace casi 50 años, en 1971, un libro sobre “La Economía Moral de las multitudes”, que narra desde el punto de vista histórico, los disturbios de las clases explotadas y oprimidas por el antiguo imperio inglés en aquellas remotas épocas. De la Ciencia de la Economía, tal vez el historiador Thompson sabía muy poco, sobre todo de la actual economía moderna interdependiente y globalizada; y, quizás se refería mayormente a los hechos históricos.

Aunque muy lejos de aquel país y muy distantes aquellas épocas del primitivo e incipiente capitalismo, que equivocadamente muchos por aquí ahora mal llaman neoliberalismo, el colega economista Julio Bolvitnik, revive el concepto de Economía Moral, y lo populariza desde hace 20 años en su columna periodística en La Jornada; y, ahora AMLO así titula su libro.

Ahora bien, el calificativo de “moral” o el apodo a nuestra ciencia económica como “economía moral”, es similar al otro título de “economía con rostro humano”, que hace años impulsaban algunos analistas, como si la economía tuviese rostro, o algún otro tipo de fútiles discusiones triviales o frívolas clasificaciones filosóficas.

Así que imponerle un título a una ciencia como la economía, es como si dijéramos que la física puede ser moral o inmoral, o que la química puede ser honrada o deshonesta, o llamarle a la medicina ética o corrupta. No, eso es una falacia; estos enredosos calificativos serían incorrectos.

Similarmente la economía no puede ser denominada moral o inmoral. Lo que no es moral y por lo tanto es inmoral, es la deshonesta sociedad y la corrupta clase política dominante quienes manejan la economía para beneficiar a una minoría rapaz y explotadora. Los corruptos e inmorales son los gobernantes no la economía.

Sin embargo, y aquí lo hemos argumentado desde hace muchos años, no es la economía lo que falla, no es la economía la que es inmoral, sino los gobiernos y la no prevalencia del Estado de Derecho que genera la violencia, inseguridad, impunidad y corrupción. Por lo tanto, hacia donde debemos dirigirnos es: “Hacia la Renovación Moral de la sociedad” como lo proponíamos desde la década de los ochenta, hace 40 años. Ojalá que el próximo libro del Presidente sea acerca de uno que dirija al país “hacia la plena vigencia del Estado de Derecho, de la ley y del orden”.

Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales en la Unison.

lugallaz51@gmail.com