/ viernes 12 de abril de 2024

Bio-Informando | Cosechando el equilibrio

Los organismos genéticamente modificados (OGM) son aquellos cuyo material genético ha sido alterado mediante técnicas de ingeniería genética con el objetivo de inducir en ellos rasgos deseables, como por ejemplo en el caso de los cultivos agrícolas, la resistencia a las plagas, la tolerancia a los herbicidas o un mayor contenido nutricional.

Sin embargo, a pesar de las promesas de aumentar el rendimiento y mejorar la seguridad alimentaria, los OGM siguen siendo objeto de intenso debate y escrutinio.

El lunes pasado se conmemoró el Día Internacional de la Oposición a los Alimentos Transgénicos, el cual se estableció en 2006, derivado de la preocupación por el aumento de la producción y consumo de alimentos transgénicos y sus posibles efectos colaterales que, de acuerdo a sus detractores, están vinculados a cuestiones medioambientales, sanitarias y socioeconómicas.

Los ecologistas advierten de consecuencias como la aparición de malas hierbas resistentes a los herbicidas y la pérdida de biodiversidad.

Por su parte, los defensores de la salud señalan la evidencia generada por estudios que sugieren posibles vínculos entre el consumo de OGM y problemas de salud como alergias, resistencia a los antibióticos y daños orgánicos.

Finalmente, por el punto de vista socioeconómico, la preocupación por la concentración de poder y control por parte de corporaciones agroquímicas ha incrementado especialmente en pequeños agricultores y por las desigualdades globales.

Antes de continuar, es importante distinguir entre OGM y transgénicos; los OGM se refieren en general a organismos cuyo material genético ha sido alterado mediante ingeniería genética, mientras que los transgénicos implican específicamente la transferencia de genes de una especie a otra; si bien en ambos, el material genético de un organismo es modificado, sólo al que le han insertado genes ajenos a su genoma es considerado como transgénico (de ahí que no todos OGM son transgénicos). Más que buscar su prohibición, El Día Internacional de la Oposición a los Alimentos Modificados Genéticamente busca el desarrollo de sistemas alimentarios transparentes, éticos y sostenibles, la promoción del diálogo y la toma de decisiones con conocimiento de causa.

Al fomentar las conversaciones entre científicos, responsables políticos, agricultores, consumidores y otras partes interesadas, se pueden abordar las complejidades del debate sobre los OGM con mayor claridad y comprensión.

Es imperativo que se cree un diálogo que abarque diversas perspectivas, reconociendo tanto los beneficios como los riesgos potenciales de los OGM, al tiempo que se prioriza la transparencia, la integridad científica y la participación democrática.

A medida que avanza la tecnología, el alcance de la ingeniería genética se extiende más allá de la agricultura para abarcar campos como la medicina y la industria.

La tecnología transgénica facilita la creación de animales modificados genéticamente para la investigación médica, ayudando al estudio y tratamiento de enfermedades.

Por otra parte, los microorganismos transgénicos desempeñan un papel crucial en los procesos industriales, contribuyendo a la producción de productos farmacéuticos, enzimas y biocombustibles. No obstante, junto con el avance de la tecnología transgénica, las consideraciones éticas y normativas ocupan un lugar central ya que el desarrollo y uso de OGM plantea profundos interrogantes sobre la gestión medioambiental, la seguridad alimentaria y la justicia social, llevando a las instancias reguladoras de todo el mundo a esforzarse por establecer directrices que garanticen el uso seguro y responsable de la tecnología transgénica, equilibrando la innovación con las medidas de precaución. Sin lugar a dudas, el fomentar el diálogo y la transparencia así como abogar por prácticas éticas y sostenibles, se puede lograr un sistema alimentario más justo, resistente y equitativo que respete la integridad y la diversidad de la vida en la Tierra.

Buen fin de semana.


Los organismos genéticamente modificados (OGM) son aquellos cuyo material genético ha sido alterado mediante técnicas de ingeniería genética con el objetivo de inducir en ellos rasgos deseables, como por ejemplo en el caso de los cultivos agrícolas, la resistencia a las plagas, la tolerancia a los herbicidas o un mayor contenido nutricional.

Sin embargo, a pesar de las promesas de aumentar el rendimiento y mejorar la seguridad alimentaria, los OGM siguen siendo objeto de intenso debate y escrutinio.

El lunes pasado se conmemoró el Día Internacional de la Oposición a los Alimentos Transgénicos, el cual se estableció en 2006, derivado de la preocupación por el aumento de la producción y consumo de alimentos transgénicos y sus posibles efectos colaterales que, de acuerdo a sus detractores, están vinculados a cuestiones medioambientales, sanitarias y socioeconómicas.

Los ecologistas advierten de consecuencias como la aparición de malas hierbas resistentes a los herbicidas y la pérdida de biodiversidad.

Por su parte, los defensores de la salud señalan la evidencia generada por estudios que sugieren posibles vínculos entre el consumo de OGM y problemas de salud como alergias, resistencia a los antibióticos y daños orgánicos.

Finalmente, por el punto de vista socioeconómico, la preocupación por la concentración de poder y control por parte de corporaciones agroquímicas ha incrementado especialmente en pequeños agricultores y por las desigualdades globales.

Antes de continuar, es importante distinguir entre OGM y transgénicos; los OGM se refieren en general a organismos cuyo material genético ha sido alterado mediante ingeniería genética, mientras que los transgénicos implican específicamente la transferencia de genes de una especie a otra; si bien en ambos, el material genético de un organismo es modificado, sólo al que le han insertado genes ajenos a su genoma es considerado como transgénico (de ahí que no todos OGM son transgénicos). Más que buscar su prohibición, El Día Internacional de la Oposición a los Alimentos Modificados Genéticamente busca el desarrollo de sistemas alimentarios transparentes, éticos y sostenibles, la promoción del diálogo y la toma de decisiones con conocimiento de causa.

Al fomentar las conversaciones entre científicos, responsables políticos, agricultores, consumidores y otras partes interesadas, se pueden abordar las complejidades del debate sobre los OGM con mayor claridad y comprensión.

Es imperativo que se cree un diálogo que abarque diversas perspectivas, reconociendo tanto los beneficios como los riesgos potenciales de los OGM, al tiempo que se prioriza la transparencia, la integridad científica y la participación democrática.

A medida que avanza la tecnología, el alcance de la ingeniería genética se extiende más allá de la agricultura para abarcar campos como la medicina y la industria.

La tecnología transgénica facilita la creación de animales modificados genéticamente para la investigación médica, ayudando al estudio y tratamiento de enfermedades.

Por otra parte, los microorganismos transgénicos desempeñan un papel crucial en los procesos industriales, contribuyendo a la producción de productos farmacéuticos, enzimas y biocombustibles. No obstante, junto con el avance de la tecnología transgénica, las consideraciones éticas y normativas ocupan un lugar central ya que el desarrollo y uso de OGM plantea profundos interrogantes sobre la gestión medioambiental, la seguridad alimentaria y la justicia social, llevando a las instancias reguladoras de todo el mundo a esforzarse por establecer directrices que garanticen el uso seguro y responsable de la tecnología transgénica, equilibrando la innovación con las medidas de precaución. Sin lugar a dudas, el fomentar el diálogo y la transparencia así como abogar por prácticas éticas y sostenibles, se puede lograr un sistema alimentario más justo, resistente y equitativo que respete la integridad y la diversidad de la vida en la Tierra.

Buen fin de semana.