En los últimos diez años la política minera de nuestro país se ha ido deteriorando, complicando, las políticas de Estado ya no están hechas para regular, mucho menos para fomentar una actividad productiva ordenada y responsable, las reglas de la minería en México están hechas hoy en día para prohibir y dificultar; a esto debemos sumarle que cada vez es más difícil encontrar canales de comunicación legítimos entre la autoridad y las compañías mineras, esto es porque no hay políticos mineros, ni alcaldes, ni diputados locales, no legisladores federales, no hay quien entienda lo que está en juego y eso es porque las mineras no han querido formar cuadros políticos.
No vamos a hablar de ese puñado de líderes sindicales mineros corruptos que se han metido a políticos, esos dueños de mineras pequeñas o contratistas mineros que ahora son políticos y funcionan como coyotes que en nada han ayudado al sector minero, mejor vamos a hablar a futuro de forma propositiva.
Sabemos que en México hay servidores públicos de primer nivel que han llegado a ser cabezas de sector representando los intereses de una actividad, todo esto haciéndolo de forma perfectamente legal y ética. El mejor ejemplo sería el turismo, empresarios hoteleros y de servicios turísticos que apoyados por su gremio han elegido un partido, apoyan a una planilla y primero son regidores, luego alcaldes, diputados locales, federales y muchos han llegado a ser secretarios de Turismo a nivel nacional, es decir un grupo de hoteleros organizados han logrado crear e impulsar figuras que han llegado a ser los máximos ejecutivos en la creación y aplicación de la política en materia de turismo en México. La verdad es que algo similar a sucedido con agricultores, ganaderos y pescadores, incluso académicos en la parte del medio ambiente han llevado a la Semarnat a más de uno de sus representantes, pero porque no sucede lo mismo en minería?.
La respuesta obvia es porque las mineras no quieren, pero el porqué no quieren podría tener mucho que ver con que la mayoría de los sectores quieren generar un producto y venderlo, necesitan hacer competitivas a sus empresas para que puedan vender y con ello ser productivas, de manera que en casi todos los sectores te preocupa tu imagen con los potenciales clientes y te preocupan los canales de comercialización, pero en minería no sucede así, porque a las empresas mineras para efectos de comercialización de su producto les importa un cacahuate su imagen. En minería la producción esta comprada y en muchos casos pagada por adelantado, una minera de oro y plata no está pensando en a quién le va a vender, ni en cuánto, el precio es público y universal y las refinerías de metales tienen sus propios canales y se acercan a todas las mineras a negociar por adelantado la producción de años por delante, así que las mineras lo único que quieren es sacar las onzas, no les interesa que sepan de su existencia y por mucho tiempo no les interesó tener buena imagen, hasta la fecha, porque yo diría que una minera que tiene controladas las variables sociales que pudieran afectar su productividad no está interesada salir en las redes sociales, ni en los portales o en los periódicos, quieren hacer sus reportes y entregar resultados cumpliendo con la ley.
Resulta que en México las cosas son un poco más complicadas, la política está metida en todo y la ley se interpreta, se aplica y se modifica por parte de los políticos, de manera que sí la minería ha sido tan aporreada en el presente sexenio es porque no hay cuadros políticos de buen nivel informados e interesados en defender los intereses mineros, ¿cuándo habrá? Cuando las mineras quieran, no es ilegal que impulsen a un buen gerente de una unidad a ser parte de una planilla en su municipio, incluso a ser un candidato a presidente municipal, la mayoría de las mineras son extranjeras y están familiarizadas con formas mucho más abiertas de impulsar campañas, no estoy diciendo que hagan los Super PACs como en Estados Unidos, pero sí la invitación abierta y la operación de tierra y aire para ir llevando a representantes mineros legítimos a puestos de elección popular y tal vez de aquí a diez años tengamos diputados, senadores y hasta un Secretario de Economía con un pasado legítimamente minero.
