/ jueves 25 de enero de 2024

Conversatorios mineros | Que corran los bisnes

Pasta de Conchos es en México el mejor ejemplo de cómo convertir una desgracia en un gran negocio, es impresionante que 18 años después de la tragedia un gobierno esté haciendo asignaciones directas y concursos de obra donde empresas están ganando cientos de millones de pesos construyendo infraestructura para buscar cadáveres. Más de 1 mil 500 millones de pesos es lo que el gobierno de AMLO ha pagado y la noticia es que el presidente quiere crear un Fideicomiso, para aún después del fin de su sexenio siga existiendo un presupuesto y que siga la búsqueda, que siga el negocio.

No es por mal gusto, ni es empecinamiento el decir que la tragedia se convirtió en negocio, es objetividad. Desde el momento que una empresa recibe una asignación o gana una licitación para hacer obras, la empresa está ganando dinero, y en Pasta de Conchos hay mucho dinero.

En 2006 en Sabinas, Coahuila, una tragedia en los túneles de una mina de carbón mineral terminó con la vida de 65 mineros, en ese momento se pudo aceptar la tragedia, deslindar responsabilidades en apego a la ley y mejorar las condiciones de la minería en la zona para esto no volviera a suceder, pero modernizar esas minas encarecería el precio del carbón y resulta que el Gobierno de México es el principal cliente, que usa este carbón en sus plantas de CFE y el gobierno no iba a pagar más, así que las cosas se dejaron así.

Hasta aquí es un caso más de las injusticias que se viven en México, pero la cosa cambia y se convierte en negocio a partir de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que decide que aquello fue una injusticia y que es necesario hacer la inversión que sea necesaria para buscar los restos de los cuerpos, no decidió darle una indemnización a las viudas, no decidió becar de por vida a los hijos de los mineros muertos, que para ese momento eran todos adultos, decidió licitar obras de “rescate”.

Hasta el año pasado unas 16 empresas habían ganado contratos o habían recibido asignaciones directas para trabajar en Pasta de Conchos, contratos por cerca de 2 mil millones de pesos, todos ellos supervisados por nada más, ni nada menos que Manuel Bartlett, director de CFE y famoso político mexicano, famoso por presunta corrupción.

Entre las empresas que se han beneficiado de estos contratos según las investigaciones del medio Animal Político, uno de los pocos que le ha dado importancia al tema de este tremendo bisne, figuran Iacsa, la empresa responsable del tramo de la Línea 12 del Metro de la CDMX que se cayó en mayo del 2021; Proacon es otra empresa que se ha llevado al menos 303 millones de pesos, es parte del Grupo Ángeles propiedad del asesor presidencial Olegario Vázquez Raña, dueño también de Grupo Imagen; Minera Zapaliname también se ha llevado 32 millones de pesos, de la cual es socio el Senador por Morena Armando Guadiana.

En estos días se han hecho públicas más evidencias de que en el actual gobierno federal también se hacen negocios al amparo del poder, como en el pasado, ahora relacionando directamente a empresarios con los hijos del presidente y con su asistente personal. Sí partimos de aceptar siquiera la posibilidad de que los López Beltrán, hijos de López Obrador están metidos en el reparto de obras en el Gobierno, Pasta de Conchos es una gran oportunidad para emprender, tan buena que ahora se quiere garantizar el presupuesto para que siga el rescate, que no termine nunca y que corran los “bisnes”.

Pasta de Conchos es en México el mejor ejemplo de cómo convertir una desgracia en un gran negocio, es impresionante que 18 años después de la tragedia un gobierno esté haciendo asignaciones directas y concursos de obra donde empresas están ganando cientos de millones de pesos construyendo infraestructura para buscar cadáveres. Más de 1 mil 500 millones de pesos es lo que el gobierno de AMLO ha pagado y la noticia es que el presidente quiere crear un Fideicomiso, para aún después del fin de su sexenio siga existiendo un presupuesto y que siga la búsqueda, que siga el negocio.

No es por mal gusto, ni es empecinamiento el decir que la tragedia se convirtió en negocio, es objetividad. Desde el momento que una empresa recibe una asignación o gana una licitación para hacer obras, la empresa está ganando dinero, y en Pasta de Conchos hay mucho dinero.

En 2006 en Sabinas, Coahuila, una tragedia en los túneles de una mina de carbón mineral terminó con la vida de 65 mineros, en ese momento se pudo aceptar la tragedia, deslindar responsabilidades en apego a la ley y mejorar las condiciones de la minería en la zona para esto no volviera a suceder, pero modernizar esas minas encarecería el precio del carbón y resulta que el Gobierno de México es el principal cliente, que usa este carbón en sus plantas de CFE y el gobierno no iba a pagar más, así que las cosas se dejaron así.

Hasta aquí es un caso más de las injusticias que se viven en México, pero la cosa cambia y se convierte en negocio a partir de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que decide que aquello fue una injusticia y que es necesario hacer la inversión que sea necesaria para buscar los restos de los cuerpos, no decidió darle una indemnización a las viudas, no decidió becar de por vida a los hijos de los mineros muertos, que para ese momento eran todos adultos, decidió licitar obras de “rescate”.

Hasta el año pasado unas 16 empresas habían ganado contratos o habían recibido asignaciones directas para trabajar en Pasta de Conchos, contratos por cerca de 2 mil millones de pesos, todos ellos supervisados por nada más, ni nada menos que Manuel Bartlett, director de CFE y famoso político mexicano, famoso por presunta corrupción.

Entre las empresas que se han beneficiado de estos contratos según las investigaciones del medio Animal Político, uno de los pocos que le ha dado importancia al tema de este tremendo bisne, figuran Iacsa, la empresa responsable del tramo de la Línea 12 del Metro de la CDMX que se cayó en mayo del 2021; Proacon es otra empresa que se ha llevado al menos 303 millones de pesos, es parte del Grupo Ángeles propiedad del asesor presidencial Olegario Vázquez Raña, dueño también de Grupo Imagen; Minera Zapaliname también se ha llevado 32 millones de pesos, de la cual es socio el Senador por Morena Armando Guadiana.

En estos días se han hecho públicas más evidencias de que en el actual gobierno federal también se hacen negocios al amparo del poder, como en el pasado, ahora relacionando directamente a empresarios con los hijos del presidente y con su asistente personal. Sí partimos de aceptar siquiera la posibilidad de que los López Beltrán, hijos de López Obrador están metidos en el reparto de obras en el Gobierno, Pasta de Conchos es una gran oportunidad para emprender, tan buena que ahora se quiere garantizar el presupuesto para que siga el rescate, que no termine nunca y que corran los “bisnes”.