/ martes 7 de septiembre de 2021

El columnario | De los días actuales

Mi libreta de apuntes y de experiencias se va llenando casi llegando al límite, al igual que la de dibujos, busco espacios para saciar la expresión por medio de la línea, me siento satisfecho por los resultados tanto estéticos como visuales, me exijo mucho. Siento que la mayoría de las veces soy muy duro conmigo mismo, sin embargo, el resultado siempre valdrá la pena, ya sea en el grabado, el dibujo o la pintura.

Estos tiempos son realmente fabulosos, llenos de actividad y energía creativa, aunque en ocasiones me absorban otras actividades de tipo cotidiano, no permito que estas me afecten y termino imponiendo la parte creativa y artística sobre de ellas. Realizo y plasmo las ideas en un pedazo de papel, esto con el fin de que la idea no se esfume, lo que me permite poder trabajar la imagen respetando la esencia general y poder transmitir lo que deseo. Lo anterior me permite poder resolver ciertos retos impuestos desde el aspecto creativo en cuanto a la construcción de la imagen.

Recuerdo aquella ocasión cuando repentinamente entraron a mi estudio-taller dos jovencitas de apenas 18 años, preguntando por el autor que había hecho los cuadros que se encontraban dispuestos sobre los muros y frente a ellas, para solventar la inquietud de ellas y respondiendo con voz firme que se trataba de mi persona, lo que de inmediato provocó una reacción casi inesperada para mis visitas. Conversamos un par de minutos después nos tomamos unas “selfies” con el teléfono celular de una de ellas, las dos mujeres recuerdo eran hermosas, a pesar de que ambas se diferenciaban entre sí, de hecho, una tenía los ojos verdes y de tez morena clara, la otra rubia y de rasgos por demás hermosos. Al despedirse les pedí su número telefónico, de inmediato una de ellas lo anotó en un papel que se encontraba sobre mi restirador, anexando además un correo electrónico.

Pasó el tiempo, no recuerdo donde quedó dicho papel. Tengo presente que para ese tiempo me encontraba realizando una serie que presentaría a los pocos días para una exposición de carácter individual dentro del circuito de exposiciones programadas para “Fiestas del Pitic” de esa edición. Por lo que después de esa muestra un medio de comunicación se vio motivado e iría a hacer varias tomas a mi estudio llevando cámaras y micrófonos para grabar la entrevista mientras me mantenía trabajando algunos grabados que me encontraba produciendo en esa época.

Tiempo después una amiga muy entrañable de la cual prefiero mantener en el “anonimato” me comentó que habían publicado dicha fotografía en una red social muy conocida, sin embargo, no me había querido decir nada en su momento, pues pensaba que yo lo hubiera tomado a mal o supondría que estaría celosa por ese hecho, a lo que la tomé en mis brazos, dándole un beso en la mejilla, no le bastó, me besó repentinamente, hecho que fue inesperado para mí, ya que era una amiga desde hace tiempo y su reacción me tomó por sorpresa, por lo que a los días tuve que hablar con ella y aclarar el hecho invitándole un café cercano a mi casa; No pasó a mayores, sin embargo, tengo entendido le costó mucho trabajo tenerme como un simple amigo y restablecer esa relación de años, ya que en sus planes al parecer no eran seguir únicamente como tal. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…


Mi libreta de apuntes y de experiencias se va llenando casi llegando al límite, al igual que la de dibujos, busco espacios para saciar la expresión por medio de la línea, me siento satisfecho por los resultados tanto estéticos como visuales, me exijo mucho. Siento que la mayoría de las veces soy muy duro conmigo mismo, sin embargo, el resultado siempre valdrá la pena, ya sea en el grabado, el dibujo o la pintura.

Estos tiempos son realmente fabulosos, llenos de actividad y energía creativa, aunque en ocasiones me absorban otras actividades de tipo cotidiano, no permito que estas me afecten y termino imponiendo la parte creativa y artística sobre de ellas. Realizo y plasmo las ideas en un pedazo de papel, esto con el fin de que la idea no se esfume, lo que me permite poder trabajar la imagen respetando la esencia general y poder transmitir lo que deseo. Lo anterior me permite poder resolver ciertos retos impuestos desde el aspecto creativo en cuanto a la construcción de la imagen.

Recuerdo aquella ocasión cuando repentinamente entraron a mi estudio-taller dos jovencitas de apenas 18 años, preguntando por el autor que había hecho los cuadros que se encontraban dispuestos sobre los muros y frente a ellas, para solventar la inquietud de ellas y respondiendo con voz firme que se trataba de mi persona, lo que de inmediato provocó una reacción casi inesperada para mis visitas. Conversamos un par de minutos después nos tomamos unas “selfies” con el teléfono celular de una de ellas, las dos mujeres recuerdo eran hermosas, a pesar de que ambas se diferenciaban entre sí, de hecho, una tenía los ojos verdes y de tez morena clara, la otra rubia y de rasgos por demás hermosos. Al despedirse les pedí su número telefónico, de inmediato una de ellas lo anotó en un papel que se encontraba sobre mi restirador, anexando además un correo electrónico.

Pasó el tiempo, no recuerdo donde quedó dicho papel. Tengo presente que para ese tiempo me encontraba realizando una serie que presentaría a los pocos días para una exposición de carácter individual dentro del circuito de exposiciones programadas para “Fiestas del Pitic” de esa edición. Por lo que después de esa muestra un medio de comunicación se vio motivado e iría a hacer varias tomas a mi estudio llevando cámaras y micrófonos para grabar la entrevista mientras me mantenía trabajando algunos grabados que me encontraba produciendo en esa época.

Tiempo después una amiga muy entrañable de la cual prefiero mantener en el “anonimato” me comentó que habían publicado dicha fotografía en una red social muy conocida, sin embargo, no me había querido decir nada en su momento, pues pensaba que yo lo hubiera tomado a mal o supondría que estaría celosa por ese hecho, a lo que la tomé en mis brazos, dándole un beso en la mejilla, no le bastó, me besó repentinamente, hecho que fue inesperado para mí, ya que era una amiga desde hace tiempo y su reacción me tomó por sorpresa, por lo que a los días tuve que hablar con ella y aclarar el hecho invitándole un café cercano a mi casa; No pasó a mayores, sin embargo, tengo entendido le costó mucho trabajo tenerme como un simple amigo y restablecer esa relación de años, ya que en sus planes al parecer no eran seguir únicamente como tal. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…