/ jueves 2 de abril de 2020

La Crítica | Milagro en la Celda 7

Milagro en la Celda 7 es una de esas películas que no llega a la cartelera de nuestros cines, pero gracias a plataformas digitales como Netflix se ha colocado en primer lugar de visualización, a pocos días de su estreno; y no solamente en nuestro país, ya que a nivel mundial, la producción de origen Turco, ha conmovido a todos por su historia trágica.

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La cinta cuenta el drama de Memo, un joven padre con discapacidad intelectual, y su hija Ova, quienes viven en una humilde casa en una colina junto a su abuela. El amor incondicional que siente Memo por su hija lo lleva a hacer todo por ella; la historia refleja la injustica y discriminación que tiene la sociedad hacia las personas con alguna discapacidad y de nivel económico bajo, por lo que la trama se vuelve desgarradora y provoca que el espectador sufra con los personajes, al grado de soltar el llanto.

Milagro en la Celda 7 , es el tercer remake de una película homónima de Corea del Sur y que resultó un éxito de taquilla durante su estreno en 2013, por lo que su historia es universal, y con algunas adaptaciones, llega la versión turca que retrata a una sociedad muy alejada de la inclusión y de los conceptos actuales que tenemos sobre la discapacidad intelectual.

El protagonista Memo es tratado por casi todo el que le rodea como “el tonto del pueblo”, lo insultan, le gritan y algunos hasta le pegan. En el desarrollo de la trama Memo es condenado por asesinato de la hija de un comandante, y al no contar con una buena defensa y sin recursos para un abogado, es encarcelado.

La película cuenta con grandes interpretaciones actorales: primero tenemos a Aras Bulut Iynemli, que hace un trabajo espléndido con el personaje de Memo, que en todo momento nos presenta la inocencia y sufrimiento de alguien con discapacidad intelectual. Como dato, miles de personas se han preguntado si Aras también sufría de la condición mental de su personaje, por lo veraz que se veía su papel, pero no, todo es parte del gran talento y versatilidad del actor. Por otro lado, la actuación de Nisa Sofiya Aksongur quien interpreta a la pequeña Ova, una niña que tiene una relación entrañable con su padre, y que en ocasiones es ella quien lo cuida, el papel refleja una unión familiar que el espectador agradece.

Milagro en la celda 7 es una de esas cintas que apela directamente al corazón de la audiencia y lo logra usando el sentimentalismo, que en ocasiones es excesivo y pienso que no era necesario porque la historia por si misma plantea una denuncia social a favor de los derechos humanos y la inclusión.

Si tienes oportunidad de ver la cinta en Netflix no dejes de hacerlo, porque te hará reflexionar sobre como estamos socialmente, y que debemos ser más empáticos ante las personas, vecinos, amigos y que siempre debemos pensar en que hay otras personas que ocupan de nuestro entendimiento

Disfruta la película y si te llega a tocar ciertas fibras que te hagan llorar sólo siente y vive el momento. Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.

Milagro en la Celda 7 es una de esas películas que no llega a la cartelera de nuestros cines, pero gracias a plataformas digitales como Netflix se ha colocado en primer lugar de visualización, a pocos días de su estreno; y no solamente en nuestro país, ya que a nivel mundial, la producción de origen Turco, ha conmovido a todos por su historia trágica.

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La cinta cuenta el drama de Memo, un joven padre con discapacidad intelectual, y su hija Ova, quienes viven en una humilde casa en una colina junto a su abuela. El amor incondicional que siente Memo por su hija lo lleva a hacer todo por ella; la historia refleja la injustica y discriminación que tiene la sociedad hacia las personas con alguna discapacidad y de nivel económico bajo, por lo que la trama se vuelve desgarradora y provoca que el espectador sufra con los personajes, al grado de soltar el llanto.

Milagro en la Celda 7 , es el tercer remake de una película homónima de Corea del Sur y que resultó un éxito de taquilla durante su estreno en 2013, por lo que su historia es universal, y con algunas adaptaciones, llega la versión turca que retrata a una sociedad muy alejada de la inclusión y de los conceptos actuales que tenemos sobre la discapacidad intelectual.

El protagonista Memo es tratado por casi todo el que le rodea como “el tonto del pueblo”, lo insultan, le gritan y algunos hasta le pegan. En el desarrollo de la trama Memo es condenado por asesinato de la hija de un comandante, y al no contar con una buena defensa y sin recursos para un abogado, es encarcelado.

La película cuenta con grandes interpretaciones actorales: primero tenemos a Aras Bulut Iynemli, que hace un trabajo espléndido con el personaje de Memo, que en todo momento nos presenta la inocencia y sufrimiento de alguien con discapacidad intelectual. Como dato, miles de personas se han preguntado si Aras también sufría de la condición mental de su personaje, por lo veraz que se veía su papel, pero no, todo es parte del gran talento y versatilidad del actor. Por otro lado, la actuación de Nisa Sofiya Aksongur quien interpreta a la pequeña Ova, una niña que tiene una relación entrañable con su padre, y que en ocasiones es ella quien lo cuida, el papel refleja una unión familiar que el espectador agradece.

Milagro en la celda 7 es una de esas cintas que apela directamente al corazón de la audiencia y lo logra usando el sentimentalismo, que en ocasiones es excesivo y pienso que no era necesario porque la historia por si misma plantea una denuncia social a favor de los derechos humanos y la inclusión.

Si tienes oportunidad de ver la cinta en Netflix no dejes de hacerlo, porque te hará reflexionar sobre como estamos socialmente, y que debemos ser más empáticos ante las personas, vecinos, amigos y que siempre debemos pensar en que hay otras personas que ocupan de nuestro entendimiento

Disfruta la película y si te llega a tocar ciertas fibras que te hagan llorar sólo siente y vive el momento. Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.