/ jueves 23 de julio de 2020

La crítica | Oscuro deseo

Una noche de pasión puede cambiar tu vida familiar y profesional con terribles consecuencias en un par de segundos, en Oscuro deseo esas malas decisiones son llevadas al límite en un thriller erótico.

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La historia de Oscuro deseo nos presenta a Alma, una profesora universitaria casada con un exitoso juez y madre de una joven, la vida de Alma cambia por completo en un fin de semana en el que visita a Brenda, su mejor amiga.

Al salir de fiesta, Alma conoce a Darío, un chico mucho más joven que ella, con el que vive una noche de pasión. Un día después, una persona aparece muerta en una bañera, en lo que parece un suicidio, sin embargo todo apunta hacía algo mucho más oscuro.

Partiendo de este argumento, Oscuro deseo, es una serie con escenas eróticas, que al principio son excesivas, y en algunos momentos innecesarias, motivo por el que nos pueda dar una impresión equivocada al pensar que sólo veremos una historia sobre cómo Alma (Maite Perroni) se ve atraída por Darío (Alejandro Speitzer), pero si pasamos del tercer capítulo podremos comenzar a ver otra historia mucho más compleja detrás, en la que se involucran los demás personajes de la trama. Y es así que poco a poco, la parte más erótica de Oscuro deseo pasa a segundo plano para dar cabida a la parte policiaca de la historia.

La serie mexicana creada por Epigmenio Ibarra y Kenya Márquez, consta de 18 episodios, y creo que pudieron contar lo mismo en menos capítulos, pero con el antecedente de las telenovelas en México el público está muy acostumbrado a ver productos con una carga muy fuerte de melodrama, pero en esta ocasión con cierta dosis de crimen e intriga, que le da una frescura al producto para presentarlo a una audiencia como la que tiene Netflix.

La parte que ha causado controversia entre el público, razón por la que se ha generado mucha conversación de la serie en redes sociales, es la que cuenta la parte erótica, que pensándolo bien no son escenas tan fuertes o explícitas pero sí novedosas para un producto mexicano y para los actores que participan en la serie, motivo que ha colocado a la serie en primer lugar de visualizaciones.

Oscuro deseo juega con el misterio, causa intriga en el espectador y algunas veces nos da un “falso culpable” o “pistas falsas” para darle giros a la historia, que al final logra cautivar para presentar un desenlace que deja abierta la posibilidad de otra temporada.

Hasta aquí nuestra aventura televisiva en La crítica, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.




Una noche de pasión puede cambiar tu vida familiar y profesional con terribles consecuencias en un par de segundos, en Oscuro deseo esas malas decisiones son llevadas al límite en un thriller erótico.

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La historia de Oscuro deseo nos presenta a Alma, una profesora universitaria casada con un exitoso juez y madre de una joven, la vida de Alma cambia por completo en un fin de semana en el que visita a Brenda, su mejor amiga.

Al salir de fiesta, Alma conoce a Darío, un chico mucho más joven que ella, con el que vive una noche de pasión. Un día después, una persona aparece muerta en una bañera, en lo que parece un suicidio, sin embargo todo apunta hacía algo mucho más oscuro.

Partiendo de este argumento, Oscuro deseo, es una serie con escenas eróticas, que al principio son excesivas, y en algunos momentos innecesarias, motivo por el que nos pueda dar una impresión equivocada al pensar que sólo veremos una historia sobre cómo Alma (Maite Perroni) se ve atraída por Darío (Alejandro Speitzer), pero si pasamos del tercer capítulo podremos comenzar a ver otra historia mucho más compleja detrás, en la que se involucran los demás personajes de la trama. Y es así que poco a poco, la parte más erótica de Oscuro deseo pasa a segundo plano para dar cabida a la parte policiaca de la historia.

La serie mexicana creada por Epigmenio Ibarra y Kenya Márquez, consta de 18 episodios, y creo que pudieron contar lo mismo en menos capítulos, pero con el antecedente de las telenovelas en México el público está muy acostumbrado a ver productos con una carga muy fuerte de melodrama, pero en esta ocasión con cierta dosis de crimen e intriga, que le da una frescura al producto para presentarlo a una audiencia como la que tiene Netflix.

La parte que ha causado controversia entre el público, razón por la que se ha generado mucha conversación de la serie en redes sociales, es la que cuenta la parte erótica, que pensándolo bien no son escenas tan fuertes o explícitas pero sí novedosas para un producto mexicano y para los actores que participan en la serie, motivo que ha colocado a la serie en primer lugar de visualizaciones.

Oscuro deseo juega con el misterio, causa intriga en el espectador y algunas veces nos da un “falso culpable” o “pistas falsas” para darle giros a la historia, que al final logra cautivar para presentar un desenlace que deja abierta la posibilidad de otra temporada.

Hasta aquí nuestra aventura televisiva en La crítica, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.