/ domingo 5 de marzo de 2023

Andanzas | ¿Y después del simbolismo, qué?

De unos años a la fecha, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo es común que políticos de todas las ideologías, gobernantes, líderes sindicales, empresariales y sociales, tiendas departamentales y marcas reconocidas difundan mensajes e imágenes alusivas y se digan aliados de las mujeres y a favor de nuestros derechos.

Es como si además confundieran esta fecha con el Día de las Madres, porque no faltan los elogios, las ‘celebraciones’ y el ensalzamiento a las virtudes de las mujeres, eso sí, encasillándolas en los roles tradicionales de género, porque la crianza, el hogar, la familia, lo de siempre. Uno que otro escapa a esa tentación y se enfoca en la lucha por los derechos de las mujeres.

Del discurso a los hechos

Apenas pasa el Día Internacional de la Mujer y todo se olvida. Qué diferente sería si los dueños de los grandes corporativos anunciaran que, a partir de determinada fecha, su plantilla laboral será paritaria, con los mismos ingresos para hombres y mujeres que desempeñen las mismas funciones.

Una empresa verdaderamente aliada de las mujeres acondicionaría un área para sala de lactancia, les permitiría faltar al menos uno o dos días durante el periodo menstrual cuando el dolor del cólico sea insoportable, tendría una política de tolerancia cero a conductas de acoso sexual. Suena utópico, pero se puede.

Ahora, los gobiernos de los tres niveles tienen distintas dependencias y programas desde las que se otorgan apoyos a las mujeres, sea para emprender micronegocios, sea también para sensibilizar sobre sus derechos, por situaciones como la violencia dentro de las familias, que, desafortunadamente, tampoco cesa.

Todo eso está bien, pero ¿y qué hay de concientizar a los hombres? Si el gobernante en turno es hombre y machista, difícilmente le interesará hacer cambios de fondo, porque no está en su agenda, quizá sí en la de algunas colaboradoras, pero no es prioridad suya.

Más allá de los cursos sobre las nuevas masculinidades, que son mayormente promovidos por las agrupaciones feministas, los gobernantes se paran el cuello creyendo que con uno que otro curso y sus mensajes en redes sociales ya cumplieron.

La llamada “paridad en todo” está un tanto a medias. No se sabe si hay un organismo que vigile y obligue a los gobernantes en turno a cumplirla y que eso además permee hacia abajo, no sólo las cabezas de secretarías, también otras áreas, desde jefaturas de departamento hasta subsecretarías, esté o no en la ley, cuando hay voluntad de una verdadera igualdad se pueden impulsar más cambios.

Aunque, la realidad luego nos muestra que todo es una mera simulación, como los casos de servidores públicos señalados de acoso sexual y a quienes, en lugar de despedirlos, nada más los cambian de puesto, dejando a sus víctimas en la indefensión. Como antes, como siempre.

El Itson es una institución que sí dio un paso importante y les puso el ejemplo a todos, al pasar del discurso a los hechos. Recientemente despidió a un profesor denunciado por acoso sexual por una alumna, contrario a lo que hizo la Universidad de Sonora hace tres o cuatro años al proteger a docentes de distintas carreras, a quienes les adelantaron jubilación y otros entiendo que ahí siguen.

Si las autoridades no quieren más edificios rayados, más consignas en su contra, que dejen sus pleitos internos de lado y se pongan a trabajar para garantizar las mismas oportunidades a las mujeres y una vida libre de violencia, al menos como lo establece la ley.

Hasta la próxima.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce


De unos años a la fecha, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo es común que políticos de todas las ideologías, gobernantes, líderes sindicales, empresariales y sociales, tiendas departamentales y marcas reconocidas difundan mensajes e imágenes alusivas y se digan aliados de las mujeres y a favor de nuestros derechos.

Es como si además confundieran esta fecha con el Día de las Madres, porque no faltan los elogios, las ‘celebraciones’ y el ensalzamiento a las virtudes de las mujeres, eso sí, encasillándolas en los roles tradicionales de género, porque la crianza, el hogar, la familia, lo de siempre. Uno que otro escapa a esa tentación y se enfoca en la lucha por los derechos de las mujeres.

Del discurso a los hechos

Apenas pasa el Día Internacional de la Mujer y todo se olvida. Qué diferente sería si los dueños de los grandes corporativos anunciaran que, a partir de determinada fecha, su plantilla laboral será paritaria, con los mismos ingresos para hombres y mujeres que desempeñen las mismas funciones.

Una empresa verdaderamente aliada de las mujeres acondicionaría un área para sala de lactancia, les permitiría faltar al menos uno o dos días durante el periodo menstrual cuando el dolor del cólico sea insoportable, tendría una política de tolerancia cero a conductas de acoso sexual. Suena utópico, pero se puede.

Ahora, los gobiernos de los tres niveles tienen distintas dependencias y programas desde las que se otorgan apoyos a las mujeres, sea para emprender micronegocios, sea también para sensibilizar sobre sus derechos, por situaciones como la violencia dentro de las familias, que, desafortunadamente, tampoco cesa.

Todo eso está bien, pero ¿y qué hay de concientizar a los hombres? Si el gobernante en turno es hombre y machista, difícilmente le interesará hacer cambios de fondo, porque no está en su agenda, quizá sí en la de algunas colaboradoras, pero no es prioridad suya.

Más allá de los cursos sobre las nuevas masculinidades, que son mayormente promovidos por las agrupaciones feministas, los gobernantes se paran el cuello creyendo que con uno que otro curso y sus mensajes en redes sociales ya cumplieron.

La llamada “paridad en todo” está un tanto a medias. No se sabe si hay un organismo que vigile y obligue a los gobernantes en turno a cumplirla y que eso además permee hacia abajo, no sólo las cabezas de secretarías, también otras áreas, desde jefaturas de departamento hasta subsecretarías, esté o no en la ley, cuando hay voluntad de una verdadera igualdad se pueden impulsar más cambios.

Aunque, la realidad luego nos muestra que todo es una mera simulación, como los casos de servidores públicos señalados de acoso sexual y a quienes, en lugar de despedirlos, nada más los cambian de puesto, dejando a sus víctimas en la indefensión. Como antes, como siempre.

El Itson es una institución que sí dio un paso importante y les puso el ejemplo a todos, al pasar del discurso a los hechos. Recientemente despidió a un profesor denunciado por acoso sexual por una alumna, contrario a lo que hizo la Universidad de Sonora hace tres o cuatro años al proteger a docentes de distintas carreras, a quienes les adelantaron jubilación y otros entiendo que ahí siguen.

Si las autoridades no quieren más edificios rayados, más consignas en su contra, que dejen sus pleitos internos de lado y se pongan a trabajar para garantizar las mismas oportunidades a las mujeres y una vida libre de violencia, al menos como lo establece la ley.

Hasta la próxima.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce