/ viernes 10 de julio de 2020

El Columnario | Rosales por todas partes…

Transcurría el año de 2003, la actividad cultural en la entidad se destacaba por ser demasiado intensa, como activa, para ese tiempo, muestras pictóricas, exposiciones de carácter individual, conferencias, talleres sobre artes plásticas, eran parte de la normalidad.

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En pocas palabras había un sinfín de actividades artísticas, así como eventos culturales en los cuales participar como creador, éstos eran promovidos desde las instituciones encargadas de dirigir y coordinar la cultura, desde lo estatal, hasta lo municipal respectivamente.

Ciertamente de mi participación en algunas exposiciones, al igual que en dos premios estatales de artes plásticas de esos años, (organizados por el Instituto Sonorense de Cultura), así como de mi inclusión en exposiciones de carácter colectivo, daban lugar a una incesante actividad cultural de mi parte, manteniendo compromisos permanentes con una agenda por demás ocupada, incrementando con ello la energía y entusiasmo a mantenerme demasiado activo en las artes, gozando con ello del reconocimiento y popularidad dentro de las artes visuales, con una trayectoria por demás significativa.

Para ese entonces acostumbraba reunirme con algunas amistades en un café que se ubicaba en la Rosales y Serdán. Una amiga diseñadora con la que en ocasiones solía tomar algún café, me presento un dibujo al alto contraste que ciertamente me agrado bastante, dicha imagen estaba basada en una fotografía que me había tomado mi amigo el fotógrafo Cruz Teros afuera de las instalaciones del ISC, (lo anterior siendo registrado durante una visita que hice a una exposición del pintor Sergio Rascón). No tengo a detalle cómo surgió, lo que sí recuerdo es que esa imagen de mi rostro se realizó en un esténcil que se empezó a ver en varias partes de la ciudad, tales como bardas, postes de concreto, registros y casetas telefónicas, etc. Incluso me sorprendió que algunos jóvenes universitarios traían en sus mochilas dicha plantilla, acompañado de sus respectivos aerosoles, esto como símbolo de una protesta, (imagino era su visión).

Lo anterior como una primera parte, por así decirlo; luego no sé en qué momento esa imagen se salió completamente de control y de las manos de mi amiga, ya que al parecer no pudo aclarar que la imagen o diseño pertenecía a su creación por llamarlo de alguna una manera, ya que otros la replicaron, esto debido a los mecanismos que proporcionaban su fácil y amplia reproducción, como las copias xerográficas.

Llegamos incluso a ver esa imagen en calcomanías de todos los tamaños pegadas tanto en la calle, como en ventanas, puertas de algunos negocios, letreros, bases de semáforos, así como un sinfín de lugares insospechados, como camiones urbanos, de transporte público, así como en los vidrios de automóviles, defensas, etc.; en todas partes se podía observar mi rostro en color negro acompañado de un fondo blanco, convirtiéndose de alguna manera en una imagen icónica y un referente inmediato de mi persona, que ciertamente muchos llegaron a nombrar como “La Carita de Rosales”, motivo que enardeció y enfureció en gran medida a mis opositores dentro de las artes visuales, confieso que en lo personal disfrutaba el llegar a un lugar y encontrarme con “Mi carita”, aunque en ocasiones a ésta la borraban y a los días volvía a parecer repentinamente, me imagino lo anterior representaba un reto hacia esos jóvenes, haciendo evidente su imposición y demostrando su rebeldía a través de imagen en cuestión, motivo que en lo particular me divertía bastante.

Cabe señalar, existe un testimonio gráfico de lo anterior en el proyecto editorial “Fuero de Artista II” (edición 2017) que coordinó y dirigió mi amiga Rafaella Fontanot y en el cual aparece una fotografía tomada por Jannette, Titulada “Las paredes hablan”, correspondiente al mes de noviembre (ya que es una agenda): por cierto dicha pieza formó parte de una serie seleccionada en el también desaparecido Premio Estatal de Fotografía Creativa dentro del marco de Fotoseptiembre, en dicha imagen se podía percibir la frase “Elige a tus Diputados…” que a su vez era la “famosa carita” plasmada sobre una barda anunciando material de carácter político del antes llamado IFE.

Años después, no sé a quién se le ocurrió hacer varias playeras con mi rostro (la carita) y del cual, por cierto, nunca pude saber… motivo que me llevó a realizar el papeleo correspondiente al registro de la imagen, esto para evitar apropiaciones y enajenaciones en relación a los respectivos derechos autorales relacionados a mi persona.

Es cuánto. Nos vemos la próxima entrega…

Transcurría el año de 2003, la actividad cultural en la entidad se destacaba por ser demasiado intensa, como activa, para ese tiempo, muestras pictóricas, exposiciones de carácter individual, conferencias, talleres sobre artes plásticas, eran parte de la normalidad.

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En pocas palabras había un sinfín de actividades artísticas, así como eventos culturales en los cuales participar como creador, éstos eran promovidos desde las instituciones encargadas de dirigir y coordinar la cultura, desde lo estatal, hasta lo municipal respectivamente.

Ciertamente de mi participación en algunas exposiciones, al igual que en dos premios estatales de artes plásticas de esos años, (organizados por el Instituto Sonorense de Cultura), así como de mi inclusión en exposiciones de carácter colectivo, daban lugar a una incesante actividad cultural de mi parte, manteniendo compromisos permanentes con una agenda por demás ocupada, incrementando con ello la energía y entusiasmo a mantenerme demasiado activo en las artes, gozando con ello del reconocimiento y popularidad dentro de las artes visuales, con una trayectoria por demás significativa.

Para ese entonces acostumbraba reunirme con algunas amistades en un café que se ubicaba en la Rosales y Serdán. Una amiga diseñadora con la que en ocasiones solía tomar algún café, me presento un dibujo al alto contraste que ciertamente me agrado bastante, dicha imagen estaba basada en una fotografía que me había tomado mi amigo el fotógrafo Cruz Teros afuera de las instalaciones del ISC, (lo anterior siendo registrado durante una visita que hice a una exposición del pintor Sergio Rascón). No tengo a detalle cómo surgió, lo que sí recuerdo es que esa imagen de mi rostro se realizó en un esténcil que se empezó a ver en varias partes de la ciudad, tales como bardas, postes de concreto, registros y casetas telefónicas, etc. Incluso me sorprendió que algunos jóvenes universitarios traían en sus mochilas dicha plantilla, acompañado de sus respectivos aerosoles, esto como símbolo de una protesta, (imagino era su visión).

Lo anterior como una primera parte, por así decirlo; luego no sé en qué momento esa imagen se salió completamente de control y de las manos de mi amiga, ya que al parecer no pudo aclarar que la imagen o diseño pertenecía a su creación por llamarlo de alguna una manera, ya que otros la replicaron, esto debido a los mecanismos que proporcionaban su fácil y amplia reproducción, como las copias xerográficas.

Llegamos incluso a ver esa imagen en calcomanías de todos los tamaños pegadas tanto en la calle, como en ventanas, puertas de algunos negocios, letreros, bases de semáforos, así como un sinfín de lugares insospechados, como camiones urbanos, de transporte público, así como en los vidrios de automóviles, defensas, etc.; en todas partes se podía observar mi rostro en color negro acompañado de un fondo blanco, convirtiéndose de alguna manera en una imagen icónica y un referente inmediato de mi persona, que ciertamente muchos llegaron a nombrar como “La Carita de Rosales”, motivo que enardeció y enfureció en gran medida a mis opositores dentro de las artes visuales, confieso que en lo personal disfrutaba el llegar a un lugar y encontrarme con “Mi carita”, aunque en ocasiones a ésta la borraban y a los días volvía a parecer repentinamente, me imagino lo anterior representaba un reto hacia esos jóvenes, haciendo evidente su imposición y demostrando su rebeldía a través de imagen en cuestión, motivo que en lo particular me divertía bastante.

Cabe señalar, existe un testimonio gráfico de lo anterior en el proyecto editorial “Fuero de Artista II” (edición 2017) que coordinó y dirigió mi amiga Rafaella Fontanot y en el cual aparece una fotografía tomada por Jannette, Titulada “Las paredes hablan”, correspondiente al mes de noviembre (ya que es una agenda): por cierto dicha pieza formó parte de una serie seleccionada en el también desaparecido Premio Estatal de Fotografía Creativa dentro del marco de Fotoseptiembre, en dicha imagen se podía percibir la frase “Elige a tus Diputados…” que a su vez era la “famosa carita” plasmada sobre una barda anunciando material de carácter político del antes llamado IFE.

Años después, no sé a quién se le ocurrió hacer varias playeras con mi rostro (la carita) y del cual, por cierto, nunca pude saber… motivo que me llevó a realizar el papeleo correspondiente al registro de la imagen, esto para evitar apropiaciones y enajenaciones en relación a los respectivos derechos autorales relacionados a mi persona.

Es cuánto. Nos vemos la próxima entrega…