/ lunes 20 de mayo de 2024

El Critico21 | El Planeta de los Simios y el origen de las especies

Una anécdota poco conocida de Charles Darwin lo presenta en Argentina y Uruguay. Al conocer a los gauchos, de inmediato expresó su admiración por dichos personajes debido a su natural habilidad para “comunicarse con las bestias”. El naturalista inglés viajaba en el HMS Beagle y en su periplo conoció también la espectacular selva amazónica, pero detestó la esclavitud en Brasil.

Además, disfrutó toda clase de platillos exóticos, para su decimonónico paladar: iguanas, búhos, murciélagos, armadillos y, por supuesto, tortugas marinas. Envidiable.

Tanto le gustaron las tortugas que encargó un gran cargamento de éstas para comerlas durante su retorno. Comprensible.

Así, al imaginar el día a día del padre de la evolución, es posible establecer un vínculo con El Planeta de los Simios: Nuevo Reino ( Adam Ball, 2024 ), la más reciente producción de esta rentable franquicia cinematográfica que parece rendir un homenaje a su versión primigenia, El Planeta de los Simios ( Franklin J. Schaffer, 1968 ).

El Planeta de los Simios: Nuevo Reino se ubica “muchas generaciones después” de la muerte de César, el primer primate parlante. Ahora César es una leyenda. El mundo que aquí conocemos es, en apariencia, un hirsuto y animalesco medioevo habitado por clanes con profundas diferencias identitarias.

Noa ( Owen Teague ) proviene de una aldea que se dedica a la cetrería. La crianza de águilas es, para ellos, origen y destino. Sin embargo, la tribu es atacada por violentos gorilas en busca de Nova ( Freya Allan ), una humana que posee un secreto terrible para Proximus César ( Kevin Durand ), líder fascista y autoritario que busca establecer un imperio con mano de hierro.

Para ello, el caudillo cuenta con un aliado humano, Trevathan ( William H. Macy ), quien ha leído para el analfabeta gorila la historia de Roma. Inspirador.

Los esbirros de Proximus César han tomado al clan de Noa como rehenes y, con la ayuda patriarcal del orangután Raka ( Peter Macon ), el héroe emprenderá un viaje iniciático -un poco a lo Darwin – en el que conocerá a Nova, decide protegerla y al ser capturados por los simios de Proximus César, llegará a comprender la dimensión del misterio que la mujer oculta.

El Planeta de los Simios: Nuevo Reino es una colección de escenas significativas por su sorprendente capacidad tecnológica. El trabajo actoral de los protagonistas, ocultos tras un magnífico desarrollo de CGI, vale el costo del boleto. Paisajismo, fotografía, edición y sonido le otorgan a la cinta su indiscutible categoría de entretenimiento y, a fuerza de un argumento que anticipa la acción que sigue, la hacen ligera a pesar de sus dos horas y media de proyección.

Los micos no han desarrollado escritura. Tampoco arte. Para efectos de esta narrativa tales atributos culturales son patrimonio de la humanidad. Así mismo, los estereotipos no abandonan la escena: los chimpancés son buenos, los gorilas, peligrosos, orangutanes – y cualquier macaco de Asia – serán sabios y los humanos son criaturas de las que “no es posible confiar”.

Además, desde la primera película, hace más de cinco décadas, y el legendario parlamento de Charlton Heston: “¡Quita tus asquerosas manos de mí, maldito mono!”, al día de hoy, ¿hemos evolucionado?

Probablemente sí. Después de todo, ahora es una mujer paladín de la historia y nadie se atreve a hacer comentarios que pudieran tomarse como racistas. Y, por supuesto, la tecnología ha dado pasos increíbles dejando atrás prótesis, látex y pelo por captura de movimiento y CGI elevando la calidad de la franquicia hacia nuevas alturas.

Sin duda, Darwin tendría a estas películas como sus favoritas.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN.

La Vida de los Doce Césares, de Suetonio. Uno de los autores mas leídos de la antigüedad, presenta datos históricos, anécdotas y cotilleo de los primera docena de emperadores romanos. Cierta predilección morbosa por defectos y vicios morales de los protagonistas le ha conferido categoría de eterna a esta obra.

Una anécdota poco conocida de Charles Darwin lo presenta en Argentina y Uruguay. Al conocer a los gauchos, de inmediato expresó su admiración por dichos personajes debido a su natural habilidad para “comunicarse con las bestias”. El naturalista inglés viajaba en el HMS Beagle y en su periplo conoció también la espectacular selva amazónica, pero detestó la esclavitud en Brasil.

Además, disfrutó toda clase de platillos exóticos, para su decimonónico paladar: iguanas, búhos, murciélagos, armadillos y, por supuesto, tortugas marinas. Envidiable.

Tanto le gustaron las tortugas que encargó un gran cargamento de éstas para comerlas durante su retorno. Comprensible.

Así, al imaginar el día a día del padre de la evolución, es posible establecer un vínculo con El Planeta de los Simios: Nuevo Reino ( Adam Ball, 2024 ), la más reciente producción de esta rentable franquicia cinematográfica que parece rendir un homenaje a su versión primigenia, El Planeta de los Simios ( Franklin J. Schaffer, 1968 ).

El Planeta de los Simios: Nuevo Reino se ubica “muchas generaciones después” de la muerte de César, el primer primate parlante. Ahora César es una leyenda. El mundo que aquí conocemos es, en apariencia, un hirsuto y animalesco medioevo habitado por clanes con profundas diferencias identitarias.

Noa ( Owen Teague ) proviene de una aldea que se dedica a la cetrería. La crianza de águilas es, para ellos, origen y destino. Sin embargo, la tribu es atacada por violentos gorilas en busca de Nova ( Freya Allan ), una humana que posee un secreto terrible para Proximus César ( Kevin Durand ), líder fascista y autoritario que busca establecer un imperio con mano de hierro.

Para ello, el caudillo cuenta con un aliado humano, Trevathan ( William H. Macy ), quien ha leído para el analfabeta gorila la historia de Roma. Inspirador.

Los esbirros de Proximus César han tomado al clan de Noa como rehenes y, con la ayuda patriarcal del orangután Raka ( Peter Macon ), el héroe emprenderá un viaje iniciático -un poco a lo Darwin – en el que conocerá a Nova, decide protegerla y al ser capturados por los simios de Proximus César, llegará a comprender la dimensión del misterio que la mujer oculta.

El Planeta de los Simios: Nuevo Reino es una colección de escenas significativas por su sorprendente capacidad tecnológica. El trabajo actoral de los protagonistas, ocultos tras un magnífico desarrollo de CGI, vale el costo del boleto. Paisajismo, fotografía, edición y sonido le otorgan a la cinta su indiscutible categoría de entretenimiento y, a fuerza de un argumento que anticipa la acción que sigue, la hacen ligera a pesar de sus dos horas y media de proyección.

Los micos no han desarrollado escritura. Tampoco arte. Para efectos de esta narrativa tales atributos culturales son patrimonio de la humanidad. Así mismo, los estereotipos no abandonan la escena: los chimpancés son buenos, los gorilas, peligrosos, orangutanes – y cualquier macaco de Asia – serán sabios y los humanos son criaturas de las que “no es posible confiar”.

Además, desde la primera película, hace más de cinco décadas, y el legendario parlamento de Charlton Heston: “¡Quita tus asquerosas manos de mí, maldito mono!”, al día de hoy, ¿hemos evolucionado?

Probablemente sí. Después de todo, ahora es una mujer paladín de la historia y nadie se atreve a hacer comentarios que pudieran tomarse como racistas. Y, por supuesto, la tecnología ha dado pasos increíbles dejando atrás prótesis, látex y pelo por captura de movimiento y CGI elevando la calidad de la franquicia hacia nuevas alturas.

Sin duda, Darwin tendría a estas películas como sus favoritas.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN.

La Vida de los Doce Césares, de Suetonio. Uno de los autores mas leídos de la antigüedad, presenta datos históricos, anécdotas y cotilleo de los primera docena de emperadores romanos. Cierta predilección morbosa por defectos y vicios morales de los protagonistas le ha conferido categoría de eterna a esta obra.