/ lunes 15 de enero de 2024

ElCrítico21 | La Sociedad de la Nieve: Somos lo que comemos

“En la Última Cena, Jesús repartió su cuerpo y su sangre a todos sus apóstoles. Ahí nos daba a entender que debíamos hacer lo mismo. Fue una comunión intima entre todos nosotros”, explicó Francisco Delgado en la rueda de prensa sostenida por varios de los sobrevivientes de los Andes el 28 de diciembre de 1972, apenas seis días después del rescate.

Esta declaración desmontó la mentira piadosa de que los héroes habían logrado nutrirse con “hierbas y queso” y provocó la furia de los medios de comunicación.

De eso, mejor no hablamos.

Así, La Sociedad de la Nieve (J.A. Bayona, 2023) resulta ser la versión light de lo ocurrido tras el accidente de la Fuerza Aérea Uruguaya que dejó varados a 14 de sus pasajeros en medio de las montañas andinas —a 4,000 metros de altura— durante 72 días.

Es verdad. La película ha preparado una de las secuencias más aterradoras: la caída del avión en la nieve. Quizás, solo este episodio, vale por toda la cinta. Sin embargo, existen otros aspectos de su argumento que es posible destacar.

La Sociedad de la Nieve es muy cuidadosa respecto al asunto principal de la gesta: el canibalismo, la antropofagia. Muy alejada de la primera versión fílmica, la mexicana Los Supervivientes de los Andes (René Cardona, 1976), este filme responde al espíritu de nuestra época al distanciarse de cualquier detalle que pudiera resultar ofensivo para las nuevas audiencias.

Por supuesto, el argumento ahora está centrado en valores humanos de incuestionable nobleza, como fraternidad, valentía, liderazgo y, sobre todo, fe. Sin faltar, claro está, la actual resiliencia.

“Si se hiciera una película sobre todo lo que en realidad ocurrió, la gente saldría del cine”, ha dicho Roberto Canessa.Respeto y sensibilidad, pero más hacia el espectador, no tanto para los sobrevivientes.

La Sociedad de la Nieve pretende, entonces, dar voz a los que ya no la tienen. Por eso coloca como principal personaje a Numa Turcatti (Enzo Vogrincic), quien logra sobrevivir al impacto aéreo, pero fallece a causa de una infección en su pierna.

Al lograr que convivan las voces de vivos y muertos La Sociedad de la Nieve sublima cualquier aspecto macabro sin perder dramatismo.

El metraje de La Sociedad de la Nieve es un problema. Son más de dos horas y media de proyección que, con una edición más ágil , pudo abreviarse sin demeritar su contenido, porque bien sabemos lo que ocurrirá.

Titanic (James Cameron, 1997) incorporó el romance para crear la expectativa en medio de un hecho por todos conocido: ¿se salvará el amor? No es así con La Sociedad de la Nieve, un drama cantado ya en varios idiomas donde la realidad siempre va a superar a la ficción.

Buen provecho.

Qué leer antes o después de la función

Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez. Este es un reportaje novelado del Nóbel colombiano acerca del marino Luis Alejandro Velasco Sánchez, proclamado “héroe de la nación” por haber sobrevivido 10 días en altamar sin agua ni comida. Su situación cambia cuando revela que el buque traía contrabando y que esa fue la causa del naufragio y no la tormenta que el gobierno de aquel tiempo se encargó de propagar.

“En la Última Cena, Jesús repartió su cuerpo y su sangre a todos sus apóstoles. Ahí nos daba a entender que debíamos hacer lo mismo. Fue una comunión intima entre todos nosotros”, explicó Francisco Delgado en la rueda de prensa sostenida por varios de los sobrevivientes de los Andes el 28 de diciembre de 1972, apenas seis días después del rescate.

Esta declaración desmontó la mentira piadosa de que los héroes habían logrado nutrirse con “hierbas y queso” y provocó la furia de los medios de comunicación.

De eso, mejor no hablamos.

Así, La Sociedad de la Nieve (J.A. Bayona, 2023) resulta ser la versión light de lo ocurrido tras el accidente de la Fuerza Aérea Uruguaya que dejó varados a 14 de sus pasajeros en medio de las montañas andinas —a 4,000 metros de altura— durante 72 días.

Es verdad. La película ha preparado una de las secuencias más aterradoras: la caída del avión en la nieve. Quizás, solo este episodio, vale por toda la cinta. Sin embargo, existen otros aspectos de su argumento que es posible destacar.

La Sociedad de la Nieve es muy cuidadosa respecto al asunto principal de la gesta: el canibalismo, la antropofagia. Muy alejada de la primera versión fílmica, la mexicana Los Supervivientes de los Andes (René Cardona, 1976), este filme responde al espíritu de nuestra época al distanciarse de cualquier detalle que pudiera resultar ofensivo para las nuevas audiencias.

Por supuesto, el argumento ahora está centrado en valores humanos de incuestionable nobleza, como fraternidad, valentía, liderazgo y, sobre todo, fe. Sin faltar, claro está, la actual resiliencia.

“Si se hiciera una película sobre todo lo que en realidad ocurrió, la gente saldría del cine”, ha dicho Roberto Canessa.Respeto y sensibilidad, pero más hacia el espectador, no tanto para los sobrevivientes.

La Sociedad de la Nieve pretende, entonces, dar voz a los que ya no la tienen. Por eso coloca como principal personaje a Numa Turcatti (Enzo Vogrincic), quien logra sobrevivir al impacto aéreo, pero fallece a causa de una infección en su pierna.

Al lograr que convivan las voces de vivos y muertos La Sociedad de la Nieve sublima cualquier aspecto macabro sin perder dramatismo.

El metraje de La Sociedad de la Nieve es un problema. Son más de dos horas y media de proyección que, con una edición más ágil , pudo abreviarse sin demeritar su contenido, porque bien sabemos lo que ocurrirá.

Titanic (James Cameron, 1997) incorporó el romance para crear la expectativa en medio de un hecho por todos conocido: ¿se salvará el amor? No es así con La Sociedad de la Nieve, un drama cantado ya en varios idiomas donde la realidad siempre va a superar a la ficción.

Buen provecho.

Qué leer antes o después de la función

Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez. Este es un reportaje novelado del Nóbel colombiano acerca del marino Luis Alejandro Velasco Sánchez, proclamado “héroe de la nación” por haber sobrevivido 10 días en altamar sin agua ni comida. Su situación cambia cuando revela que el buque traía contrabando y que esa fue la causa del naufragio y no la tormenta que el gobierno de aquel tiempo se encargó de propagar.