/ martes 28 de diciembre de 2021

Salud y bienestar | Anticoncepción masculina

Se estima que la población mundial se duplicó en el siglo XX y de mantenerse este aumento para el año 2050 se podría superar los nueve billones de personas en el mundo; por otra parte algunos estudios arrojan que aproximadamente un 45% de los embarazos en Estados Unidos no son planeados, lo cual genera un impacto social y económico importante.

Existe una gran variedad de métodos anticonceptivos para mujeres con tasas de fracaso bajas, no así para hombres. El concepto de anticoncepción masculina tiene sus inicios en el siglo XVIII, con el uso del condón como método de barrera. Posteriormente se empezó a implementar la vasectomía a finales del siglo XIX, como método quirúrgico anticonceptivo en criminales, ambos métodos se siguen utilizando hasta la actualidad; sin embargo, para el condón se han demostrado tasas fallo que oscilan entre un 13-18% en el primer año de uso, y la vasectomía presenta el inconveniente que no es fácilmente reversible.

Las investigaciones y el lanzamiento al mercado de anticonceptivos masculinos se han quedado rezagados en los últimos años, ya que los hombres aún en la actualidad carecen de herramientas de planificación tanto hormonal como no hormonal que sean seguras, eficaces y reversibles.

Los condones han sido utilizados por mucho tiempo como método de anticoncepción; sin embargo también tienen un rol fundamental en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, siendo este el único método de anticoncepción que brinda protección contra dichas enfermedades.

La principal desventaja es que poseen una baja eficacia anticonceptiva.

La tasa de fracaso de los condones masculinos es del 13%. Estos porcentajes son atribuibles a uso inadecuado, inconsistente o ruptura. Se han registrado personas que presentan reacciones alérgicas al látex y sufren de irritación en la piel. A consecuencia de lo anterior, se han desarrollado condones de poliuretano; no obstante estos son menos efectivos que aquellos confeccionados con látex porque tienen un ajuste más holgado y se deslizan con mayor facilidad.

La vasectomía, por su parte, es un procedimiento quirúrgico ambulatorio, en el cual se interrumpen y ocluyen los conductos deferentes para impedir el paso de la esperma durante la eyaculación. Se lleva a cabo mediante incisiones escrotales pequeñas y bajo anestesia local.

El tiempo de recuperación es corto y los pacientes pueden retornar a sus actividades diarias en pocos días. Dicho procedimiento es considerado seguro, efectivo y más económico en comparación con la esterilización quirúrgica femenina; además la tasa de complicaciones asociadas es menor.

Actualmente, solo el condón masculino y la vasectomía son las opciones anticonceptivas en el mercado para los hombres; los demás métodos aún se encuentran en estudios preliminares.

La anticoncepción masculina tiene el potencial de generar un impacto en el aumento poblacional desmedido y los embarazos no planificados, debido a que existen nuevas opciones de anticoncepción que permiten que los hombres puedan desempeñar un rol activo en la planificación familiar.

Los métodos anticonceptivos masculinos hormonales han comprobado ser efectivos, seguros a corto plazo y reversibles; no obstante es necesario realizar estudios, para determinar su seguridad a largo plazo y que de esta forma obtengan la aprobación reglamentaria necesaria para su comercialización. A su vez, las herramientas anticonceptivas no hormonales evidencian un futuro prometedor en sus estudios; pese a esto, se requieren más análisis para iniciar las pruebas en humanos.

En la actualidad, la aceptación de métodos anticonceptivos masculinos novedosos, reversibles y seguros tiene la capacidad de revolucionar la planificación familiar en el mundo; a pesar de esto, se deben superar desafíos que requieren de esfuerzos económicos mediante el apoyo financiero de entes públicos o privados, puesto que se trata de un tema de salud pública.

Se estima que la población mundial se duplicó en el siglo XX y de mantenerse este aumento para el año 2050 se podría superar los nueve billones de personas en el mundo; por otra parte algunos estudios arrojan que aproximadamente un 45% de los embarazos en Estados Unidos no son planeados, lo cual genera un impacto social y económico importante.

Existe una gran variedad de métodos anticonceptivos para mujeres con tasas de fracaso bajas, no así para hombres. El concepto de anticoncepción masculina tiene sus inicios en el siglo XVIII, con el uso del condón como método de barrera. Posteriormente se empezó a implementar la vasectomía a finales del siglo XIX, como método quirúrgico anticonceptivo en criminales, ambos métodos se siguen utilizando hasta la actualidad; sin embargo, para el condón se han demostrado tasas fallo que oscilan entre un 13-18% en el primer año de uso, y la vasectomía presenta el inconveniente que no es fácilmente reversible.

Las investigaciones y el lanzamiento al mercado de anticonceptivos masculinos se han quedado rezagados en los últimos años, ya que los hombres aún en la actualidad carecen de herramientas de planificación tanto hormonal como no hormonal que sean seguras, eficaces y reversibles.

Los condones han sido utilizados por mucho tiempo como método de anticoncepción; sin embargo también tienen un rol fundamental en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, siendo este el único método de anticoncepción que brinda protección contra dichas enfermedades.

La principal desventaja es que poseen una baja eficacia anticonceptiva.

La tasa de fracaso de los condones masculinos es del 13%. Estos porcentajes son atribuibles a uso inadecuado, inconsistente o ruptura. Se han registrado personas que presentan reacciones alérgicas al látex y sufren de irritación en la piel. A consecuencia de lo anterior, se han desarrollado condones de poliuretano; no obstante estos son menos efectivos que aquellos confeccionados con látex porque tienen un ajuste más holgado y se deslizan con mayor facilidad.

La vasectomía, por su parte, es un procedimiento quirúrgico ambulatorio, en el cual se interrumpen y ocluyen los conductos deferentes para impedir el paso de la esperma durante la eyaculación. Se lleva a cabo mediante incisiones escrotales pequeñas y bajo anestesia local.

El tiempo de recuperación es corto y los pacientes pueden retornar a sus actividades diarias en pocos días. Dicho procedimiento es considerado seguro, efectivo y más económico en comparación con la esterilización quirúrgica femenina; además la tasa de complicaciones asociadas es menor.

Actualmente, solo el condón masculino y la vasectomía son las opciones anticonceptivas en el mercado para los hombres; los demás métodos aún se encuentran en estudios preliminares.

La anticoncepción masculina tiene el potencial de generar un impacto en el aumento poblacional desmedido y los embarazos no planificados, debido a que existen nuevas opciones de anticoncepción que permiten que los hombres puedan desempeñar un rol activo en la planificación familiar.

Los métodos anticonceptivos masculinos hormonales han comprobado ser efectivos, seguros a corto plazo y reversibles; no obstante es necesario realizar estudios, para determinar su seguridad a largo plazo y que de esta forma obtengan la aprobación reglamentaria necesaria para su comercialización. A su vez, las herramientas anticonceptivas no hormonales evidencian un futuro prometedor en sus estudios; pese a esto, se requieren más análisis para iniciar las pruebas en humanos.

En la actualidad, la aceptación de métodos anticonceptivos masculinos novedosos, reversibles y seguros tiene la capacidad de revolucionar la planificación familiar en el mundo; a pesar de esto, se deben superar desafíos que requieren de esfuerzos económicos mediante el apoyo financiero de entes públicos o privados, puesto que se trata de un tema de salud pública.