/ martes 29 de marzo de 2022

Salud y bienestar | La enfermedad de Horwitz

La economía y la salud constituyen un binomio inseparable. Las decisiones que se toman en la economía de un país tienen una incidencia sobre la salud de su población, de la misma forma que la salud de la población influye en el desarrollo socioeconómico.

La relación economía-salud ha tomado relevancia de forma acelerada en los tiempos de Covid-19. La pandemia ha representado para la comunidad internacional un sufrimiento humano y económico. La presencia de la misma, ha generado una crisis sin precedentes, caracterizada por la desaceleración de la economía mundial, drástica contracción, que algunos han identificado como la peor desde 1914 y 1930.

Muchos países se han declarado en recesión o han reconocido un alto riesgo de recesión. En muchos de estos países la presencia de la pandemia ha significado serias crisis en sus sistemas sanitarios. En el mundo se pronostica una caída de la inversión extranjera directa por causa de la pandemia de un 40%. Se ha producido un serio impacto financiero y en la banca, con sus implicaciones sobre tasas de cambio, incremento de costos de endeudamiento, y una disminución de las remesas de un 35% a países de ingresos bajos.

Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo ha tenido una contracción de 30%. Este sector ha creado inestabilidad por su contracción a las economías y a los países que de él dependen. Los efectos son particularmente profundos en los países más aquejados por la pandemia y más dependientes del comercio internacional o por ejemplo, los que dependen fundamentalmente del turismo o de las exportaciones de productos básicos y del financiamiento exterior.

Todos se hicieron más vulnerables. A la misma vez, la pandemia ha causado mayores estragos en los países más pobres y más desiguales, tanto en el plano económico como en el humano. En este aspecto se confirma lo expresado en el ciclo económico de la enfermedad de Horwitz donde se afirma que ante la enfermedad y sistemas de salud precarios, los pobres se enferman más y a su vez se hacen más pobres porque están enfermos y tampoco disponen de un sistema de salud que los proteja, lo que cierra el ciclo convertido en un círculo vicioso.

Existen diversas vertientes que manifiestan la interacción entre salud, sistema de salud, pobreza, condiciones económicas de la población y sistema económico. El doctor Horwitz estaba convencido de que no es suficiente la colaboración entre las ciencias económicas y las de la salud si esa estrategia conjunta no se refleja en una mayor justicia social, en una existencia más digna y con mayor felicidad del hombre para vivir y realizarse en plenitud.

La salud influye directamente sobre la economía de un país. El entorno económico modifica y afecta la salud de la población y la organización de los sistemas de salud. El ingreso es un determinante de la morbilidad y la mortalidad de una población, la situación económica de una población y sus niveles de salud guardan una estrecha relación. Un ejemplo lo constituye las poblaciones indígenas, que son las más pobres y postergadas; en el caso de Covid-19 han enfermado más y provocado más muertes al igual que muestran indicadores de salud más precarios.

Las condiciones de pobreza y el sistema de salud también tienen relación, existe una fuerte correlación entre el nivel de pobreza de muchos países y el acceso al sistema de salud en términos de probabilidad de ser atendidos por la estructura institucional del sistema en caso de requerir atención médica. Las relaciones entre la pobreza y la salud son complejas y su estudio y análisis puede convertirse en una fuerte herramienta para los encargados de la toma de decisiones, promueve el diseño de políticas que mejoran el sistema económico y el sistema sanitario, fortalece la integración del análisis de políticas sanitarias con el resto de las políticas que se traza un país. ¿Qué camino tomará México? Veremos.


La economía y la salud constituyen un binomio inseparable. Las decisiones que se toman en la economía de un país tienen una incidencia sobre la salud de su población, de la misma forma que la salud de la población influye en el desarrollo socioeconómico.

La relación economía-salud ha tomado relevancia de forma acelerada en los tiempos de Covid-19. La pandemia ha representado para la comunidad internacional un sufrimiento humano y económico. La presencia de la misma, ha generado una crisis sin precedentes, caracterizada por la desaceleración de la economía mundial, drástica contracción, que algunos han identificado como la peor desde 1914 y 1930.

Muchos países se han declarado en recesión o han reconocido un alto riesgo de recesión. En muchos de estos países la presencia de la pandemia ha significado serias crisis en sus sistemas sanitarios. En el mundo se pronostica una caída de la inversión extranjera directa por causa de la pandemia de un 40%. Se ha producido un serio impacto financiero y en la banca, con sus implicaciones sobre tasas de cambio, incremento de costos de endeudamiento, y una disminución de las remesas de un 35% a países de ingresos bajos.

Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo ha tenido una contracción de 30%. Este sector ha creado inestabilidad por su contracción a las economías y a los países que de él dependen. Los efectos son particularmente profundos en los países más aquejados por la pandemia y más dependientes del comercio internacional o por ejemplo, los que dependen fundamentalmente del turismo o de las exportaciones de productos básicos y del financiamiento exterior.

Todos se hicieron más vulnerables. A la misma vez, la pandemia ha causado mayores estragos en los países más pobres y más desiguales, tanto en el plano económico como en el humano. En este aspecto se confirma lo expresado en el ciclo económico de la enfermedad de Horwitz donde se afirma que ante la enfermedad y sistemas de salud precarios, los pobres se enferman más y a su vez se hacen más pobres porque están enfermos y tampoco disponen de un sistema de salud que los proteja, lo que cierra el ciclo convertido en un círculo vicioso.

Existen diversas vertientes que manifiestan la interacción entre salud, sistema de salud, pobreza, condiciones económicas de la población y sistema económico. El doctor Horwitz estaba convencido de que no es suficiente la colaboración entre las ciencias económicas y las de la salud si esa estrategia conjunta no se refleja en una mayor justicia social, en una existencia más digna y con mayor felicidad del hombre para vivir y realizarse en plenitud.

La salud influye directamente sobre la economía de un país. El entorno económico modifica y afecta la salud de la población y la organización de los sistemas de salud. El ingreso es un determinante de la morbilidad y la mortalidad de una población, la situación económica de una población y sus niveles de salud guardan una estrecha relación. Un ejemplo lo constituye las poblaciones indígenas, que son las más pobres y postergadas; en el caso de Covid-19 han enfermado más y provocado más muertes al igual que muestran indicadores de salud más precarios.

Las condiciones de pobreza y el sistema de salud también tienen relación, existe una fuerte correlación entre el nivel de pobreza de muchos países y el acceso al sistema de salud en términos de probabilidad de ser atendidos por la estructura institucional del sistema en caso de requerir atención médica. Las relaciones entre la pobreza y la salud son complejas y su estudio y análisis puede convertirse en una fuerte herramienta para los encargados de la toma de decisiones, promueve el diseño de políticas que mejoran el sistema económico y el sistema sanitario, fortalece la integración del análisis de políticas sanitarias con el resto de las políticas que se traza un país. ¿Qué camino tomará México? Veremos.