/ martes 3 de diciembre de 2019

Salud y bienestar | La estética sin licencia

La palabra “estética” tiene un significado bastante amplio y se refiere no sólo a la apariencia física, sino a otros ámbitos como la literatura, arquitectura entre otros. Para las personas, un corte de cabello, el maquillaje, una perforación o un tatuaje se pueden considerar intervenciones estéticas para cambiar el aspecto, pero ¿para bien?

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Las intervenciones médicas y quirúrgicas estéticas se realizan desde tiempos inmemoriales, y actualmente las realizan varias especialidades: Dermatólogos, oftalmólogos, otorrinos, incluso odontólogos. También hay médicos que sin ser especialistas practican intervenciones (menores) debido a la oferta y la demanda, lo que ha propiciado todo tipo de cursos relacionados con la medicina estética y la cirugía estética.

Cada vez más médicos que no son especialistas se dedican a este tipo de procedimientos. Sin embargo en junio de 2007 se publicó en el DOF la reforma a la Ley General de Salud que en términos generales a partir de esa fecha sólo un médico especialista puede realizar procedimientos de cirugía estética. Quienes no cumplan con este requisito estarán contraviniendo a la ley ¿se cumplirá?

Posteriormente en el 2011 se publica que el especialista en cirugía plástica también debe contar con certificación vigente otorgada por el consejo. La Ley General de Salud entonces exige que quien haga una cirugía estética sea un profesional, especialista, con cédula y certificado.

Entonces ¿por qué, si la ley es tan clara y las sanciones tan severas, hay médicos que hacen procedimientos de cirugía estética sin cumplir los requisitos curriculares que se les exigen? Porque para aplicar la ley e imponer sanciones es necesario que exista una denuncia. Y en este caso, el único que puede denunciar al médico es el paciente.

Los médicos que no son especialistas en cirugía plástica hacen los procedimientos de cirugía estética con base en la confianza mutua entre el médico y el paciente y muchas veces, quizá la mayoría de ellas, los resultados de las intervenciones son satisfactorios para ambos.

Así́, es relativamente poco frecuente que quien no sea especialista tenga problema alguno por realizar esos procedimientos, sobre todo porque los hace bien y los resultados son buenos. Si el paciente está satisfecho con el resultado y si acudió con el médico de buena fe, no tendrá motivo alguno para denunciar. Sin embargo, si un médico no ha tenido problemas, ha sido por algo a lo que se le podría llamar “suerte”. Es como manejar sin licencia.

Hay personas que conducen sin autorización oficial y no pasa nada. Pero si algún día ocurre algún evento, tienen algún contratiempo o simplemente son sometidos a una revisión aleatoria, serán sancionados y quizá severamente.

Para un médico los problemas comienzan cuando el paciente no está satisfecho con el resultado de la cirugía o cuando se presenta alguna complicación. La “suerte” consiste en que no se presenten esos eventos o contratiempos; esto es, que un paciente no tenga complicaciones y, si las tiene, que no denuncie y, si denuncia, que quiera acogerse a algo llamado mecanismos alternativos.

¿Usted se haría algún procedimiento? ¿Se arriesgaría con alguien que está infringiendo la ley por ser “barato”? Yo tampoco.

La palabra “estética” tiene un significado bastante amplio y se refiere no sólo a la apariencia física, sino a otros ámbitos como la literatura, arquitectura entre otros. Para las personas, un corte de cabello, el maquillaje, una perforación o un tatuaje se pueden considerar intervenciones estéticas para cambiar el aspecto, pero ¿para bien?

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Las intervenciones médicas y quirúrgicas estéticas se realizan desde tiempos inmemoriales, y actualmente las realizan varias especialidades: Dermatólogos, oftalmólogos, otorrinos, incluso odontólogos. También hay médicos que sin ser especialistas practican intervenciones (menores) debido a la oferta y la demanda, lo que ha propiciado todo tipo de cursos relacionados con la medicina estética y la cirugía estética.

Cada vez más médicos que no son especialistas se dedican a este tipo de procedimientos. Sin embargo en junio de 2007 se publicó en el DOF la reforma a la Ley General de Salud que en términos generales a partir de esa fecha sólo un médico especialista puede realizar procedimientos de cirugía estética. Quienes no cumplan con este requisito estarán contraviniendo a la ley ¿se cumplirá?

Posteriormente en el 2011 se publica que el especialista en cirugía plástica también debe contar con certificación vigente otorgada por el consejo. La Ley General de Salud entonces exige que quien haga una cirugía estética sea un profesional, especialista, con cédula y certificado.

Entonces ¿por qué, si la ley es tan clara y las sanciones tan severas, hay médicos que hacen procedimientos de cirugía estética sin cumplir los requisitos curriculares que se les exigen? Porque para aplicar la ley e imponer sanciones es necesario que exista una denuncia. Y en este caso, el único que puede denunciar al médico es el paciente.

Los médicos que no son especialistas en cirugía plástica hacen los procedimientos de cirugía estética con base en la confianza mutua entre el médico y el paciente y muchas veces, quizá la mayoría de ellas, los resultados de las intervenciones son satisfactorios para ambos.

Así́, es relativamente poco frecuente que quien no sea especialista tenga problema alguno por realizar esos procedimientos, sobre todo porque los hace bien y los resultados son buenos. Si el paciente está satisfecho con el resultado y si acudió con el médico de buena fe, no tendrá motivo alguno para denunciar. Sin embargo, si un médico no ha tenido problemas, ha sido por algo a lo que se le podría llamar “suerte”. Es como manejar sin licencia.

Hay personas que conducen sin autorización oficial y no pasa nada. Pero si algún día ocurre algún evento, tienen algún contratiempo o simplemente son sometidos a una revisión aleatoria, serán sancionados y quizá severamente.

Para un médico los problemas comienzan cuando el paciente no está satisfecho con el resultado de la cirugía o cuando se presenta alguna complicación. La “suerte” consiste en que no se presenten esos eventos o contratiempos; esto es, que un paciente no tenga complicaciones y, si las tiene, que no denuncie y, si denuncia, que quiera acogerse a algo llamado mecanismos alternativos.

¿Usted se haría algún procedimiento? ¿Se arriesgaría con alguien que está infringiendo la ley por ser “barato”? Yo tampoco.