/ martes 6 de agosto de 2019

Salud y bienestar | Ninis con sueldo, pasantes sin presupuesto

Los médicos pasantes han estado expuestos desde hace tiempo sin la protección necesaria tanto física como laboral. Por más de 80 años han otorgado el servicio a las comunidades más alejadas con la misma prestación y una beca simbólica para posteriormente titularse.

El servicio social en medicina inició en México en 1936 y después de 83 años de existencia sus fundamentos y objetivos continúan siendo básicamente los mismos.

En los años posteriores a la Revolución Mexicana, una disputa política e ideológica sobre el papel de la educación en el país entre el Gobierno nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), derivó en su creación. Antes de recibir su título de médico, todos los egresados debían pasar una temporada en los servicios rurales de salud para “retribuir a la sociedad la deuda que contraían por haberlos educado”.

Con el tiempo el servicio social se convirtió en una fuente de oferta de trabajo médico para zonas rurales cuyos habitantes eran receptores principales de una política de beneficencia por parte del Estado nacional. Históricamente, esto ha permitido a las autoridades de salud federales y estatales suplir la fuerza de trabajo profesionalizada que por razones financieras y laborales no podía ser atraída para prestar servicios en zonas rurales, y ¿sabe qué? Seguimos igual. Es común que se oferten plazas laborales donde se requiere la práctica médica (y diversas especialidades) pero un impedimento hoy día, es la inseguridad que existe en diversas zonas del Estado, sobre todo el área serrana.

En México, durante los últimos años ha aumentado la cantidad de noticias que informan sobre casos de médicos agredidos e incluso asesinados en las comunidades rurales donde se encontraban realizando las actividades profesionales correspondientes al periodo del servicio social. De manera similar, las agresiones que sufren los médicos en sus escenarios laborales no son resultado únicamente de la interacción de actos inseguros y condiciones peligrosas que se presentan, sino que detrás de estas causas existen otras causas básicas (como la falta de equipos de protección personal y colectiva, falta de personal de seguridad física y psicológicamente apto para manejar una situación violenta) y causas raíz (desconocimiento de nociones en salud en el trabajo y seguridad e higiene ocupacional, ausencia de programas de seguridad contra las agresiones, inexistencia de actividades dirigidas a la detección, evaluación y seguimientos de este tipo de hechos, etc.) que favorecen la presencia y persistencia de las agresiones hacia los médicos y ahora la burla de otorgar una beca de mayor monto a “ninis” que a jóvenes que están ya a punto de titularse, prestando un servicio a una comunidad. “Ninis con sueldo, pasantes sin presupuesto” gritaban los médicos y enfermeras durante la marcha de protesta ante los recortes a salud y la posibilidad de retirarles sus becas ¿Pero qué necesidad?, Salud declaró posteriormente que no se les retirarían. Y son precisamente estas causas raíz y fallas de control de la dirección y gerencia de una organización o institución las que se deben identificar para desarrollar intervenciones efectivas que permitan erradicar o controlar dichas agresiones o torpezas administrativas.

Todo lo anterior es indispensable que sea entendido por las autoridades para que comprendan la gran responsabilidad que esto corresponde.

Dr. César Álvarez Pacheco

Correo: cesar_ap@hotmail.com

Twitter: @cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

Los médicos pasantes han estado expuestos desde hace tiempo sin la protección necesaria tanto física como laboral. Por más de 80 años han otorgado el servicio a las comunidades más alejadas con la misma prestación y una beca simbólica para posteriormente titularse.

El servicio social en medicina inició en México en 1936 y después de 83 años de existencia sus fundamentos y objetivos continúan siendo básicamente los mismos.

En los años posteriores a la Revolución Mexicana, una disputa política e ideológica sobre el papel de la educación en el país entre el Gobierno nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), derivó en su creación. Antes de recibir su título de médico, todos los egresados debían pasar una temporada en los servicios rurales de salud para “retribuir a la sociedad la deuda que contraían por haberlos educado”.

Con el tiempo el servicio social se convirtió en una fuente de oferta de trabajo médico para zonas rurales cuyos habitantes eran receptores principales de una política de beneficencia por parte del Estado nacional. Históricamente, esto ha permitido a las autoridades de salud federales y estatales suplir la fuerza de trabajo profesionalizada que por razones financieras y laborales no podía ser atraída para prestar servicios en zonas rurales, y ¿sabe qué? Seguimos igual. Es común que se oferten plazas laborales donde se requiere la práctica médica (y diversas especialidades) pero un impedimento hoy día, es la inseguridad que existe en diversas zonas del Estado, sobre todo el área serrana.

En México, durante los últimos años ha aumentado la cantidad de noticias que informan sobre casos de médicos agredidos e incluso asesinados en las comunidades rurales donde se encontraban realizando las actividades profesionales correspondientes al periodo del servicio social. De manera similar, las agresiones que sufren los médicos en sus escenarios laborales no son resultado únicamente de la interacción de actos inseguros y condiciones peligrosas que se presentan, sino que detrás de estas causas existen otras causas básicas (como la falta de equipos de protección personal y colectiva, falta de personal de seguridad física y psicológicamente apto para manejar una situación violenta) y causas raíz (desconocimiento de nociones en salud en el trabajo y seguridad e higiene ocupacional, ausencia de programas de seguridad contra las agresiones, inexistencia de actividades dirigidas a la detección, evaluación y seguimientos de este tipo de hechos, etc.) que favorecen la presencia y persistencia de las agresiones hacia los médicos y ahora la burla de otorgar una beca de mayor monto a “ninis” que a jóvenes que están ya a punto de titularse, prestando un servicio a una comunidad. “Ninis con sueldo, pasantes sin presupuesto” gritaban los médicos y enfermeras durante la marcha de protesta ante los recortes a salud y la posibilidad de retirarles sus becas ¿Pero qué necesidad?, Salud declaró posteriormente que no se les retirarían. Y son precisamente estas causas raíz y fallas de control de la dirección y gerencia de una organización o institución las que se deben identificar para desarrollar intervenciones efectivas que permitan erradicar o controlar dichas agresiones o torpezas administrativas.

Todo lo anterior es indispensable que sea entendido por las autoridades para que comprendan la gran responsabilidad que esto corresponde.

Dr. César Álvarez Pacheco

Correo: cesar_ap@hotmail.com

Twitter: @cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.