Qué lástima en verdad, de aquellos que pudieran haber sido buenos gobernantes, hoy se encuentren sumidos en una especie de guiñapos políticos. Candidatos que en esa calidad pudieron ser buenos, hoy como gobernantes demuestran que les ha quedado grande la yegua.
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Un caso enfermizo, es el de la actual presidenta municipal de Hermosillo, Sonora, quien salió como caballo trotón, y llegó como burro… bolsón. A pesar de sus promesas ilusas como candidata a dicho cargo, hoy se cree con merecimientos para disputar la gubernatura del Estado cuando es evidente que no puede ni siquiera con el puesto de alcalde.
A grandes columnas de los medios de comunicación ha declarado su resistencia al cambio que prometió y que es reclamado por la comunidad que dice gobernar. Da la puntilla a la pretensión popular de que en lugar de gastar en las faraónicas Fiestas del Pitic, se aproveche dicho dinero para reparar las muy lastimadas calles de esta capital.
Corta de ideas, la munícipe emprende su carrera en contra de la propuesta al señalar que ésta se trata de una campaña cuyo fin es provocar, en lugar de aportar. Muy al estilo de ya sabe usted quién, que no tienen el valor de darle la razón al pueblo.
Por eso también quien esto escribe, da la cara para que sin miramientos, la munícipe agarre la onda y se ponga a trabajar en esa desastrosa ciudad llamada Hermosillo. Pero como ella no es originaria de aquí y no ha vivido su historia, es lógico que poco le importa atender los reclamos.
Si como afirma, lo ahorrado en las Fiestas no alcanzan a pavimentar una sola calle, entonces lo que habrá qué proponer es que se reduzca a la mitad la nómina municipal atestada de panistas advenedizos, so pena de que si no lo lleva a cabo, entonces la población se irá a una huelga de pagos de las contribuciones fiscales.
Verá entonces la seudogobernante que con el ahorro que signifique mandar a la calle a tanto parásito de sus dos partidos, el PAN y Morena, se pavimentará todo Hermosillo. Así de grave son los abusos en el ejercicio del poder, al mantener en la nómina a tanto sujeto que como dijo López Obrador, prefieren honestidad que preparación.
Como muestra basta un botón, y allí están los boatos en que se desarrolló la fiesta de cumpleaños a donde acudieron sus compas de ambos partidos, para seguir chupando de la ubre gubernamental. Siempre lo mismo, caray. ¿Hasta cuándo se cansarán los hermosillenses bien nacidos?
Da la impresión de ser una mujer conflictiva, y lo cierto es que no es con el mazo dando, como se demuestra un buen ejercicio del poder. En esas condiciones a lo mejor ni merecía un puesto de policía de crucero. Su egolatría y protagonismo sólo la conducen a la desaparición de la política.
O usted, ¿qué opina amable lector?
El autor es abogado postulante por la UNAM, ha sido catedrático universitario en varios estados y articulista en diversos periódicos del país.
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