/ viernes 22 de octubre de 2021

Bio-informando | El arte de publicar en ciencia

La publicación de resultados de investigaciones originales y de alto impacto es uno de los objetivos principales en ciencia.

El proceso de redacción de un manuscrito científico para publicación inicia, en el mejor de los casos, a la par del desarrollo de un proyecto de investigación; aunque aún no se cuente con los resultados, sí se puede ir redactando una introducción para contextualizar a los lectores potenciales sobre la relevancia del trabajo realizado y la metodología a seguir para cumplir con los objetivos propuestos.

A la par, también se puede ir buscando una revista especializada e interesada en la línea de investigación que se está trabajando; este punto es crucial y nos facilitará (quizás) la aceptación de nuestro manuscrito para publicación.

Además, otras de las características que los científicos consideramos para la elección de una revista para publicar es que ésta sea indexada, es decir, que esté enlistada en una base de datos o repertorio de consulta mundial aunado a que periódicamente esté publicando, lo cual en cierto punto, da indicio de calidad.

Otros indicadores importantes de calidad a revisar de una revista son su factor de impacto y cuartil; el primero hace referencia a la relación que hay entre el número de referencias hechas por parte de los lectores a las publicaciones realizadas en dicha revista y el número de publicaciones realizadas por esa revista en un tiempo determinado.

Por su parte, los cuartiles nos indican la importancia relativa que tiene esa revista dentro del total de revistas de un área del saber en específico; ese total de revistas se dividen entre cuatro (de ahí el nombre de cuartiles) y se ordenan de mayor a menor en función de su factor de impacto de tal manera que las que se ubiquen en el primer grupo, son las revistas de mayor importancia en esa área de la ciencia.

Es por todo lo anterior, que los científicos nos esmeramos en realizar trabajos con un sentido, completos y bien fundamentados; sin embargo, otro punto a considerar es el financiamiento con el que se cuenta tanto para desarrollar la investigación como para publicar ya que también para este fin se requiere pagar.

Ahora bien, suponiendo que andamos pudientes (económicamente hablando), nuestro proyecto de investigación descubre “el hilo negro” de una problemática crucial en nuestra sociedad y ya seleccionamos la revista en la que publicaremos, es tiempo de que nuestro manuscrito pase a una revisión inicial entre los miembros involucrados en el proyecto.

La redacción del manuscrito como el trabajo de laboratorio generalmente recae en dos o tres personas, sin embargo, todos los autores del manuscrito tienen su rol importante y activo dentro del proyecto. Una vez que todos los autores llegan a un acuerdo con la redacción del manuscrito, se envía a la revista para que los editores lo revisen y a su vez éstos lo envían a otros miembros de la comunidad científica especializados en la materia para su revisión y retroalimentación.

Derivado de este proceso de revisión, la revista puede emitir los siguientes veredictos: “Rechazado”, “Aceptado con cambios mayores” y “Aceptado con cambios menores”. En las tres situaciones se nos brinda la retroalimentación que sustenta el veredicto; en el primer caso, no hay que desanimarse sino tomar lo oportuno, modificarlo y probar suerte en otra revista. En el caso de ser aceptados pero con solicitud de hacer correcciones, hay que trabajar en ellas y en este punto comienza un vaivén del manuscrito entre nosotros y la revista hasta que éste sea completamente aceptado por los editores y los revisores.

Como ven, no es un proceso sencillo ya que además de exponer nuestro conocimiento, se aprende sobre política, inteligencia emocional y administración. El punto es no desistir en el objetivo de dar a conocer lo que se está haciendo para que el conocimiento siga creciendo y que derivado de este se implementen aplicaciones y acciones.

¡Excelente fin de semana!

La publicación de resultados de investigaciones originales y de alto impacto es uno de los objetivos principales en ciencia.

El proceso de redacción de un manuscrito científico para publicación inicia, en el mejor de los casos, a la par del desarrollo de un proyecto de investigación; aunque aún no se cuente con los resultados, sí se puede ir redactando una introducción para contextualizar a los lectores potenciales sobre la relevancia del trabajo realizado y la metodología a seguir para cumplir con los objetivos propuestos.

A la par, también se puede ir buscando una revista especializada e interesada en la línea de investigación que se está trabajando; este punto es crucial y nos facilitará (quizás) la aceptación de nuestro manuscrito para publicación.

Además, otras de las características que los científicos consideramos para la elección de una revista para publicar es que ésta sea indexada, es decir, que esté enlistada en una base de datos o repertorio de consulta mundial aunado a que periódicamente esté publicando, lo cual en cierto punto, da indicio de calidad.

Otros indicadores importantes de calidad a revisar de una revista son su factor de impacto y cuartil; el primero hace referencia a la relación que hay entre el número de referencias hechas por parte de los lectores a las publicaciones realizadas en dicha revista y el número de publicaciones realizadas por esa revista en un tiempo determinado.

Por su parte, los cuartiles nos indican la importancia relativa que tiene esa revista dentro del total de revistas de un área del saber en específico; ese total de revistas se dividen entre cuatro (de ahí el nombre de cuartiles) y se ordenan de mayor a menor en función de su factor de impacto de tal manera que las que se ubiquen en el primer grupo, son las revistas de mayor importancia en esa área de la ciencia.

Es por todo lo anterior, que los científicos nos esmeramos en realizar trabajos con un sentido, completos y bien fundamentados; sin embargo, otro punto a considerar es el financiamiento con el que se cuenta tanto para desarrollar la investigación como para publicar ya que también para este fin se requiere pagar.

Ahora bien, suponiendo que andamos pudientes (económicamente hablando), nuestro proyecto de investigación descubre “el hilo negro” de una problemática crucial en nuestra sociedad y ya seleccionamos la revista en la que publicaremos, es tiempo de que nuestro manuscrito pase a una revisión inicial entre los miembros involucrados en el proyecto.

La redacción del manuscrito como el trabajo de laboratorio generalmente recae en dos o tres personas, sin embargo, todos los autores del manuscrito tienen su rol importante y activo dentro del proyecto. Una vez que todos los autores llegan a un acuerdo con la redacción del manuscrito, se envía a la revista para que los editores lo revisen y a su vez éstos lo envían a otros miembros de la comunidad científica especializados en la materia para su revisión y retroalimentación.

Derivado de este proceso de revisión, la revista puede emitir los siguientes veredictos: “Rechazado”, “Aceptado con cambios mayores” y “Aceptado con cambios menores”. En las tres situaciones se nos brinda la retroalimentación que sustenta el veredicto; en el primer caso, no hay que desanimarse sino tomar lo oportuno, modificarlo y probar suerte en otra revista. En el caso de ser aceptados pero con solicitud de hacer correcciones, hay que trabajar en ellas y en este punto comienza un vaivén del manuscrito entre nosotros y la revista hasta que éste sea completamente aceptado por los editores y los revisores.

Como ven, no es un proceso sencillo ya que además de exponer nuestro conocimiento, se aprende sobre política, inteligencia emocional y administración. El punto es no desistir en el objetivo de dar a conocer lo que se está haciendo para que el conocimiento siga creciendo y que derivado de este se implementen aplicaciones y acciones.

¡Excelente fin de semana!